La Lengua que nos emociona. Toni García Arias, Pedro Andrés Vicente Ruiz
Metodología

La metodología de trabajo en el aula se estructura del siguiente modo:

metodología de trabajo en el aula
  1. Todas las actividades giran en torno a un texto que sirva de disparador.

  2. El docente presenta la temática y genera la motivación hacia la misma.

  3. Se trabajan aspectos emocionales sin olvidar los lingüísticos.

  4. Todas las actividades requieren una reflexión/ex­presión escrita, siguiendo las siguientes fases didácticas:
    1. Comprensión literal, inferencial y crítica: leer las líneas, leer entre líneas y leer tras las líneas (Cassany, 2021).
    2. Comprensión instrumental: identificación y análisis de los procedimientos lingüísticos que median en el discurso para la construcción del género textual.
    3. Propuesta de escritura creativa:
      1. Libre.
      2. O bien, monitorizada, mediante organizadores previos, pautas, guías de evaluación y, especialmente, modelos textuales para la imitación y la inspiración del estudiante: instrumentos útiles y eficaces para quien desea comunicar siguiendo un plan y quiere presentar un texto con un buen hilo conductor (Drop, 1987). De manera que los modelos textuales se constituyen en el espejo donde mirarnos para resolver el “problema retórico” planteado (Flower y Hayes, 1981), pues, como sostiene Bajtín (2003) acerca del problema de los géneros discursivos: “Aprendemos a plasmar nuestro discurso en formas genéricas, y al oír el discurso ajeno, adivinamos su género desde las primeras palabras, calculamos su aproximado volumen (o la extensión aproximada de la totalidad discursiva), su determinada composición, prevemos su final, o sea, que desde el principio percibimos la totalidad discursiva que posteriormente se especifica en el proceso del discurso.” Ese “discurso ajeno” no ha ser exclusivamente un modelo textual clásico, también puede emplearse una producción creativa de un alumno del mismo nivel académico, ya que sería incluso más motivador comprobar qué solución han dado otros iguales al mismo problema retórico planteado.
    4. Proyección emocional: indagación e interpretación personal.

  5. Puesta en común oral: retroalimentación formativa.

En definitiva, se apuesta por una didáctica que anule el silencio inoperante del aula y volatilice esa cultura pedagógica que considera al alumnado como objeto pensado por el currículo prescrito y no como sujeto pensante y emocionalmente proactivo (Vicente Ruiz, 2013). Se propone, en cambio, una acción dialógica intersubjetiva, una práctica educativa que otorgue importancia especial al diálogo, porque, además de tratar de aprender a manejar el idioma nacional para adquirir conocimientos, debemos colocar al alumno frente al discurso del otro para ser capaz de percibir ese Otro, que es la condición indispensable, y cada vez más apremiante, para lograr una vida en común efectiva y afectiva. Ahora bien, ese Otro ha de ser percibido mediante un indispensable acto asertivo de respeto, fundamentado en “la comprensión de lo que dice, piensa y siente, y por la capacidad de conversar con él” (Touraine, 1997).

El docente lector de La lengua que nos emociona podrá advertir que la estrategia metodológica que sustenta el acto didáctico comunicativo de las tareas propuestas es el llamado aprendizaje monitorizado, en la línea didáctica del método Jump Math propuesto por John Mighton (2007), cuya evidencia científica en cuanto a eficiencia y eficacia ha sido avalada por la Universidad Autónoma de Barcelona. Sus rasgos más destacados son:

  1. Un aprendizaje escalonado, cuya finalidad es asegurar la comprensión de cada paso didáctico para favorecer la participación. A partir de ahí, se proponen retos graduales que todos puedan afrontar con éxito.

  2. La práctica guiada, pautando con fluidez las secuencias de pasos para llegar al concepto y la resolución de la actividad demandada.

  3. El refuerzo de la confianza con ejercicios propedéuticos recurrentes que vayan constituyendo progresivamente los conocimientos previos o estructura cognoscitiva preexistente (Ausubel, 2012) para afrontar nuevas tareas de aprendizaje significativo que supongan retos o desafíos graduales. El éxito va a depender del equipaje cognoscitivo con el que se llegue a la nueva situación de aprendizaje.

Botón subir
Región de Murcia