
Llevamos diciendo a lo largo de esta monografía que sobre nosotros existe una columna de aire, con un peso increíble que define la llamada presión atmosférica. Pero, es necesario comprobar más in situ y demostrar al alumnado que llevamos razón. De este modo, os proponemos dos actividades en una. Por un lado, la construcción de una balanza y, por otro, el sellado de una jeringa. De este modo, ya no podemos decir que el aire no es materia y, por tanto, que no tiene masa ni ocupa un espacio.


Para la primera experiencia:
- Hilo de algodón, del que se usa en costura.
- Una varilla de madera de unos 75 cm, aproximadamente.
- Dos globos.
- Aguja.
Para la segunda experiencia:
- Dos jeringuillas no reciclables, de plástico, de las que se utilizan en enfermería.
- Un mechero.

Para la primera experiencia:
- Inflamos los globos hasta ocupar un volumen similar.
- Calculamos el punto medio de la varilla de madera y colocamos un hilo de algodón para confeccionar la balanza.
- Unimos los globos a los extremos de la balanza y los dejamos en equilibrio.
- Clavamos una aguja en la zona de mínima presión de uno de los globos, con el objetivo de desinflarlo.
Para la segunda experiencia, con la ayuda de un mechero, sellamos la salida de una de las jeringuillas.

Por lo que respecta a la primera de las experiencias, en la posición de equilibro los dos globos tienen aire dentro y tienen el mismo peso. Por tanto, la suma de la masa de cada globo será la proporcionada por el aire más la que le ofrece el plástico. Si procedemos a desinflar uno de los globos, pinchando la zona de mínima tensión en uno de los mismos, la balanza empieza a desequilibrarse hacia el globo que está hinchado (figura 37). ¿Qué nos indica? La masa del globo hinchado supera a la del desinflado por la pérdida de aire. Por lo tanto, demostramos que el aire pesa.
Además, seguimos intentando demostrar que el aire es materia. Si cogemos una de la jeringuillas y procedemos que elevar el émbolo y presionamos, el aire de su interior sale por la boquilla de salida. Pero, ¿qué es lo que ocurre en la jeringuilla sellada? Presionando el émbolo no llegamos al fondo, ¡es imposible! (figura 38). Por tanto, el aire ocupa un espacio en nuestras vidas.

