La creatividad del alumnado como plataforma de contenidos en las enseñanzas superiores de arte dramático1
Rafael Félix Rodríguez Marzo
Escola Superior d’Art Dramàtic de València (ESADV), España
Resumen: Se presenta, como un breve estudio de caso, una práctica pedagógica llevada a cabo en la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia, en el marco de la asignatura Introducción a la escenificación. Una parte muy importante de sus contenidos no se imparten de manera autónoma o referenciándolos exclusivamente con ejemplos de la escena profesional, sino que se desarrollan a partir de la ideación por el alumnado de propuestas escénicas. Esta actividad parte de la hipótesis de que la evolución constante de la escenificación hace que sus principios se reconfiguren en cada realización escénica. Y se plantea con el objetivo, entre otros, de incentivar la confianza en sus capacidades creativas mostrando el interés escénico que puede tener cualquier universo personal, resaltar las potencialidades del trabajo en equipo y de la escucha, como motores del crecimiento artístico, y construir un aprendizaje colaborativo entre todos los implicados en el proceso. Por último, el establecimiento de puntos de partida heterodoxos y la aceptación de cualquier tipo de planteamiento, configuración o desarrollo de las propuestas, transmite una concepción del hecho escénico radicalmente contemporánea.
Palabras clave: creatividad, creación escénica, escenificación, arte dramático.
Introducción
En el ámbito de la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia, la asignatura Introducción a la escenificación se imparte en las tres especialidades que se ofrecen en el centro. En Dirección Escénica y Dramaturgia y en Escenografía se cursa en primero, como base para el desarrollo posterior de cualquier contenido, actividad o procedimiento relacionado con la puesta en escena. Considerada como la asignatura más relevante del primer curso (junto con Dirección de actores en el caso de Dirección Escénica y Dramaturgia), tiene asignados 8 créditos ECTS. En la especialidad de Interpretación se plantea en cuarto, en el último semestre del grado, como un acercamiento al espectáculo en su conjunto, más allá de la especificidad de las técnicas actorales que han constituido el grueso de la formación. En este caso, su carga lectiva es de 4 créditos ECTS.
El descriptor de la asignatura en el plan de estudios, sintetiza sus contenidos: Principios generales de la escenificación. Técnica, ética y estética de la escenificación. Análisis y composición del espectáculo. Una formulación general que, como es habitual, indica las áreas temáticas sin establecer límites o direcciones a seguir, siendo responsabilidad de los docentes concretar su desarrollo y articulación.
Declaración de principios
Podríamos decir que la forma tradicional de encarar la asignatura parte, al menos, de cuatro conceptos. El primero, de orden espacial, postula el escenario como espacio natural del espectáculo, por lo que cualquier manifestación escénica que suceda en otra parte, es considerada menor (en el mejor de los casos) y despreciada como objeto de estudio e investigación. El segundo, de orden jerárquico, establece el texto dramático (cualesquiera que sean sus características) como elemento primero y principal, condición sine qua non del teatro, al servicio del cual deben incorporarse todos los demás recursos escénicos. El tercero, de orden semántico, instaura el significado como fin último de la creación escénica, por lo que absolutamente todo tiene la condición de signo y la puesta en escena es la encargada de establecer la sintaxis y la gramática del lenguaje teatral propuesto. Por último, el cuarto concepto, de orden disciplinario, supone que el trabajo de la dirección escénica es disponer hasta el último detalle según una lógica determinada, para conseguir transmitir (imponer) su idea al público, y se basa en la concepción de este como un ente básicamente unitario y pasivo, ignorando (negando) la diversidad esencial de cada espectadora y su capacidad de interacción con la obra artística.
Nuestro planteamiento incorpora estas nociones exclusivamente como una posibilidad más, abriéndose a ideas y procedimientos que, siendo parte asimismo de la historia de la escenificación, se sitúan en otras genealogías, de las vanguardias a la performance, de Artaud a Castellucci, de Kantor a El Conde de Torrefiel, de Grotowski a La Cuadra, del Living a La Fura, de Bread & Puppet a Roger Bernat, de Boal a Rimini Protokoll, de Wilson a Rodrigo García, de Comediants a El Pont Flotant. Una tradición distinta, contemporánea, en la que cualquier contaminación o interferencia de otras artes u otros ámbitos es bienvenida.
