Análisis Musical 5.º. Conocimientos y recursos para comprender la música del Barroco, Preclasicismo y Clasicismo. David Heredia García

12. EL CLASICISMO

“La melodía es algo así como el rostro de la música, aquello que el discurso exhibe como más imperioso e individual y consagra a sellar la memoria.”

José Luís Téllez. Musica Reservata.

12.1. Contextualización histórica

Como en cualquier otro arte, encorsetar cualquier periodo histórico-estilístico es arriesgado a la vez que necesario y útil.

Por un lado arriesgado, puesto que, los periodos artísticos no son elementos estancos que comienzan un día y finalizan otro, sino que son periodos que se fusionan entre ellos: la gestación de un estilo se solapa con la progresiva aparición y estabilización del siguiente. Aunque Haydn ya estuviese escribiendo en el nuevo estilo del Clasicismo que acabarían siguiendo Mozart y Beethoven, otros compositores como Georg Friedrich Haendel aún continuaban escribiendo con una estética Barroca. Mientras Beethoven había iniciado su camino hacia el Romanticismo, Johann Nepomuk Hummel aún escribía en una estética clásica-barroca.

Como bien señalaba el artista pictórico Kandinsky, el arte avanza hacia delante siempre gracias a unos pocos que transforman y desarrollan el lenguaje. En el Clasicismo, esta gran responsabilidad recayó sobre los hombros de Haydn, Mozart y Beethoven. «Lo que une a los tres maestros no es su contacto personal, ni su influencia e interacción mutuas (aunque mucho hubo de ambas), sino su forma de entender el lenguaje musical, común a todos ellos, y su decidida contribución a definirlo y modificarlo […] los tres llegaron a soluciones análogas en buena parte de su obra»1.

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Figura 12.1: Cronograma de Clasicismo y sus principales compositores

Por otro lado, resulta necesario y útil, puesto que nos ayuda mentalmente y nos clarifica cronológicamente, de un rápido vistazo, a organizar y situar en una línea temporal un estilo y compositores concretos. Y, es que, como ya hemos mencionado, «el concepto de estilo no se adscribe a un hecho histórico, sino que responde a una necesidad: crea una forma de entendimiento»2.

12.2. Características estilístico-estéticas

El musicólogo Charles Rosen menciona que «únicamente en las obras de Haydn, Mozart y Beethoven todos los elementos contemporáneos del estilo musical –rítmicos, armónicos y melódicos– actúan conjuntamente y de forma coherente; sólo con ellos cuajan todos los elementos de la época con cierto grado de complejidad»3. A continuación, vamos a desglosar cada uno de los parámetros musicales para ver las características que nos encontraremos al analizar las obras del Clasicismo.

12.2.1. Formas musicales

El Clasicismo es un periodo histórico que hace cristalizar nuevas estructuras. La forma sonata es la estructura que se erige como la reina y su presencia es la característica más importante de todas. La forma sonata, como en el resto de formas del Clasicismo, se rige bajo el equilibrio entre consonancia/disonancia4; entre tensión/relajación. Concepto que aparece a nivel estructural, armónico, fraseológico (antecedente frente a consecuente) y de secciones.

El papá de esta forma musical lo encontramos en Haydn que, «como un artesano, un carpintero, capaz de desencadenar ese “artesanado furioso” que terminó siendo la forma sonata y la gran música sinfónica y de cámara de los siglos XIX y XX»5. Y, es que la forma sonata imperará durante todo el Clasicismo y Romanticismo. Y no sólo la encontramos en la sonata para instrumento a solo, sino también en las Sinfonías para orquesta, Cuartetos de cuerda, Trios, Quintetos de viento, Quintetos con piano, etc. No importa para cuántos músicos sea la obra, se generarán obras compuestas por tres o cuatro movimientos. La tradición llevará a los principales compositores a escribir cada uno de estos movimientos en unas formas musicales determinadas (que veremos en profundidad y repasaremos de nuevo en otra unidad). De esta forma, podríamos decir que los movimientos se organizan en:

