
Calentamiento
Había una vez unos niños que iban al colegio …, y su profesor/a era…
Todos estaban muy contentos (saltamos de alegría diciendo biennnn y aplaudiendo!!!), porque su profesor/a era muy bueno/a y los quería mucho. Estos alumnos eran unos niños muy afortunados.
Un día el profesor/a decidió que, como sus estudiantes eran muy buenos y mayores, los iba a llevar de excursión muy lejos.
Entonces se pusieron en la fila para ir a montarse en el autobús (andamos todo el espacio, en fila india y damos una vuelta completa). Al llegar al autobús, los niños fueron subiendo a éste (subir dos escalones si se dispone de ellos, o imitar el gesto de subirlos, si no los tenemos) y se fueron sentado de dos en dos en los asientos del autobús (el docente pasa el primero, y el alumnado se va colocando delante de él en dos filas, con dos niños por cada fila, a su derecha y su izquierda imitando la distribución de un autobús. Una vez realizadas correctamente las filas se sientan en el suelo) y así todos juntos comenzaron su gran aventura (se les pide a los educandos que, manteniendo las dos filas de dos, se levanten y sigan al docente dando vueltas por el espacio disponible para realizar la sesión de psicomotricidad).
Halloween se acercaba y sea por casualidad o por mala suerte, el autobús en el que iban todos montados, pinchó una rueda y se desvió del camino (nos caemos todos al suelo y nos quedamos ahí sentados).
Al parar, se dieron cuenta de que se habían perdido y estaban en mitad de un bosque oscuro, porque había tantos árboles que no se veía el sol. El docente pensó que los alumnos no se podían quedar ahí eternamente porque nadie los iba a encontrar. Así que decidieron que el conductor del autobús se quedaría allí, por si alguien pasaba, mientras que el docente con los alumnos se irían a buscar un pueblo cercano o casa, para pedir ayuda, ya que en el bosque el teléfono móvil no tenía cobertura.
Así que se pusieron otra vez en marcha, pero, para encontrar el sitio exacto donde estaba el autobús, el profesor/a les pidió a sus aprendices que recogieran varias piedras del suelo y luego las fueran lanzando al suelo en orden para marcar el camino (se les pide a los alumnos que se agachen unas 4-5 veces y simulen recoger piedras y las colocan detrás de ellos lanzándolas a su paso como si dibujaran un camino también 4-5 veces).
Parte principal
Cuando ya habían lanzado varias piedras, exclamó ¡oh no, qué mala suerte! De tanto agacharse, una araña se les había metido por la pernera del pantalón y, como era muy pequeña y no se la podían quitar, deciden saltar a ver si se les bajaba de una vez (se les pide a los alumnos que vayan saltando de un lado al otro del gimnasio con los pies juntos). - Pero, ¡madre mía!, la araña con tantos saltos en vez de caerse, se les ha subido para arriba y ahora la tienen en la espalda y les hace muchas cosquillas. Entonces, el profesor/a les dice que, para que nos les pique tanto, se tienen que tirar al suelo y hacer la croqueta para un lado y para el otro, a ver si así se les pasa. (Se les pide a los niños que rueden sobre sí mismos, de boca arriba a boca abajo, primero hacia la derecha y luego hacia la izquierda completando 3 vueltas hacia cada lado).
Y la verdad es que, al cabo de un rato funciona, la araña se baja de ellos y se pueden poner de pie para poder continuar. (Dar otra vuelta caminando por todo el espacio).
Cuando llevan un rato andando, se encuentran con que hay un río que tienen que cruzar pasando por un puente (se les pide a los niños que pasen andando por encima de unos bancos o cuerdas. Según la edad, se les puede pedir que vayan pisando una línea. Cuando hayan hecho todos la actividad, sigue el cuento motor).
Una vez que todos han cruzado el río, siguieron avanzando por el bosque, caminando más y más, hasta que se encontraron delante de ellos con un gran lago de arenas movedizas, que, si se caen en ellas, los atraparán y no podrán salir de allí. Así que se quedaron parados un momento delante del lago, pensando en qué van a hacer, hasta que un niño dijo:
- Mira, profesor/a, hay unas rocas en mitad de las arenas movedizas, así que, si vamos pisando en ellas con cuidado, ¡creo que podremos cruzar este lago sin caernos en las arenas! (Se le pide al alumnado que salten dentro de unos aros colocados en zigzag en el suelo).
Cuando ya han cruzado todos, prosiguieron su camino, pero se encontraron con que ahora tenían que atravesar un túnel de techo bajito y para poder pasar, a través de él todos se tuvieron que agachar (los niños andarán agachados o doblando el cuerpo por la mitad).
- Pero, ¡oh no!, el túnel cada vez es más pequeño y ahora, para poder cruzarlo, tienen que ir a gatas por dentro de él- (los niños se desplazan en cuadrupedia gateando de un lado a otro del espacio).
Al salir del túnel, les duele tanto la espalda que todos se tuvieron que estirar al máximo para que se les pasara el dolor (todos tienen que andar con los brazos rectos para arriba y de puntillas, de un lado al otro del espacio, intentando ser lo más alto posible).
Al rato de seguir andando, a lo lejos ven un castillo y, al verlo, los niños se pusieron tan contentos que empezaron a correr todos hacia él. (Los niños deben correr ida y vuelta entre los puntos que se hayan fijado según la longitud del espacio disponible de 2-5 veces).
