La trayectoria profesional de la actriz Margarita Lozano

Actress Margarita Lozano and her performing career

Eva María Torres Martínez

Actriz y profesora de Interpretación de ESAD Murcia

Resumen: Este seguimiento académico de la carrera profesional de la actriz Margarita Lozano recoge los datos pertinentes que posibilitan el conocimiento y difusión de su obra. La trayectoria profesional de Margarita Lozano se inicia en los años 50 cuando se traslada de Lorca (Murcia) a Madrid. Esta investigación sigue de manera cronológica los trabajos realizados por esta actriz en el cine nacional e internacional, su trayectoria teatral y su vuelta al mundo de la interpretación tras 26 años alejada de la actuación. Este trabajo también destaca aquellos profesionales que han marcado y enriquecido la carrera profesional de Margarita Lozano, tanto autores como directores o compañeros de escena. Por último, se añade un apartado donde se analiza la técnica interpretativa utilizada por Margarita Lozano.

Palabras clave: Margarita Lozano, actriz, cine, teatro, Viridiana.

Abstract: This academic research paper on actress Margarita Lozano's career includes data that will help enrich general knowledge about her work and encourage its further dissemination. Margarita Lozano's career began in the 50's when she moved from Lorca (Murcia) to Madrid. This paper follows her work chronologically on both stage and screen nationally and internationally. It also highlights her return to the world of acting after a 26 years hiatus. Additionally, this paper covers the professionals that influenced and enhanced her artistic development, such as authors and directors- as well as some important scene partners. Lastly, this study includes an analysis of the acting techniques used by Margarita Lozano.

Key words: Margarita Lozano, actress, film, theater, Viridiana.



Margarita Lozano en sus inicios en el cine.

1. Biografía

1.1. Infancia

Margarita de las Flores Lozano Jiménez nació en Tetuán el 14 de febrero de 1931 pero a los pocos meses después de su nacimiento, la familia se trasladó a la ciudad de donde era su madre, Lorca (Murcia). Su padre era militar y estaba destinado, por aquel entonces, en esta ciudad africana que fue protectorado español de Marruecos desde 1913 hasta el 1956.

Mi buena suerte quiso que mis abuelos maternos se afincaran en Lorca. Y después de muchas idas y venidas también yo me he enraizado aquí. He tenido el privilegio de poder elegir mi tierra. La tierra que quiero. Miro a mi alrededor y solo veo caras amigas y protectoras (Lozano, 2004).


Margarita Lozano siempre ha considerado que sus raíces son lorquinas, ya que fue en esta ciudad murciana donde transcurrió su infancia y adolescencia, aunque reconoce la pluralidad de sus orígenes.

En realidad, soy mora, castellana e irlandesa, con sangre ha salido lo que ha salido: de loco a loco (Torres, 2006, p. 53).


Margarita no procede de una familia de artistas sino de militares y médicos pero confiesa que, tal vez, fuera su padre el que la iniciara en su gusto por la actuación ya que de muy pequeña era él quien la llevaba al teatro y a la zarzuela. Recuerda que siendo una niña ya se podía intuir que ella terminaría siendo actriz.

Mi madre contaba que cuando tenía cuatro años me metía detrás de las cortinas y decía: 'Va a salir la artista'. Debe ser que se nace así (Mora, 2001, p. 10).


1.2. Formación: Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC)

Desde muy temprana edad, Margarita tomaba sus propias decisiones y con sólo 19 años decidió marchar a Madrid utilizando como pretexto que iba a estudiar diseño y moda pero con la firme intención de ser actriz. Se alojó durante un tiempo en casa de sus tíos, pero cuando les comunicó que pretendía abandonar sus estudios de diseño para ingresar en el IIEC, (Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, después Escuela Oficial de Cinematografía, EOC), sus parientes no lo consintieron. Margarita no dudó entonces en abandonar el entorno familiar y alquilarse una habitación con el fin de enfrentarse de lleno a perseguir su sueño de ser actriz.

Cuando Margarita entra en el IIEC, su primer año de carrera coincide con el último curso de otros alumnos como Luis García Berlanga (1921-2010) o como, incluso, Juan Antonio Bardem (1922-2002). Ella reconoce la influencia, no sólo artística sino también ideológico-política, que directores como Juan Antonio Bardem, militante del Partido Comunista Español (PCE), tuvieron en su formación. Esta inclinación política hizo que Margarita se posicionara frente al panorama cultural que sostenía el régimen franquista y rechazara trabajar en cualquier proyecto vinculado al mismo.

2. Carrera cinematográfica nacional de Margarita Lozano

2.1. Los comienzos en el cine de Margarita Lozano

Su carrera cinematográfica comienza en la década de los cincuenta haciendo apariciones muy pequeñas. Debuta con el director de cine Domingo Viladomat en la película Hermano menor estrenada en 1953; y, al año siguiente, participa en la película Manicomio de Fernando Fernán Gómez y Luis María Delgado.

El guión (de Manicomio) fue prohibido por la censura en primera instancia aduciendo que el tema de la locura no podía tomarse a broma, y una vez autorizado con ciertos cortes fue clasificado en Segunda A; se estrenó en una cadena de primer reestreno el 25 de enero de 1953, manteniéndose siete días en cada cine (Ros, 1999, p. 41).


En 1954 Luis Marquina (1904-1980) intenta realizar con su película Alta costura un thriller con un cierto trasfondo erótico. Pero la censura no se lo permitió reduciendo la trama a una simple intriga criminal en el mundo de los desfiles de moda. La belleza y el talento de Margarita no pasarían desapercibidos para Luis Marquina que le ofrecería participar en su película, interpretando el personaje de una modelo, Lina. Margarita aparecía espectacular con los diseños de Balenciaga. Pronto cambia de registro y trabaja en dos películas del director Antonio Isasi Isasmendi (1927-2017) correspondientes a su primera etapa cinematográfica (caracterizada por la realización de una serie de películas policiacas y de acción, estrictamente nacionales, en su producción y explotación), Rapsodia de sangre, en 1957 y Diego Corrientes, en 1959. También participa, con el papel de Antona, en la película El Lazarillo de Tormes de César Fernández Ardavín (1923-2012), ganadora del Oso de Oro en el X Festival Internacional de Cine de Berlín en 1960, pese a que había fracasado en las carteleras españolas.

Luis Lucía (1914-1984), uno de los mejores promotores del sistema de estrellas nacional y que dirigió a las más importantes y populares figuras del cine español de la época, también consideró contar con Margarita para Un ángel tuvo la culpa, película de 1959 cuya temática principal nos recuerda a la filmografía del cineasta Frank Capra (1897-1991) centrada en el hombre común, en su bondad inherente y en la importancia de los valores tradicionales, que empiezan en la familia. Juan de Orduña (1900-1974), reconocido por ser el director más prolífico del momento y también uno de los favoritos del público, de estética pomposa y de gusto por la interpretación grandilocuente, estrenará en 1961 su película Teresa de Jesús, con la brevísima intervención de Margarita Lozano.

