
Calentamiento
Había una vez unos niños que vivían en una granja.
Un día decidieron salir a pasear y visitar todos los animalitos que allí vivían. (Se les pide a los niños que caminen libremente por todo el espacio).
Por el camino vieron en el suelo algo que llamó su atención, se agacharon para recogerlo y ..., ¡eran gominolas! (Se les pide a los niños que se vayan agachando y simulen que recogen gominolas del suelo cada tres pasos).
Al cabo de un rato, pensaron que ya tenían suficientes y, como tenían hambre, empezaron a comérselas. (Se le solicita al alumnado que haga el gesto de que se comen una gominola).
Cuando se comieron la primera, los niños estaban junto al establo y, al mirar a los caballos, ¡se convirtieron en uno de ellos! (Se les pide a los educandos que imiten el trote de un caballo, andando subiendo las rodillas de forma alterna, a la vez que palmotean el muslo que sube, e imitan con la voz un relincho).
Parte principal
Al principio se quedaron muy sorprendidos con lo que había sucedido, pero luego decidieron disfrutar del mágico momento ¡qué rápido podían correr! (Se les pide a los niños que pasen del trote suave a correr durante un par de minutos).
De repente, se pararon ¿Qué pasaría si se comieran otra gominola? En su carrera, había llegado al redil de las ovejas, al mirarlas y masticar otra gominola ¡se convirtieron en una de ellas! (Se les pide a los infantes que se desplacen gateando e intenten imitar el balido de las ovejas).
Cuidando de las ovejas, un perro pastor ladraba y corría de aquí para allá. Parecía que se divertía a la vez que hacía su trabajo y los niños pensaron que sería más chulo ser un perro y corretear libremente por el campo -¡las ovejas iban muy lentas!- pensaron, así que se tomaron otra gominola (le pedimos a los discentes que imiten el gesto de masticar) y se convirtieron en un perro pastor, juguetón y vivaracho que correteaba rápido para dirigir a todas las ovejas (le pedimos a los estudiantes que se desplacen gateando lo más rápido que puedan a la vez que van formando un gran corro entre todos para que las "ovejas" se queden dentro).
Después de correr tanto y en circuitos para guardar a las ovejas, los niños se sintieron cansados y algo mareados y se tumbaron un rato en el suelo a descansar (se pide a los alumnos que imiten a un perro tumbado esperando una caricia de forma que se tumbarán boca arriba con las piernas y brazos doblados).
- ¡Qué bueno sería que alguien viniera a jugar con nosotros! -pensó uno de los niños, mientras movía las patitas esperando que alguien viniera a acariciarlo. (Se les pide a los niños que están tumbados boca arriba que muevan las piernas de forma circular como si pedalearan unos minutos).
Al rato, el niño se dio cuenta de que no podía venir nadie a jugar con un perrito, ya que sus padres, los granjeros, habían ido al pueblo a comprar y no había más humanos en la granja. Así que se giró y se levantó. En seguida se dieron cuenta de que había un pequeño cerdito que estaba fuera de su establo que iba a bañarse en un gran charco de barro que había al lado de su pocilga y se preguntaron cómo sería bañarse en el lodo, así que se tomaron otra gominola y se convirtieron en unos bonitos cerditos rosados. (Se les pide a los estudiantes que se desplacen gateando despacio a la vez que imitan el sonido de un cerdito ¡Oinc! ¡Oinc!).
Cuando llegaron a la charca de barro, algo los impulsó a meterse, ¡qué fresquito! ¡Se notaba el barro en la piel! Empezaron a girarse para que el barro les cubriera toda la piel igual que estaba haciendo el otro cerdito (le pedimos a los educandos que se tumben boca arriba y giren sobre sí mismos de un lado a otro haciendo la "croqueta").
Cuando salieron del charco de barro, el barro se empezó a secar y a formar una costra, sucia y maloliente sobre la piel. Así que pensaron que sería mejor limpiarla, por lo que se fueron a bañarse al gran estanque. Caminar les costaba mucho porque estaban muy gordos y estaban muy cansados, ser cerdito no era tan divertido como se habían figurado en un primer momento, así que se comieron otra gominola y, justo en ese momento, les picó una serpiente (se pide a los niños que se tumben boca abajo y vayan desplazándose por el suelo sin despegar la barriga del mismo, como si reptaran).
A pesar de estar frotándose contra el suelo, el barro de cuando eran cerditos seguía adherido a su piel, así que los niños decidieron seguir su camino hacia el estanque para darse un baño. Poco a poco deslizándose por el suelo, al final consiguieron llegar y darse un buen baño. Para que se les quitara todo el barro y quedar bien limpios los niños bucearon en el agua (se les pide a los alumnos que dramaticen que están nadando y buceando"). ¡Por fin estaban limpios! Ahora les faltaba secarse. Los niños miraron a su alrededor y encontraron una piedra en la que tumbarse al sol para descansar y secarse. (Se les pide a los infantes que se queden tumbados boca arriba y hagan 5 respiraciones profundas).