Así, los conceptos que sustentan nuestro enfoque son distintos. La idea de base es que en el acto creador no existe el error. La imaginación, como los sueños, como los sentimientos, fluye sin ajustarse a normas o categorías, y siendo reflejo de nuestra complejidad se abre a una expresión que, en el plano de la ideación, debe ser radicalmente libre. La consideración de lo posible o lo imposible no debe entrar en juego, porque el juego, precisamente, es dar con la forma de hacer posible lo imposible. De este modo, cualquier espacio puede acoger una creación escénica y sus características (historia, ubicación, configuración, uso o función, estado…) pueden incorporarse a la dramaturgia: el lugar no determina la relevancia de la creación. La propuesta escénica puede originarse, apoyarse y desarrollarse a partir de cualquier cosa, y combinar y jerarquizar elementos, recursos, disciplinas, lenguajes, técnicas y procedimientos sin condiciones previas. La forma puede servir al contenido o ser el contenido, puede producirse un acto de comunicación o de comunidad, una representación o un acontecimiento, una interpretación o una vivencia, sentido, signo y significado, o sensación y sugerencia, puede haber fábula y personajes, o corporalidad, materialidad, sonoridad, espacialidad y temporalidad propuestas sin referencialidad alguna. Por último, podemos concebir la creación como un resultado o como un proceso en el que el público puede no ser un mero receptor, sino constituirse en co-creador a partir de los ecos, resonancias y asociaciones despertados por la propuesta escénica.
Desarrollo de la asignatura
Situados en este lugar, encaramos la asignatura con el propósito confeso de cuestionar cuantas certezas sobre escenificación traiga el alumnado (¿y nosotros mismos?) y transmitir una idea: la historia de la puesta en escena sigue escribiéndose cada día. Por tanto, el arte escénico (como el resto de las artes) vive un constante proceso de transformación en el que podemos entrar como protagonistas. Establecer un orden en los contenidos y desarrollarlos con una extensión determinada, implica una jerarquización, es decir, un modelo. Y los modelos, como sabemos, se crean para ser imitados (aquí nos gusta utilizar la imagen de las conexiones neuronales, del rizoma frente a la raíz). Conocemos las formas de organización de la escenificación que se han elaborado hasta hoy, pero no las que surgirán mañana (o en nuestra propia aula).
La dinámica de creación se basa en utilizar puntos de partida diferentes del texto dramático. Sin estructura, sin desarrollo argumental, sin personajes y sin convenciones, la creación vuela con absoluta libertad, hasta llegar a destinos sorprendentes en los que laten la identidad y el subconsciente. Tras presentar cada propuesta observamos sus características, invitamos a apuntar posibles desarrollos e indicamos similitudes con espectáculos o prácticas profesionales consolidadas.
La asignatura se va construyendo día a día gracias a las aportaciones del colectivo. Todas las ideas, independientemente de su naturaleza, se ponen en valor, constituyéndose en vehículos de los contenidos de la asignatura. Sin juicios, otorgándoles la misma atención, sean sencillas o complejas, tradicionales o innovadoras, denoten un buen bagaje de referencias artísticas/escénicas o un notorio desconocimiento. Se celebra la voluntad de crear y la diferencia, en un clima de respeto mutuo. Los imaginarios de cada cual son refrendados y, en el proceso, el alumnado va dándose a conocer al grupo, cuestiona convenciones, ejercita la imaginación y va ganando seguridad en su capacidad creadora.
Se plantean ejercicios de creación y propuestas escénicas. Los ejercicios tienen lugar en el aula y se realizan en una única sesión. Las propuestas se preparan de forma autónoma y se exponen en clase, en varias sesiones.
Objeto. El primer ejercicio se desarrolla a partir de un objeto que deben traer al aula. Cada alumna muestra el suyo y las demás deben establecer un vínculo real o imaginario entre la persona y el objeto. Cada idea muestra una forma de pensar, sugiriendo hipótesis sobre la personalidad o la biografía de la portadora del objeto. Del realismo al despropósito, todas otorgan un estatuto de verosimilitud que podría ser desarrollado en escena. Luego se dividen en grupos para idear una breve propuesta escénica en la que se integren todos los objetos del grupo. Tras la puesta en común, deben llegar a un acuerdo, combinando ideas y cada grupo la pone en escena, teniendo a su disposición el aula, sus elementos y dispositivos técnicos, un sencillo material de apoyo (papel continuo, rotuladores, tijeras y precinto), y el conjunto de asistentes.
Intervención. La primera propuesta consiste en idear una acción que pueda realizarse en el curso de una manifestación de temática social, que esté convocada en la ciudad al cabo de unas semanas (Día contra el cambio climático, Día de la eliminación de la violencia contra la mujer, Día de la mujer…). Un primer acercamiento a la dimensión social del teatro, en el que la creación se inscribe en un contexto real, condicionando determinados aspectos (dinámica y características de la manifestación, itinerario, horario...). Puede ser una acción de corta duración o tener un desarrollo ininterrumpido, repetirse en bucle o hacerlo de forma aleatoria. El contenido, la estética y el formato son libres, pero debe asegurarse la viabilidad, por lo que se establece un tiempo de ensayos y un presupuesto, muy reducidos (2 horas - 100 €). Es la única propuesta que debe ajustarse a unos parámetros.