2.2. Luis Buñuel y Viridiana

El encuentro con Luis Buñuel (1900-1983) en el año 1961 supondría un salto cualitativo en la carrera cinematográfica de Margarita Lozano. Luis Buñuel, tras 25 años de exilio voluntario, decide rodar su película Viridiana en España. En un principio, el guión de Viridiana, escrito por el propio Buñuel en colaboración con Julio Alejandro, debía realizarse en México. Pero el productor, Gustavo Alatriste le propuso a Buñuel una coproducción hispano-mexicana como consecuencia de unos acuerdos con dos firmas españolas, UNINCI y Films 59 de Pere Portabella, que en diversas ocasiones habían demostrado valientemente su propósito de romper con el conformismo folklórico y melodramático del cine ibérico. El periodista y crítico de cine suizo, Freddy Buache, recoge en su libro Luis Buñuel (1976, p. 42) que este director también aceptaría trabajar en España, tras muchas dudas y consideraciones, pensando que con ello aportaría el prestigio de su presencia y una ayuda activa a quienes habían iniciado una línea de cine más comprometido y de mayor calado intelectual como fueron Luis García Berlanga con Bienvenido, míster Marshall (1953); Juan Antonio Bardem con Sonatas (1959) y A las cinco de la tarde (1961); Carlos Saura (1932- ) con Los golfos o Marco Ferreri (1928-1997) con su película El cochecito. Por otro lado, al dictador Francisco Franco le interesaba que el director aragonés, de gran prestigio internacional, pudiera trabajar en España y, de esa manera, demostrar al mundo que su régimen era más abierto y tolerante de lo que la comunidad internacional pensaba. Pero, lamentablemente, no fue así. El régimen franquista prohibió la exhibición de la cinta en España después de su estreno en el Festival de Cannes atendiendo al artículo publicado en L'Osservatore Romano donde se tachaba la película de irreverente, blasfema y obscena. Viridiana no pudo ser proyectada en España hasta en 1977 aunque ganara en el festival de Cannes de 1961 la primera Palma de Oro del cine español.

Margarita Lozano estaba trabajando en el Teatro Eslava de Madrid haciendo la obra de Henrik Ibsen, Casa de muñecas, con el director de escena argentino formado por Georgio Strehler, Juan de Prat Gay, cuando coincidió con Luis Buñuel. Margarita cuenta:

Estaba haciendo 'Casa de Muñecas', teñida de rubia nórdica, y me enteré de que Buñuel estaba eligiendo actores. Pensé: 'Qué oportunidad para conocer a Don Luis', y sin idea de que fuera posible trabajar con él, me presenté. Y mira por dónde, todavía no sé por qué. Luego quiso que hiciera Tristana, y tampoco sé por qué, no pudo ser (Mora, 2001, p. 10).


Luis Buñuel le ofrecería interpretar el de la sacrificada y leal criada Ramona; personaje que supondría un punto de inflexión en la carrera cinematográfica de Margarita. Durante el rodaje ambos congeniaron enseguida llegando, incluso, a que Buñuel introdujera algunos cambios que Margarita le propuso como, por ejemplo, que Ramona fuera de luto debido al fallecimiento de la esposa de Don Jaime o que, aunque llevara el uniforme clásico de criada, pudiera ir sin moño y con el cabello suelto consiguiendo de esta manera un aspecto menos convencional y más alejado del recurrido cliché de sirvienta. Margarita recuerda que los criados, en aquellos días, no se atrevían a mirar directamente a los ojos de sus señoritos, rehuían la mirada y permanecían cabizbajos. Ella compuso su personaje incorporando este movimiento característico y jugándolo no sólo con sus compañeros de escena sino también, en algunas ocasiones, ante la cámara, intentando esconderse y rehuyendo la mirada del objetivo. Luis Buñuel quedó tan satisfecho de su trabajo que el personaje de Ramona que, aunque en el guión no tenía mayor importancia, fue adquiriendo peso y, por lo tanto, apareciendo en otras secuencias que, en un principio, no estaba previsto que interviniera.

2.3. La etapa de Margarita en Barcelona

Tras el éxito de Viridiana vuelve a la compañía Pequeño Teatro "Dido" para protagonizar junto a Manuel Torremocha la obra La Camisa (Monleón, 1962, pág. 40),1 dirigida por Alberto González Vergel (1922- ). De gira con esta producción llegará a Barcelona donde tuvo la oportunidad de conocer la Escola d'Art Dramàtic Adriá Gual, fundada por Ricard Salvat (1934-2009) y la dramaturga Maria Aurèlia Capmany (1918-1991). Margarita quedó fascinada con el trabajo que se realizaba en la Escuela y decidió instalarse en la ciudad condal. Durante unos dos años trabajaría en esta Escuela como profesora de interpretación aunque ella confiesa que siempre se sintió más alumna que docente.

Después de participar en la película de Francisco Borja Moro, El hombre del expreso Oriente, en 1962, ese mismo año, estrenaría con el director Jordi Grau (1930-2018), cineasta formado en el Centro Sperimentale de Roma, Noche de verano. Esta película junto con la de Los que no fuimos a la guerra (1965), dirigida por Julio Diamante (1930- ), son los dos primeros largometrajes que se adscriben al movimiento del NCE (Nuevo Cine Español). Noche de verano muestra, a través de un guión que fue prohibido en 1956, una rara calidad documental en su descripción de las inquietudes y frustraciones de un grupo de jóvenes barceloneses durante la popular verbena de San Juan (Gubern et al., 2009, p. 311).

Durante el tiempo que permanece en Cataluña rueda con Miguel Lluch (1922- 2016) tres películas, Un demonio con Ángel (1963), Crimen (1964) y El precio de un asesino (1963) bajo la producción de Ignacio Ferrés Iquino. Esta productora del Paralelo barcelonés (IFISA), que desde los años cuarenta apostó por tener una plantilla estable de guionistas llegando a formar un modesto star-system, romperá con el sistema de producción habitual hasta entonces caracterizado por polarizar su atención a las demandas del mercado: comedias disparatadas, melodramas religiosos y policíacos, westerns o el naciente erótico hispano, y rodará la ópera prima de Mario Camus (1935- ), Los Farsantes. Margarita la considera como una de sus películas preferidas.

Los Farsantes de Mario Camus, es una de mis predilectas, un retrato terrorífico y muy doloroso, pero espléndido, de la España del silencio y el hambre. La mejor suya, con Los santos inocentes (Mora, 2001, p. 10).