  • 1er movimiento. De tempo rápido y englobado en la predominante estructura del Clasicismo, la forma sonata (casi con toda seguridad).
  • 2º movimiento. De tempo lento, es el movimiento más variado en cuanto a su estructura. Puede ser un tema y variaciones, un lied binario, un lied ternario, un lied desarrollado (rondó) o, de nuevo, una forma sonata (o una forma sonata sin desarrollo).
  • 3er movimiento. De tempo rápido. Este movimiento, si existe un cuarto, será de carácter de danza, englobado en una forma de Minueto (o Scherzo, muy empleado a partir de Beethoven).
  • 4º movimiento. De tempo rápido. Organizado de nuevo en la forma sonata o rondó.

La modulación en el Barroco es un flujo constante, un ostinato. Mientras que en el Clasicismo la modulación es sinónimo de forma musical, establece zonas tonales amplias que contrastan con las transiciones y desarrollos.

12.2.2. Melodía

La melodía pasa a ser el elemento más importante, la absoluta protagonista de la música. Esta se vuelve más sencilla que en el Barroco. El teórico Ernst Toch define muy bien la melodía de los maestros del Clasicismo: por un lado, sobre la melodía de Haydn «sigue las huellas de la armonía, brota del acorde y se adhiere a sus estructuras cual planta trepadora: es la melodía armónica por excelencia». Por otro lado, sobre la melodía de Mozart dice que «también está inspirada en el acorde. A pesar de estar construida con los mismos elementos [acordes], tiene sus melodías un colorido más positivo, un perfil más agudo, mayor densidad y peso. La tristeza de Mozart es más triste que la de Haydn, su alegría más alegre». Es decir, que «Haydn y Mozart renuncian al rápido cambio de armonías a favor de una explotación melódica del acorde»6.

Algunas de las características melódicas a destacar son:

  • El claro contraste de las articulaciones y dinámicas, una oposición directa: piano frente a forte, melodías ligadas frente otras con staccato.
  • La delimitación fraseológica quedará muy bien marcada a través de las cadencias que, en su mayoría, serán cadencias auténticas y semicadencias, buscando ese efecto de antecedente y consecuente. Se refleja así un equilibrio en las cadencias entre las funciones de tónica (cadencia auténtica) y la función de dominante (semicadencia).
  • Tendencia a la simetría del fraseo, típico de la tendencia del estilo hacia el equilibrio y la organización (2 + 2, 4 + 4 o 8 + 8).

12.2.3. Armonía

El periodo anterior, el Barroco (sobre todo en su momento más temprano) tenía como característica principal el bajo continuo como base de la composición musical. La armonía surgía y se formaba a partir de este bajo continuo. Este proceso desapareció progresivamente hasta el Clasicismo, hasta erradicarse por completo. Ello implicó que se liberase la armonía y los acordes, pasando así a constituirse las nuevas formas musicales. Además, la armonía del Barroco (más en los últimos años del Barroco, el llamado Barroco tardío) se caracterizaba por ser muy densa, en la que en cada compás se podían encontrar varios acordes distintos. Esta acumulación se simplificó enormemente en el Clasicismo, con uno o dos acordes por compás (por supuesto, en términos generales). Es decir, en el Clasicismo el ritmo armónico es sencillo y lento, en contraste, como siempre, con las características estéticas del estilo anterior7, el Barroco.

Y, es que, en ningún otro periodo histórico ha estado la armonía tan ligada a la forma musical, atendiendo a los ideales del Clasicismo: equilibrio, estructura y simplicidad. Las modulaciones y las tonalidades definen por completo las estructuras y sus diferentes secciones.

Además, existe una clara preferencia del modo mayor frente al menor. El modo menor se suele utilizar como un cambio de color al mayor, es un recurso inestable y muy expresivo que contrasta con la nitidez y estabilidad del modo mayor.