Forma en papel. En el segundo ejercicio, deben construir libremente una forma mediante papel continuo. Primero se presentan individualmente, sin explicación alguna, integrando tres figuras humanas a diferentes escalas, que redimensionan la forma y le confieren una cualidad escenográfica. La iluminación, que destaca la figura en la oscuridad, puede ser cenital o lateral. El grupo gira lentamente alrededor, imaginando desarrollos escénicos. Después se van adicionando una a una. Cada persona puede reconfigurar el conjunto a voluntad con el grado de transformación que desee. La autoría se desvanece para dejar paso a una suerte de cadáver exquisito. Las formas se convierten en materiales de trabajo: pueden conservar su estructura, fundirse con otras, reconfigurarse… las figuras humanas también se resitúan. El conjunto resultante va creciendo y cambiando con cada intervención, hasta concluir en una compleja forma única.
Espacio público. El punto de partida para la segunda propuesta escénica es que se desarrolle a partir de un elemento del espacio público, sea cual sea su naturaleza, tamaño, estructura o función: calle, plaza, rotonda, cruce, puente, escalinata, descampado, entrada de metro, carril bici, edificio, fachada, balcón, ventana, verja, valla, parque, jardín, parterre, árbol, fuente, banco, monumento, escultura, buzón, farola, contenedor de obra o de residuos urbanos, semáforo, señal de tráfico, papelera, anuncio… Se trata de caminar por la ciudad con una predisposición abierta y dejar que se establezca una interacción entre el exterior y el interior, que alguna cualidad del elemento espacial desate la imaginación creadora, sin perder de vista la condición pública del espacio, la inmersión en un contexto real de gran complejidad que siempre trascenderá la realización escénica.
Palabra. mamá mamá mamá dónde estás mamá mamá. Estas siete palabras, sin mayúsculas, sin signos de puntuación, sin contexto, sin acotaciones, sin asignación de locutores, sin indicación alguna, tal y como configuran una escena de la obra Soñando, del dramaturgo Alfonso Zurro, constituyen el punto de partida de la tercera propuesta escénica. Desnudas, esenciales, liberadas, pueden constituirse como baluartes verbales, transformarse en células madre, metamorfosearse, asumir cualquier mutación, convertirse en trampolín de sugestivas piruetas o en big bang de un universo singular…
Abstracción. La ausencia de referencialidad y significado que se pone de manifiesto en la abstracción pictórica y el poder de evocación de las imágenes que nos presenta, conforman el punto de partida de este ejercicio. Se propone un marco de referencias por las que transitar hasta dar con una obra que inicie un diálogo o impulse la creación escénica en cualquier dirección. Las formas y colores de la obra elegida se encuentran con el mundo interior de cada alumna, sus emociones, su biografía, sus anhelos, sus fantasías… Al principio los referentes eran masculinos: La energía del action painting de Pollock, con la complejidad de sus chorreados y goteos; la serenidad misteriosa de Rothko, con sus campos de color y sus conjunciones cromáticas; el dramatismo y la contundencia informal de trazos, tonos y materias en Tàpies; y el lirismo sutil y evocador de Zóbel con sus formas que se desvanecen. Desde hace un tiempo, sumándonos a la labor del proyecto Woman’s Legacy2 los referentes son exclusivamente femeninos, a partir de la exposición Mujeres de la abstracción3. En la presentación se indica la artista y la obra de partida y sin mediar explicación, el viaje escénico emprendido.
Cartografía. El ejercicio que cierra la asignatura consiste en la realización de una cartografía imaginaria a partir de la idea de escenificación. Una imagen o secuencia de imágenes realizadas con técnica libre en la que pueden integrar cualquier elemento, sumergiéndose en la propia subjetividad. Al mostrarla en clase no hay que dar ninguna explicación. Tan solo se sugiere que cualquiera de ellas puede convertirse en la dramaturgia de partida de una creación.
Conclusiones
El encuentro con los conceptos y procedimientos de la escenificación a partir de propuestas escénicas propias garantiza su comprensión y sienta las bases de futuros desarrollos personales. El potencial creativo latente en cada uno de nosotros es enorme y su estimulación es un deber de los docentes. El aprendizaje colaborativo en el que todos aprendemos con todos, un buen medio. Contribuir al empoderamiento del alumnado ayudando a desarrollar la seguridad en sus propias capacidades artísticas, a poner en valor sus imaginarios personales, abre la puerta a un ejercicio profesional y a una creación escénica en constante evolución y verdaderamente libre.
Agradecimientos
A Fernando Hernández-Hernández (Afectos como pedagogía), por mostrarnos tantos caminos para transformar la praxis pedagógica.
A Pepe Miralles (Vinculaciones en la esfera pública), por abrir nuestra mirada a nuevos territorios creativos.
A todo el alumnado con quien compartimos cada día esta asignatura, por ayudarnos a evolucionar como docentes y creadores escénicos.
1 Una primera versión de esta comunicación se presentó, con el mismo título, en la 4th Interdisciplinary and Virtual Conference on Arts in Education (CIVAE 2022).