Margarita interpretará su primer personaje protagonista, una joven actriz de teatro llamada Tina. Los Farsantes refleja las vejaciones y la miseria que sufre una compañía de teatro que intenta sobrevivir actuando de pueblo en pueblo y viajando en una camioneta destartalada a imagen y semejanza de las giras realizadas por los actores barrocos en las compañías de la legua. El proceder airoso y digno con el que Margarita realizará un humillante striptease ante unos burgueses vallisoletanos pasará, sin lugar a dudas, a la memoria de las escenas más emblemáticas del cine nacional.

En el periodo en el que Margarita estuvo trabajando en Barcelona se fue gestando un grupo de cineastas que promoverían un fuerte movimiento contestatario respecto al cine establecido, incluido el NCE que mostraba ya preocupantes indicios de agotamiento.

El nacimiento de la Escola de Barcelona, que coincide con el final del mandato de García Escudero (finales de 1965), se caracterizará por ser el único movimiento colectivo de investigación formal y ruptura temática en toda la historia del cine español (Gubern, et al., 2009, p. 322). Este movimiento cinematográfico integrado por jóvenes burgueses catalanes, tomó como referencia la vanguardia imperante en el país vecino, la Nouvelle Vague, (debido a la proximidad geográfica de Francia) pero sin llegar a conseguir un estilo o innovaciones técnicas propias que consolidaran y potenciaran a esta escuela.

Margarita, aunque no estuvo vinculada a este movimiento fílmico, trabajó con los que serían los futuros miembros de la Escola de Barcelona, ya que estos colaboraron en la película que realizaría Margarita, Los felices 60 (1963), dirigida por Jaime Camino (1936- 2015).

Estos cineastas quisieron romper las estructuras cinematográficas nacionales establecidas y buscar un nuevo camino hacia el realismo que entró pronto en franca decadencia. En el país no consiguió demasiados adeptos y en el extranjero, una vez superada la novedad, dejó de suscitar el menor interés. Fue el propio Joaquím Jordá (1935-2006), creador y teórico de la Escola, quien dio por finalizado este movimiento fílmico barcelonés en 1969.

3. El cine de Margarita Lozano fuera de España

Las últimas producciones nacionales en las que participaría Margarita Lozano antes de comenzar su andadura cinematográfica en el extranjero fueron Amador (1966), del director Francisco Regueiro (1934- ) y Después del gran robo (1967) de Miguel Iglesias (1915-2012).

Tras residir durante un breve tiempo en Munich, el productor Carlo Ponti convence a la agencia William Morris para que la fiche y se traslade a Italia (Borau, 1988, p. 524).


Margarita Lozano recuerda que Carlo Ponti (1912-2007) se interesó por ella tras ver su trabajo en Viridiana pero no se pondría en contacto con él hasta pasados unos años. El día que decidió llamarlo, confiesa, pensaba que este productor italiano ya no la recordaría, pero no sólo la recordaba sino que seguía interesado por su carrera cinematográfica. Carlo Ponti consiguió que Margarita, aún a su pesar, formara parte de la cartera de actores de William Morris, una de las agencias de talentos internacionales más antiguas y prestigiosas del momento y de la actualidad. La personalidad de Margarita no encajaba con la típica actriz en busca de un representante artístico que la ayudara a lanzar y consolidar su carrera cinematográfica. Ella afirma que nunca ha esperado con ansiedad esa llamada de teléfono de su representante ofreciéndole un trabajo y reconoce que, prácticamente, ha podido ejercer su profesión teniendo completa libertad para tomar sus propias decisiones sin la necesidad de depender de un mánager.

Siempre (sin mánager). Ah, sí. En Italia, por imposición de Carlo Ponti, tuve a la William Morris (Mora, 2001, p. 10).


Margarita llega a Italia de la mano de Sergio Leone (1929-1989) con una producción cinematográfica que provocaría el nacimiento de un subgénero del western: el "spaghetti western".

Esta exitosa película de Sergio Leone, Por un puñado de dólares [Per un pugno di dollari], estrenada en 1964, y protagonizada por Clint Eastwood, actor desconocido hasta entonces, afianzará la proyección internacional de Margarita Lozano y conseguirá que la industria cinematográfica italiana apueste por la presencia de esta actriz española en su filmografía.

A mediados de los años sesenta, Margarita se encuentra ante un cine italiano singularizado por su espíritu renovador. El cine testimonial, que caracterizó al movimiento Neorrealista de la década anterior dará paso a un cine de autor que reflejará la realidad italiana con nuevas inquietudes narrativas y estéticas. Cineastas como Federico Fellini (1920-1993), Michelangelo Antonioni (1912-2007), Luchino Visconti (1906-1976) o Pier Paolo Pasolini (1922-1975) entre otros, marcarán la filmografía italiana del momento por sus búsquedas formales estrictamente personales y sus preocupaciones filosóficas diferentes.

Margarita Lozano trabajará con emergentes directores de cine como Nanni Loy (1925-1995), representante de la commedia all'italiana (Pinel, 2006, pág. 79),21 en la película El padre de familia [Il padre di familia, 1967] y volverá al spaghetti western participando en la única de este género cinematográfico y última película que dirigió Nunzio Malasomma (1894-1974), Quince horcas para un asesino [Quindici forche per un assassin, 1968], ya que moriría poco después. Gianfranco Mingozzi (1932-2009), conocido por su extensa producción en el cine documental, contaría con Margarita Lozano para su película Sequestro di persona (1969). Mauro Bolognini (1922-2001), famoso por sus comedias y por sus adaptaciones de obras literarias para la gran pantalla, adaptó la novela de Ercole Patti (1903-1976) Un bellissimo novembre, y rodaría, en 1969, esta película ofreciéndole a Margarita interpretar el personaje de Amalia. En el largometraje La monja de Monza [La monaca di Monza, 1969] Margarita se pondría bajo las órdenes del sobrino de Luchino Visconti, Eriprando Visconti (1932-1995), director milanés que cuenta con una trayectoria cinematográfica marcada por un estilo intimista, más preocupado por el reflejo de los conflictos internos que por la estética de la película.

Los años sesenta se caracterizaron por una mayor permisividad en cuanto a la censura se refiere y, sobre todo, por el ambiente revolucionario que se vivía en todo el mundo. Esto dio pie a un cine por un lado político, y por otro de marcado contenido sexual, e incluso una mezcla de ambos (Barroso, 2008, p. 13).


Uno de los artistas más destacados de este periodo que dirigió a Margarita Lozano fue el escritor, poeta, crítico literario y cineasta Pier Paolo Pasolini. Este personaje público y político de imagen provocadora y escandalosa, llevó a cabo un cine impregnado por su ideología marxista aunque sin llegar a establecer un compromiso demasiado ortodoxo.