Vuelta a la calma
Finalmente, llegaron al castillo y llamaron a la puerta, toc, toc (estando de pie, los niños deben gesticular imitando que llaman a una puerta dándole golpes con los nudillos, elevando el brazo, al menos 3 veces con cada brazo). Al cabo de un rato apareció una bruja.
Al ver a la bruja, todos los alumnos se asustaron y gritaron:
- ¡¡¡Ahhhh!!- (Los niños gritan flojito ahhh).
Y, entonces, la bruja empezó a llorar (todos deben mediante mímica expresar llanto de forma libre). Ella era una bruja buena y le encantaban los niños, pero ninguno quería jugar con ella, porque a todos les daba miedo cuando la veían. Pero, al verla llorar, el/la profesor/a se apiadó de ella y le preguntó que qué le pasaba. La bruja le dijo que estaba muy triste porque siempre estaba sola y nadie quería estar con ella. A continuación, el profesor/a le dijo que ellos se quedarían con ella un rato hoy y que, además, ella podría visitarlos en el colegio siempre que quisiera.
Luego le preguntaron si tenía un teléfono para llamar a la grúa, ya que se les había pinchado una rueda de su autobús y no podían volver a sus casas. La bruja les dijo que no y todos se pusieron muy tristes (todos deben mediante mímica expresar tristeza de nuevo).
Pero, de repente, se le ocurrió una idea:
- ¡Podíamos hacer una opción transportadora! - todos la miraron asombrados, no sabían qué era eso, pero ella lo ignoraba y continuó, - y cuando os la bebáis sólo tenéis que pensar dónde queréis ir y allí os llevará la poción mágica. Eso sí, para poder hacer la poción, necesitaré vuestra ayuda, ¿Me ayudaréis? - Todos los niños gritaron que sí.
Entonces puso a todos los niños en círculo y empezó a darles las instrucciones: (Hacer un círculo con los niños con una distancia de un brazo extendido entre ellos para que no se choquen).
- Primero tenemos que meter en el caldero agua- (todos deben, mediante mímica, expresar que meten agua en un caldero).
- Luego 1 diente de león, para que nadie sea peleón- (todos deben mediante mímica imitar un león, pueden imitar el rugido de un león también).
- 2 cucharadas de miel, para portarnos súper bien (todos deben gesticular como si comieran miel y estuviera muy rica).
- 3 ranas gigantes, para vivir historias emocionantes- (todos deben saltar 3 veces como las ranas con las piernas flexionadas y las manos delante de ellos apoyadas en el suelo).
- 4 ojos saltones, para que en la fila no haya empujones- (señalamos los ojos y damos 4 saltos en el sitio para no chocar unos con otros).
- 5 maripositas para llegar a casa con muchas sonrisitas (los niños deben simular que son mariposas y dar 6 vueltas moviendo los brazos para arriba y para abajo como si volaran a la vez que trazan un pequeño círculo alrededor de su sitio al desplazarse).
Después lo metemos todo en el caldero, lo removemos bien (todos harán como si removieran un caldero grande, cogiendo un cucharón imaginario entre las manos, con una mano ligeramente encima de la otra y realizando círculos con los brazos), nos servimos un cucharón de la poción, en cada vaso (todos harán como si con el cucharón sujeto con una mano sacaran el líquido del caldero y se rellenaran un vaso imaginario sujeto en la otra mano) y nos lo bebemos de un tirón (todos harán como si se bebieran el vaso imaginario, llevando la mano correspondiente a la boca y haciendo gesto de tragar).
Finalmente, la poción resultó y cada niño en su casa apareció.
De vuelta en el aula, dispuestos en gran grupo nos sentaremos a rememorar con los alumnos sobre todos los acontecimientos de la historia realizando así una reflexión del cuento en profundidad.
Después, les pediremos que piensen acerca de las cosas que les dan miedo y que, por turnos, las vayan compartiendo con sus compañeros.
También se les requerirá que cuenten situaciones pasadas que les hayan hecho sentirse tristes.
Después de escuchar sus diferentes anécdotas, les pediremos que nos cuenten otros ejemplos de situaciones que los hayan puesto alegres.
Después, se reflexionará acerca de cómo se había sentido la bruja al ver a los niños. A continuación, les preguntaremos si alguna vez les ha pasado que algún compañero no haya querido jugar con ellos, y cómo se sintieron en ese momento.
Finalmente, animaremos a los estudiantes a que cada uno nos diga quiénes son sus mejores amigos de la clase y a qué les gusta jugar con ellos.
Terminaremos pidiendo a cada estudiante que le haga un dibujo, a modo de regalo, a un amigo/a como agradecimiento de su amistad.
* Nota de la autora 5: Con esta actividad de reflexión final se está trabajando la metacognición. También sirve de base para hacer un sociograma del aula, conocer los vínculos sociales y emocionales del alumnado y prevenir el bulling, a la vez que se fomentan las relaciones interpersonales.
Ficha técnica.
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Objetivos:
- Reflexionar acerca de situaciones pasadas sacando un aprendizaje de las mismas.
- Reconocer los sentimientos de: miedo, tristeza o alegría y poner ejemplos de situaciones que los hagan sentir así.
- Escuchar activamente el cuento motor, comprendiendo su significado.
- Obedecer órdenes sencillas.
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Edad recomendada:
- 3, 4, 5 años
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Tiempo estimado:
- 40 minutos
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Unidad didáctica sugerida:
- Halloween
- El bosque
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Valor trabajado:
- La empatía
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Materiales:
- Aros
- Bancos o cuerda