De repente, saltó encima de ellos una simpática rana. ¡Parecía muy divertido saltar de piedra en piedra como una rana! Así que los niños se tomaron otra gominola e, inmediatamente, se transformaron en una ranita (se pide a los discentes que se coloquen agachados con las piernas separadas y las rodillas flexionadas y las manos por delante del cuerpo imitando la posición de una rana y que salten hacia delante y los lados imitando una rana y su croar diciendo “croac, croac”).
Al cabo de un rato, los pequeños se sintieron agotados de tanto saltar y se dieron cuenta de que, a pesar del esfuerzo, no habían llegado muy lejos. Quizá, si fueran más grandes, avanzarían más - pensó uno de ellos.
Cerca, en el prado, se oía el mugido de la vaca Paca y saltando se acercaron a ella (se les pide a los niños que continúen dando saltos como las ranas acercándose a un punto que habremos determinado previamente o de forma libre por todo el espacio). Cuando los niños estuvieron situados frente a la vaca, se tomaron su penúltima golosina y se transforman en vaca (se les pide a los estudiantes que se coloquen en cuadrupedia con rodillas estiradas, apoyando en el suelo solo las manos y pies, pero con las rodillas estiradas en el aire y que imiten el mugido de una vaca).
Vuelta a la calma
Después de pasear por el prado un par de vueltas, los niños se sintieron agotados y hambrientos y se dieron cuenta de que cuando eres un humano puedes correr, saltar, nadar..., además de poder hacer muchas cosas más…, y decidieron que ser niños es lo mejor que se puede ser en la vida. Así que se quedaron pensando en cómo iban a volver a ser humanos si por allí no había ninguna persona para mirarla. Finalmente, se les ocurrió una idea, y se dirigieron a la casa. Con mucho trabajo consiguieron entrar y se fueron directamente al comedor donde había muchas fotos de ellos. En ese momento, se comieron su última gominola y, por suerte, ¡volvieron a ser personas! (Todos los niños se ponen de pie de un salto súper contentos).
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¡Uf! ¡Qué cansados estamos! - pensó la niña- mejor si hago unos pocos estiramientos. Y su hermano que también tenía los músculos agarrotados comenzó a imitarla. (De forma dirigida, se realizan estiramientos con los alumnos de la siguiente forma:
- Cuádriceps: estando de pie, se flexiona una rodilla llevando el talón a la nalga, quedando apoyados en la pierna contraria y se coge el pie por detrás.
- Gemelos: estando de pie, con ayuda de una pared vertical, se apoya la planta del pie en la misma manteniendo la rodilla estirada, o sentados en el suelo con las piernas estiradas delante del niño, se llevan los dedos del pie hacia el cuerpo ayudados por las manos, una cuerda o cinturón.
- Tríceps: estando de pie, se les pide a los infantes que eleven el brazo recto al lado de las orejas y, después, doblen el codo y lleven la mano a la nuca.
- Bíceps braquial: estando de pie, se les pide a los educandos que estiren los brazos juntos delante de ellos con las palmas mirando al cielo y los codos estirados y, después, manteniendo esa posición, bajen los dedos de la mano hacia el suelo.
- Musculatura dorsal y pectoral: estando de pie, se les pide a los alumnos que eleven el brazo recto delante de ellos a la altura del pecho y luego lo crucen hacia el lado contrario manteniendo el codo recto ayudándose con la otra mano que empuja hacia el cuerpo desde el codo. Después, se les pide que entrelacen las manos por la espalda a la altura de las nalgas y eleven ambos brazos con los codos estirados.
- Por último, se les pedirá que hagan un círculo con la cabeza hacia la derecha y luego hacia la izquierda de forma lenta y suave. Después, teniendo la mirada fija en el frente, se les indicará que flexionen la cabeza hacia el lateral, intentando que la oreja se acerque al hombro, sin levantar el hombro contrario ni hacerse daño, y mantengan la posición 5 segundos y repetirán el movimiento hacia el otro lado).
Al terminar los estiramientos, se sintieron mejor, pero seguían teniendo hambre, así que, muy contentos, se fueron a la cocina para merendar. (Se hace una fila con los estudiantes y, de forma ordenada, se vuelve al aula donde se puede continuar con relajación con música o revivir la sesión realizada mediante preguntas que les incite a reflexionar, y pasándolo al plano gráfico mediante un dibujo).
Ficha técnica.
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Objetivos:
- Realizar diferentes tipos de propuestas motrices, de forma correcta, mostrando un dominio de su cuerpo (gatear, saltar, reptar, andar, correr, girar).
- Centrar la atención en la historia que se está contando, para involucrarse activamente en ella.
- Reconocer y valorar algunos animales domésticos que están presentes en el entorno.
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Edad recomendada:
- 3-4-5 años
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Tiempo aproximado:
- 30 minutos
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Unidad didáctica sugerida:
- La granja
- Los animales domésticos
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Valor trabajado:
- Cuidado, respeto y valoración de los animales
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Materiales:
- No son necesarios