Margarita Lozano intervendrá en Pocilga [Porcile, 1969] interpretando a la señora Klotz. Una controvertida película que refleja la bajeza del ser humano. El mundo poético y complejo en el que se desarrolla la filmografía de Pasolini contrasta con su claridad y sencillez a la hora de dirigir a sus actores.

El profesor de la Universidad de París III Sorbonne Nouvelle y director de estudios en el EHESS (L'École des hautes études en sciences sociales), Jacques Aumont, destaca la preocupación de este cineasta por el actor, sobre el cual trata de ejercer el mínimo poder «terrorista» (2004, p. 31).

Margarita recuerda a Pier Paolo Pasolini como un director accesible que concedía plena libertad al actor en su proceso de creación.

[.] Era una persona maravillosa. Pero es muy difícil hablar de él. Tuvimos una relación afectiva y ahora está muerto. Recuerdo que siempre hablábamos de nuestras madres, a ver cuál era mejor. Y de poesía. Una vez quiso que hiciera teatro con él. Le dije: 'Pier Paolo, no hablo italiano'. Respondió una cosa preciosa. 'Hay muchos que hablan bien pero no dicen nada' (Mora, 2001, p. 10).


Pero sería en la Mostra de Venecia de 1968 donde se presentaría, con la película Diario de una esquizofrénica [Diario di una schizofrenica] dirigida por el debutante Nelo Risi (1920-2015), uno de los mejores trabajos interpretativos de Margarita Lozano, alcanzando un merecido reconocimiento internacional gracias a su magnífica actuación en el personaje de la psicoanalista Bianca.

[.] Nelo Risi ha logrado unir todo eso en un filme muy bello, muy tierno, muy humano, que está favorecido por la torturada belleza de Grislaine d'Orsay y por la calidad dramática de Margarita Lozano, una actriz española, menospreciada en Madrid y que ha demostrado más allá de nuestras fronteras una capacidad interpretativa que les falta a las más de las que aquí andan en cabeceras de carteles sin que podamos comprender por qué (López, 1972, p. 96).


Margarita Lozano considera que este largometraje se encuentra entre sus mejores trabajos cinematográficos y, también, entre los más difíciles de interpretar. La dinámica de trabajo de Nelo Risi, aferrado y fiel a su concepción del filme, daba poca cabida a la aportación personal por parte del actor y, por lo tanto, ante este proceso de creación tan hermético Margarita nunca se encontraría del todo cómoda, llegando a tener sus diferencias con el director.

Otro de los trabajos interpretativos que Margarita Lozano destaca y recuerda con gran cariño es la superproducción rumana Baltagul (1970), dirigida por Mircea Muresan (1928- ), donde interpreta con maestría a Vitoria Lipan, la esposa de este héroe nacionalista rumano.

De la mano de Luigi Filippo D'Amico (1924-2007) Margarita retomará la commedia all'italiana con el personaje de Erminia en la divertida película El presidente del Borgoroso F.C. [Il presidente del Borgorosso Football Club, 1970] y participará, antes de aparcar temporalmente su carrera como actriz, en Amargo despertar [La vacanza, 1971], del cineasta Tinto Brass (1933- ).

Margarita decide abandonar su profesión y dedicarle todo su tiempo a su familia. Junto a su marido, Alessandro Magno, y a su hijo, Paco, inicia un periplo africano que la llevará a estar unos doce años alejada del mundo de la interpretación. Debido a la profesión de su esposo, ingeniero agrónomo de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación), viajarán continuamente y vivirán en diversos países africanos como Madagascar, Senegal, Alto Volta (hoy, Burkina Faso), Costa de Marfil y, finalmente, Marruecos. Margarita confiesa que cayó enamorada del continente africano y recuerda estos años como los mejores de su vida.

[.] cuando dejé el cine, fue para irme a África con mi marido y mi hijo. Una decisión razonada. Eran más importantes ellos que mi trabajo. Lo planté todo (Mora, 2001, p. 10).


Reconoce que aunque renunciara a su carrera por cuidar a su familia ella nunca dejó de sentirse actriz y cuenta que, en ocasiones, cuando estaba ante desconocidos le gustaba interpretar que era otra persona.

Su retorno a España e Italia, donde alterna residencia en Puntas de Calnegre, (Lorca, Murcia) y Bagnaia (Vitervo), fue a partir de comienzos de los años ochenta y por motivos familiares.

[.] No habría vuelto nunca de África. Si no fuera porque mamá se puso enferma, no habría vuelto (Mora, 2001, p. 10).


Margarita se hallaba en Italia cuando retoma su carrera cinematográfica gracias al encuentro fortuito con los hermanos cineastas Paolo y Vittorio Taviani (1931- y 1929-2018) que eran sus vecinos. Ella asegura que no tenía pretensión de volver a trabajar pero que fue su propio hijo quien la animó a aceptar este proyecto; incluso le llegó a proponer que si hacía La noche de San Lorenzo él dejaría de fumar. Margarita Lozano hizo la película pero su hijo no dejó de fumar.

[.] volví (al cine) por los Taviani. Nos encontramos paseando el perro y 15 días después me llamaron para La noche de San Lorenzo (Mora, 2001, p. 10).


La noche de San Lorenzo [La notte di San Lorenzo, 1982], considerada una de las mejores obras de los hermanos Taviani, consiguió el Gran Premio del Jurado de Cannes a mejor dirección, y en EEUU, el premio NSFC (Sociedad Nacional de Críticos de Cine de Estados Unidos) a la mejor película y dirección. Margarita Lozano junto al actor Omero Antonutti (1935- ), interpretan magistralmente una de las escenas más conmovedoras y entrañables de la filmografía de estos cineastas italianos. Concetta y Galvano, son una pareja de ancianos que por fin consiguen consumar el amor que ambos sienten desde hace treinta años teniendo como fondo los horrores de la guerra.