12.2.4. Ritmo

A pesar de la importancia del parámetro rítmico en la construcción del discurso, durante el Clasicismo el ritmo no ve alterada su importancia respecto al Barroco. Tiende a ritmos simples y siempre al servicio de la melodía, la armonía y la textura. No es hasta el Romanticismo cuando el ritmo comienza a convertirse en un protagonista más y los compositores empiezan a explotar sus posibilidades. Por lo tanto, las indicaciones de agógica (como ritardandi o accelerandi) también serán muy escasas, con un pulso que sólo se variará en momentos puntuales (y que, con toda seguridad, serán momentos importantes del discurso).

12.2.5. Textura

La textura se vuelve, eminentemente, homofónica y de melodía acompañada. Esto se debe, principalmente, a que la melodía se convierte en la reina de la música. La textura contrapuntística, tan importante en el Barroco, pierde presencia pero podrá ser recurrente en determinados pasajes o fragmentos de carácter de transición o de desarrollo.

Surgen acompañamientos estereotipados y muchas variantes de los mismos, como el ya mencionado bajo Alberti. Y, el ritmo armónico se vuelve más lento en las secciones expositivas, mientras que se acelera, como en el Barroco, para los momentos de transición y desarrollo temático.

12.2.6. Instrumentación

Al igual que en el Barroco, la importancia de la música instrumental frente a la música vocal sigue vigente. Nace el concierto público y ello provoca el auge de los géneros instrumentales. Por un lado, para las grandes formaciones como el concierto solista y la sinfonía clásica. Por otro lado, el ambiente privado fomentó la sonata a solo (especialmente para el piano) y el cuarteto de cuerda.

La orquesta sinfónica comienza a completarse hasta como la conocemos hoy en día. Los distintos instrumentos de viento aún están en el periodo del Clasicismo mejorándose en cuanto a su construcción y funcionamiento. Es especialmente en las sinfonías de Beethoven donde se van incorporando progresivamente y, de forma estándar, en la plantilla orquestal. Y, más ampliamente durante el periodo del Romanticismo.

Respecto a la tímbrica, es decir, las características sonoras y acústicas de cada instrumento que definen su sonido, comienzan a explotarse en el repertorio sinfónico. La sección de maderas, metales y percusión empiezan a tener una importancia estructural en las obras. No obstante, la tendencia a usar grupos de cámara aún impera en el repertorio. De hecho, las orquestas del Clasicismo raramente superan los 25 miembros. Hasta, como hemos mencionado, las sinfonías de Beethoven8 (compositor que es el puente hacia el Romanticismo), el número de intérpretes de la orquesta no se alterará.

ANEXOS UNIDAD DIDÁCTICA 12

Audios recomendados

Vamos a hacer un repaso de las obras más representativas e icónicas del periodo clásico:

  • Sinfonía n.º 94, Hob. I: 94 en Sol mayor (1791), de Joseph Haydn
  • Cuarteto de Cuerda en Sol mayor op. 33, n.º 5 (1778), de Joseph Haydn
  • Sinfonía n.º 25, Kv. 183 (1773), de Wolfgang Amadeus Mozart
  • Sinfonía n.º 41 “Júpiter”, Kv. 551 (1788), de Wolfgang Amadeus Mozart
  • Serenata n.º 13 para cuerdas en Sol mayor “Eine Kleine Nachtmusik”, Kv. 525 (1787), de Wolfgang Amadeus Mozart
  • Cuarteto de cuerda n.º 14, Kv. 387 (1782), de Wolfgang Amadeus Mozart
  • Sinfonía n.º 1 en Do mayor, op. 21 (1795), de Ludwig van Beethoven
  • Cuarteto de cuerda n.º 1, op. 18 (1799), de Ludwig van Beethoven

Lectura

Libro: La música clásica: la era de Haydn, Mozart y Beethoven
Autor: Philip G. Downs
Capítulo 6 [extracto]: El entorno social y filosófico. Págs. 119-123
Capítulo 9 [extracto]: Música de concierto. Págs. 163-175
Capítulo 27 [extracto]: Un gigante a caballo entre dos siglos. Págs. 545-553

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