Tras participar en La noche de San Lorenzo, Margarita se convierte en una actriz esencial para los hemanos Taviani al intervenir en sus siguientes películas: Kaos [1984] en el episodio El otro hijo [L'altro figlio] (Borau 524),3 Good morning Babilonia [Good morning Babylon, 1987] y El sol también sale de noche [Il sole anche di notte, 1990]. Además de participar en estas películas, Margarita trabajará con otros directores italianos como Guiseppe Ferrara (1932-2016) en El caso moro [Il caso moro, 1986]; Nanni Morreti (1953- ) en la película La misa ha terminado [La messa è finita, 1985]; Francesca Archibugi (1960- ) en el largometraje Con los ojos cerrados [Con gli occhi chiusi, 1994]; Fabio Carpi (1925-2018) en Barbablù, Barbablù (1990) donde actuaría junto al actor John Gielgud (1904-2000). Margarita comparte una mala experiencia que vivió junto a este actor británico durante el rodaje debido al idioma:

[.] En Barba Azul, haciendo de mujer de John Gielgud. Me enseñaron los diálogos en inglés, y cuando llegó la hora de la verdad, el inglés del sir John, sus tonos, no se parecían nada a lo que yo había aprendido. No agarraba ni una. El director me dijo: 'Sé cómo eres'. Y fui como soy en la vida, no como soy en el trabajo; solar, toda solar. Pero no era eso. Lo pasé fatal. Repite, repite, repite. La satisfacción fue que, por la noche, Gielgud me mandó un ramo de flores a la habitación con una tarjeta que decía: 'Con todo el afecto, para mi esposa'. Qué actor, y qué persona. Una lección constante (Mora, 2001, p. 10).


Posteriormente, el director de cine, teatro y televisión nacido en España pero afincado en Italia, José María Sánchez (1949-2006), llevará a la gran pantalla un texto del célebre guionista Tonino Guerra (1920-2012), Burro (1989), ofreciéndole a Margarita Lozano interpretar el personaje de la madre del burro.

Aparte de su paso por la filmografía italiana, Margarita Lozano también intervendrá en varias series de televisión para la RAI (Radio Televisión Italiana). Ricky Tognazzi (1955- ), con el que Margarita no llegó del todo a congeniar por su forma de dirigir, trabajó con ella en la primera temporada de la serie Piazza Navona (1988) en el quinto episodio titulado Fernanda. Los hermanos Taviani también contaron con ella para su serie Luisa Sanfelice (2004).

Pero Margarita Lozano no sólo trabajará durante estos años en películas italianas, también despertó el interés en directores de cine franceses que quisieron tenerla en su reparto. El director y productor de cine Claude Berri (1934-2009) le ofrecería interpretar el personaje de Baptistine en el tándem El manantial de las colinas [Jean de Florette, agosto 1986] y en La venganza de Manon [Manon des sources, noviembre 1986]. Esta superproducción dividida en dos películas y basada en la obra de Marcel Pagnol forma parte de una de las producciones más caras de la filmografía francesa.

Philomène Esposito (1955- ), guionista y realizadora francesa de cine y televisión, también quiso que Margarita participara en su primer largometraje Mima (1991). Años después, la llamaría para que hiciese el papel de la nonna en la película Les ritaliens (2000).

Su último trabajo cinematográfico fuera de España ha sido un biopic de Napoleón en la isla de Elba, N. Napoleón y yo [N (Io e Napoleone), 2006], dirigida por el guionista y realizador italiano Paolo Virzì (1964- ).

4. Margarita Lozano en el teatro

El panorama escénico nacional de los años 50 se caracterizaba por un teatro de ideología burguesa conservadora al que denominan neobenaventino, determinado por su carácter moralizador y, a veces, puramente evasivo. Este tipo de teatro contrasta con los movimientos teatrales emergentes que se desarrollan durante esta década tanto en EEUU como en Europa. Estas nuevas formas de teatro de vanguardia se introducirán lentamente en España a través de las compañías de Teatro Independiente.

El Teatro Independiente, -que fue uno de los fenómenos más sugestivos de la escena durante el franquismo e incluso durante la Transición-, transformó paulatinamente el panorama teatral español a partir de la segunda mitad de los años sesenta del siglo pasado. Procede del teatro de cámara (Pavis, 1998, p. 444)4 y ensayo, -propio de los aficionados o semi-profesionales y de los teatros universitarios, que o bien se iban distanciando más del régimen o bien se habían creado al margen de la actividad teatral oficial-, y lograron granjearse un sólido respaldo intelectual debido a su apoyo por parte del público eminentemente universitario (Abbas, 2010, p. 19).


Sin embardo, el profesor Francisco Ruiz Ramón (1997, p. 455) precisa que el Teatro Independiente en España sólo existía a nivel de propósitos y aspiraciones, pero no como realidad objetivamente predicable. Si los esfuerzos para dar existencia a un teatro independiente eran reales, no eran menos reales las dependencias que frenaban, coartaban, frustraban e, incluso, destruían las posibilidades básicas de existencia de todo teatro independiente.

Los inicios teatrales de Margarita Lozano se remontan a esta década de los años 50 en Madrid donde fue meritoria en el teatro María Guerrero con Luis Escobar (1908-1991), haciendo una pequeña figuración en la que simplemente comía patatas. Éste sería el único momento de su carrera en el que participara en un montaje oficial. Margarita no quiso ser cómplice del régimen y rechazó la gran mayoría de los proyectos estatales aunque se los propusieran directores de escena como José Tamayo (1920-2003) o el propio Miguel Narros (1928-2013). Margarita recuerda que Miguel Narros le insistió en que también se podía hacer la revolución desde dentro pero ella no veía coherente haber corrido delante de los grises y luego trabajar para el régimen. La actitud vital de Margarita Lozano ha sido siempre la de aplicar la integridad y la coherencia en las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida.

El momento crucial en su trayectoria profesional teatral no vendría hasta su encuentro con el director y actor Miguel Narros en el Teatro Universitario de la Facultad de Veterinaria con la producción Música en la noche (1953) de J.B. Priestley, dirigida por Miguel Narros y María F. Gallardo y estrenada el 25 de marzo de 1953 en el Teatro María Guerrero de Madrid. Margarita confiesa:

Todo lo he aprendido con Miguel Narros (Torres, 2006, p. 53).

. siempre he tenido a Miguel Narros a mi lado. Él era el científico y yo el conejillo de Indias (Mora, 2001, p. 10).


Juntos trabajaron en una veintena de espectáculos participando en algunos de los proyectos más polémicos y atractivos de la época como fueron la Fedra (1957) de Miguel de Unamuno y Réquiem por una mujer de William Faulkner.

Margarita cuenta que añora los días en los que se permitían el lujo de montar obras de autores que les gustaban como eran Miguel de Unamuno, Antón Chéjov o William Shakespeare entre otros, aun sabiendo que una vez que estrenaran la censura cancelaría, al día siguiente, el espectáculo. Para la realización de estos proyectos más vanguardistas e independientes la compañía contaba con varios meses de ensayos y Margarita confiesa que éste era el proceso que más disfrutaba. Para ella era un auténtico placer el periodo de ensayos en los que podía estudiar minuciosamente tanto el texto como el personaje.

Sí, ensayábamos cuatro meses y luego sólo hacíamos una sola representación. Por la censura. Era precioso. Con una bastaba (Mora, 2001, p. 10).


Una vez terminado su paso por el Teatro Español Universitario, Margarita Lozano pasaría por distintas compañías de Teatro de Cámara y Ensayo de Madrid.

El Teatro de Cámara (o de Cámara y Ensayo), el Teatro Universitario y el Teatro Independiente [.] rechazaban el ser un simple teatro de aficionados, y pretendieron montar espectáculos valiosos, bien por la calidad o la significación del texto, bien (o también) por su realización teatral (Ruiz, 1997, p. 457).


En 1953 estrenaría, en el Teatro de Cámara de Madrid, la obra de Miguel de Unamuno, Soledad, dirigida por José Luis Alonso (1924-1990), y por Carmen Troitiño (1918- ), fundadora de esta compañía.

En vista del auge del «teatro de cámara» espontáneo que llevó a la celebración en 1952 del I Ciclo de Teatro Universitario, el Ministerio decidió nacionalizarlo. Por lo tanto, el TNCE (Teatro Nacional de Cámara y Ensayo) se crearía por decreto de 20 de septiembre del 54. [.] Se nombró secretaria a Carmen Troitiño, que aportó su experiencia de varios años junto a José Luis Alonso en el Teatro de Cámara de Madrid (García y Torres, 2006, p. 104).


Antes de que desapareciera el Teatro de Cámara de Madrid y pasara a ser el TNCE, Margarita vuelve a trabajar con José Luis Alonso en la producción La hora de la fantasía, estrenada el 26 de abril de 1954 en el Teatro Español de Madrid.

Años más tarde Margarita entra a formar parte del Teatro de Cámara, "Dido, pequeño teatro", creado por la directora murciana Josefina Sánchez Pedreño. Alberto González Vergel, director de escena, recuerda la importancia que este grupo tuvo dentro del panorama artístico nacional.

Por aquel entonces conocí a Josefina Sánchez Pedreño, persona a la que no puedo olvidar. Esta mujer tenía la intención de crear un teatro de cámara. «Dido, pequeño teatro de Madrid», es uno de los pilares de la renovación teatral de este país. A través de «Dido» se me brindó la gran oportunidad de mi vida, que fue estrenar por primera vez en el país a un autor que luego me ha perseguido, me seguirá persiguiendo y es su teatro parte de mi propia vida y de mi estética. Me refiero a Antón Chéjov. La noche del estreno de Tío Vania fue para mí como el bautismo y nacimiento a la dirección y a la confianza de los demás. [.] hasta que llegamos a otro gran acontecimiento de mi vida, que fue el estreno, también del brazo de «Dido, pequeño teatro» de La camisa, de Lauro Olmo. La camisa era el premio Valle-Inclán, instituido por Josefina Sánchez Pedreño y supuso un gran suceso político, social, estético y dramatúrgico. Se me concedió el Premio Nacional de Teatro (Salvador, 1970, pp. 7-8).


La primera obra que Margarita realizó en "Dido, pequeño teatro" fue Fedra con la que obtuvo muy buenas críticas.

Gran éxito de interpretación y dirección, a pesar de las dificultades ingentes que el autor acumuló por su decisión de eliminar técnicas estrictamente teatrales. Margarita Lozano hizo una Fedra tensa, violentísima, desmandada, y Miguel Narros (director de la realización escénica atinadísima) el de Hipólito, con plena convicción. Aplausos entusiastas de los espectadores, que tuvo que salir a recoger un hijo de don Miguel que se encontraba en la sala de Bellas Artes, donde se desarrolló la representación ("Teatro. La Semana Escénica", 1957, p. 75).


Las siguientes producciones de esta compañía en las que destaca el trabajo de Margarita Lozano fueron La rosa tatuada (1958), de Tennessee Williams y dirigida por Miguel Narros, Mirando hacia atrás con ira (1959), de John Osborne y con dirección escénica de Carmen Josefina Sánchez Pedreño, Lázaro (1960), de André Obey y dirigida por Julio Diamante, Las tres hermanas (1960), de Anton Chéjov con dirección de Miguel Narros, Casa de muñecas (1961), de Henrik Ibsen y dirigida por Juan de Prat Gay y La camisa (1962), de Lauro Olmo con dirección escénica de Alberto González Vergel.

Cayetano Luca de Tena (1917-1997), director el Teatro Español de Madrid de 1942 a 1952 y de 1962 a 1964, contaría con Margarita Lozano para su producción El pecado vive arriba, que estrenaría en el Teatro Beatriz el 17 de marzo de 1960.

El empresario teatral y propietario del Teatro Infanta Isabel, Arturo Serrano (1907-1986), gran aficionado al género policiaco, estrenaría Asesinato en el Nilo en el Teatro Maravillas de Madrid el 15 de septiembre de 1960. Margarita Lozano junto a importantes intérpretes (como Amparo Baró, Julieta Serrano o Manuel Díaz González, entre otros) participaría en esta adaptación teatral de la famosa novela de Agatha Christie que tuvo una crítica favorable permaneciendo en cartel cuarenta y ocho días. Al año siguiente, Margarita, volvería a trabajar bajo la dirección de Arturo Serrano en la obra de Jack Roffey, La noche del 5 marzo, que se estrenaría en el Teatro Infanta Isabel el 3 de mayo de 1961. Unos meses más tarde, el 3 de julio de 1961, Margarita llegaría al Teatro Eslava de la mano de su maestro y amigo Miguel Narros que la dirigiría en Anatole, de Arthur Schnitzler.

El último espectáculo teatral en el que intervendría antes de su marcha al extranjero fue la célebre obra de Lauro Olmo, La camisa, dirigida por Alberto González Vergel, como anteriormente hemos señalado. Su éxito obligaría a su reposición comercial a partir del 17 de marzo en el Teatro Lara, donde alcanzaría más de cien representaciones. Una vez terminada esta obra, producida por la compañía "Dido, pequeño teatro", Margarita pasará 26 años apartada de los escenarios hasta que en 1988 Miguel Narros la convencerá para que se reincorpore a la escena española.

5. Regreso a España

El director de cine y escritor Manuel Gutiérrez Aragón (1942- ) conseguirá que Margarita Lozano regrese a la cinematografía española ofreciéndole participar en su largometraje, La mitad del cielo (1986), que obtendría la Concha de Oro a la mejor película en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

La fascinación de este cineasta, oriundo de Cantabria, por Margarita Lozano se remonta a muchos años atrás. Ambos coincidieron en el montaje de La camisa dirigida por Alberto González Vergel y, ya por aquel entonces, Manuel Gutiérrez Aragón quedaría cautivado por el trabajo interpretativo de Margarita (Gutiérrez, 2004).

Juan Antonio Bardem también contaría con ella para una serie de televisión que dirigiría en Televisión Española, TVE-1, sobre la vida de Federico García Lorca, titulada Lorca, muerte de un poeta (1987). Aunque la trayectoria profesional de Margarita Lozano no sea, especialmente, conocida por haber hecho mucha televisión cabe destacar que, antes de aceptar este proyecto, ya pasó por los estudios de Televisión Española en 1961 con la serie Gran Teatro y en 1963, también, participaría en algunos capítulos de la serie Sospecha.

En 1988, Margarita junto a Miguel Narros y William Layton vuelve al teatro con la obra Largo viaje hacia la noche de Eugene O'Neill (1988-1953). Ángel Paniagua (1965- ), escritor y poeta, señala la poca aceptación que tuvo el personaje de Mary Tyrone interpretado por Margarita Lozano para la crítica teatral de Madrid.

Cuando, dos años después, tuve la oportunidad de verla en el montaje de El largo viaje hacia la noche de Eugene O'Neill, no pude por menos de felicitarla, a pesar de "lo mal que me han puesto en Madrid" como ella misma me comentaba, entre triste y divertida, después de la segunda de las tres representaciones murcianas de la obra. Efectivamente, se había hablado mucho, con ocasión del estreno madrileño, de su poca adecuación al personaje aunque, de haber alguna parte de razón en estas críticas, el tiempo transcurrido entre las funciones madrileñas y la posterior gira por provincias hasta llegar a Murcia era suficiente para pulir, perfilar, aquellas facetas del personaje que no hubieran sido aún "entrañadas" por la actriz (1990, p. 173).


El próximo espectáculo teatral en el que participaría sería una tragedia de Eurípides, Hécuba, dirigida por Emilio Hernández y representada dentro de la XXXVII edición del Festival Clásico de Mérida en julio de 1991.

En el espectáculo, que el día del estreno fue presenciado por cerca de dos mil personas que aplaudieron en pie la representación, destacan la interpretación de Margarita Lozano en el papel de Hécuba (Carracedo, 1991, p. 96).


La implicación de Margarita Lozano por ayudar y promocionar el cine murciano hará que quiera intervenir desinteresadamente en la película El infierno prometido (1992) del cartagenero Juan Miguel Chumilla Carbajosa (1961- ).

Margarita regresa de nuevo a los escenarios con Miguel Narros interpretando La vida que te di (1997) de Luigi Pirandello (1867-1936).

D'Odorico y Lozano confiesan que desde hace años dan vueltas, por separado, a La vida que te di, texto pirandelliano en el que el Premio Nobel aborda la figura de la madre no como personaje o como mujer, sino como concepto casi filosófico (Torres, 1998, p. 40).


Mahue Andúgar, actriz murciana que también trabajó con Margarita Lozano en La vida que te di, comenta la dificultad que supuso enfrentarse a un texto tan poco teatral y el gran apoyo moral que tuvieron todos los actores gracias a la buena predisposición y generosidad de Margarita durante el proceso de ensayos (Torres, 2012, p. 39).

Margarita Lozano y Mahue Andújar en La vida que te di de L. Pirandello dirigida por Miguel Narros en 1998.

El cineasta Norberto López Amado (1965- ) contará con Margarita para su película de terror Nos miran (2002). Ese mismo año, Margarita Lozano también estrenará el que, hasta el momento, ha sido su último trabajo cinematográfico Octavia, una historia muy personal dirigida por Basilio Martín Patino (1930-2017).

Bernarda Alba será el último personaje que Margarita Lozano con la edad de 73 años llevará a escena de la mano de la directora Amelia Ochandiano. Margarita cuenta que no tenía nada en común con este personaje.

Ella significa todo lo que detesto y contra todo lo que he luchado, la quiero representar de manera que la gente cuando me vea quiera prenderme fuego (Torres, 2006, p. 53).


Margarita Lozano en Bernarda Alba de F. García Lorca dirigida por Amelia Ochandiano en 2006.

La actriz María Galiana que compartió escenario con Margarita Lozano en esta producción decía:

Margarita tiene la virtud de los de antes: la lealtad hacia los suyos, el compromiso ante la profesión. Es muy concienzuda y rigurosa, no perfeccionista, sino que lentamente trabaja hasta dar con la clave artística que busca. Porque es el arte, en todas sus manifestaciones, lo que la conmueve (Sanderson).


Este espectáculo, que tuvo un enorme éxito de crítica y de público, fue programado en los teatros nacionales más importantes, a excepción del Teatro Romea de Murcia. Margarita Lozano tenía interés en actuar en su tierra y así poder despedirse del público murciano pero no pudo ser.

[.], Margarita Lozano brilla en esta función de una manera torrencial y, como siempre sucede en su caso, extraña y atemporal; pura magia. La directora del montaje, Amelia Ochandiano, estaba pletórica tras esta última representación en Madrid, que concluyó con una rotunda, vibrante, emocionante ovación que Margarita Lozano recibió con humildad y timidez (Arco, 2007, p. 58).


6. Técnica interpretativa de Margarita Lozano

Tradicionalmente la formación que adquirían los actores españoles para ejercer su profesión se caracterizaba por ser un aprendizaje autodidacta, basado en la observación y la intuición. Aunque ya en el siglo XVIII aparecieran en España las primeras Escuelas de Declamación y tratados que exponían la necesidad de adquirir una técnica interpretativa que permitiera la verosimilitud en el escenario, el oficio de actor no dejó de ser un trabajo de tradición, fundamentalmente, familiar cuyo aprendizaje se realizaba en la propia escena frente a un público.

La mayoría de los actores en la España del franquismo seguían en las mismas condiciones en cuanto a su preparación y formación académica.

Todos (los actores) manifiestan haber tenido en sus primeros pasos la voluntad de aprender: preguntar a los compañeros más experimentados, observarlos sobre el escenario, comentar los pormenores del trabajo y escuchar sus consejos. [.] La vida es la gran maestra, especialmente para unos actores que confiaron siempre en su intuición para captar aquellos detalles que después incorporaban a su interpretación (Ríos Carratalá, 2001, p. 90).


No obstante, encontramos también a muchos actores que optaron por tener una preparación adecuada pero siguiendo una formación académica más tradicional que adquirían en escuelas oficiales como el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid.

Sin embargo, Óscar Cornago Bernal en su estudio, La crisis del realismo ilusionista en la escena española de los años sesenta, hace referencia a las primeras escuelas de actuación españolas más vanguardistas que introdujeron en su formación una técnica de interpretación específica.

La investigación en los modos interpretativos stanilavskianos introducidos en España por William Layton a través del Teatro Escuela de Madrid (TEM), fundado en 1960, evolucionaría, ya a finales de esta década, hacia propuestas más rupturistas, algunas de corte growtoskiano, protagonizadas entre otros por el Teatro Experimental Independiente (TEI), formado tras la disolución del TEM. Al mismo tiempo, la Escola d'Art Dramàtic Adriá Gual, bajo la dirección de Ricard Salvat, comenzó a desarrollar, ya desde sus inicios también en 1960, un sistema teatral y un estilo fuertemente entroncados con la teoría épica, cuyos primeros exponentes fueron la dramatización de diversos poemarios, como La pell de brau (1960) y La gent de Sinera (1963), de Salvador Espriu, o Poesía y realidad. 20 años de poesía española (1962) sobre la antología de Castellet (1997, p.177).


Margarita Lozano, más próxima a esta nueva concepción de enfocar el trabajo interpretativo, pasará por el TEM y trabajará con William Layton (1945-1995). Ella reconoce que, a la hora de preparar un personaje, no seguía un método concreto de actuación a lo que William Layton respondía:

La Lozano no tiene ningún método.", y añadía inmediatamente, "ni falta que le hace (Torres, 2006, p. 53).


Margarita nos revela que su técnica de interpretación es el estudio minucioso del texto de la obra y del personaje.

(.) lo que más me ha gustado siempre del teatro es el estudio, descubrir cómo las palabras iban creando los personajes, conocer sentimientos que no son míos, ir averiguando el porqué de las cosas. También es estupendo fingir (.) Fingir en la vida es decir mentiras. En el teatro es contar verdades (Mora, 2001, p. 10).


Para ella lo primordial es descubrir las sensaciones y las vivencias que le aportan los personajes que interpreta. No considera necesario tener que recurrir a sus vivencias personales para construir un personaje o conectar emocionalmente con él. Margarita señala que lo único que pone al servicio de sus personajes es su voz y su cuerpo y que son los personajes los que la enriquecen a ella como persona. Cree firmemente que más importante que dar verdad es parecer que la das. No le interesa un actor que consiga emocionarse en escena o ante la cámara si no logra conmover al público. Margarita reconoce que es la misma actriz tanto en el teatro como en el cine (Torres, 2012, p. 42).

El cine "tiene otro atractivo. Pero a mí me gusta mucho la cámara, la máquina. Tenemos química. (.) soy muy gesticulante, pero tampoco es grave: gesticulo igual en el cine que en el teatro" (Mora, 2001, p. 10).


Al analizar la técnica interpretativa de Margarita Lozano, la actriz Mahue Andúgar destaca la importancia que Margarita le da a la palabra, su extrema generosidad con los compañeros en escena y su rechazo a utilizar cualquier técnica interpretativa en la que tuviera que recurrir a sus propias experiencias vitales.

La obra, La vida que te di, tenía un fuerte componente dramático, muy emocional. a la protagonista se le moría su hijo. Recuerdo que, a veces, durante los ensayos Miguel le proponía: "Imagínate, Margarita, que a tu hijo Paco le pasara." Margarita, entonces, lo paraba en seco y le decía: "Por ahí no, Miguel, por ahí no. A mi hijo no me lo toques, no me lo toques. Tú ya me conoces. No, no me lo toques." Ese modo de trabajar no era el suyo. (Torres, 2012, p. 44)


Margarita Lozano admite que el panorama actual cinematográfico y teatral español le provoca añoranza de tiempos mejores y confiesa que si volviera a nacer en esta época no sería actriz sino monja misionera.

Siento un gran desencanto, aunque no debería opinar porque vivo muy aislada, pero me avergüenzo profundamente de lo que veo y oigo, sobre todo en televisión, gente maleducada metiéndose en la vida del prójimo, duele mucho verlo (Torres, 2006, p. 53).


Al analizar la trayectoria profesional de Margarita Lozano comprobamos que pocas actrices que trabajaron durante los años 50 y 60 del siglo XX en España tuvieron la oportunidad de formar parte de interesantes proyectos vanguardistas, tanto teatrales como cinematográficos; de trabajar con excelentes directores y de tener un merecido prestigio y reconocimiento tanto nacional como internacional. Margarita Lozano, poco amiga de la fama y de la popularidad, ha permanecido siempre fiel a sus convicciones y ha sabido disfrutar de su oficio compaginándolo con la vida que ella ha elegido vivir.

Margarita Lozano fue nombrada el 22 de mayo de 2015 como doctora honoris causa por la Universidad de Murcia. Actualmente está retirada de la profesión y reside en Puntas de Calnegre, Lorca.

Siento una indiscutible debilidad por Puntas de Calnegre, un pequeño paraíso costero en el que logro aislarme del mundo, en el que me siento libre como en ningún otro lugar libre, donde la soledad deja de ser algo indeseado y el contacto con el mundo se establece a través de un pequeño pueblecito a un kilómetro de donde estoy. Eso sí, cuando viene algún amigo enseguida dice ¡qué paz!, ¡qué maravilla!, pero duran aquí escasamente cinco días, porque ya no saben vivir así, la contaminación urbanita no es sólo cosa del aire, también del alma, y lo malo es que a la gente ya no le gusta el paraíso (Lozano, 2008, p. 8).


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1 La Camisa, de Lauro Olmo, se estrenó en el Teatro Goya de Madrid el 8 de marzo de 1962 y fue premio "Larra" y Nacional de Teatro 1962. José Monleón escribió: "Quizá haga muchos años que no se ha dado en España un estreno tan triunfal de autor novel. Triunfo seguido-salvo alguna excepción previsible- de una crítica elogiosa y, en muchos casos, entusiasta. Lauro Olmo es desde la otra noche, uno de los autores más importantes de nuestro teatro actual".

2 Género cinematográfico nacido en Italia que engloba las décadas de los sesenta y los setenta, entre Una vida difícil de Dino Risi (1961) y La Terraza de Ettore Scola (1979), y que se caracteriza por utilizar una ironía feroz en contextos históricos y político-sociales muy concretos. Lejos de suavizar o de diluir la realidad al estilo del neorrealismo rosa, las comedias costumbristas de Luigi Comencini, Marco Ferreri, Pietro Germi, Mario Monicelli, Dino Risi y Ettore Scola evocan, con una rabia liberadora y una alegría iconoclasta, los grandes momentos de la historia italiana y las hipocresías que enturbian la vida social del país.

3 El Dr. Joaquín Tomás Cánovas Belchí, profesor de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia y director de la Filmoteca Regional de Murcia, destaca el trabajo que Margarita Lozano realiza en esta producción consiguiendo con el personaje de Mariagrazzia otra de sus mejores interpretaciones. Mariagrazzia es una madre enajenada que añora los hijos emigrados a América mientras rechaza al otro hijo, fruto de una violación durante la contienda garibaldina.

4 El Teatro de Cámara es una forma de representación y de dramaturgia que limita los medios de expresión escénicos, el número de actores y espectadores, la amplitud de los temas tratados.