Neuromodulación: una experiencia innovadora

Dr. Antonio Varona Peña

Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia

Resumen: Neuromodulación y voz es una experiencia didáctica de trabajo con el Sistema Nervioso Autónomo para el aprendizaje y la actuación, planteada como asignatura optativa en la ESAD de Murcia. Se explican los antecedentes en relación con los perfiles del alumnado, el estrés propio de la situación escénica, la incidencia de la pandemia del COVID-19, y los nuevos paradigmas derivados de los avances en neurociencia. Igualmente se exponen algunos contenidos, los referentes de las técnicas, los procesos, principios didácticos empleados, resultados y aplicaciones.

Palabras clave: Actuación, estrés, Neuromodulación, Sistema Nervioso Autónomo, TRE®

Abstract: NEUROMODULATION AND VOICE is a didactic experience with the Autonomic Nervous System for learning and Acting, as an optional subject in the ESAD of Murcia. The background is explained in relation to the students' profiles, stress of the stage situation, incidence of the COVID-19 pandemic, and new paradigms derived from advances in neuroscience. In addition, some contents, the references of the techniques, the processes, the didactic principles used, results and applications, are also presented.

Keywords: Acting, Autonomic Nervous System, Neuromodulation, stress, TRE®







Neuromodulación y voz se oferta como asignatura optativa cuatrimestral con 3 ECTS y 3 horas semanales. Se aprobó por el Departamento de Voz y Lenguaje en 2017 y comenzó en 2018. Siete ediciones con 61 alumnos en total (11 hombres y 50 mujeres): este artículo os está dedicado por permitirme acceder a lo más íntimo -tu sistema nervioso- y en agradecimiento por lo que me habéis enseñado.

En las técnicas y estilos de actuación la conexión de la persona-actor con el personaje se ha considerado esencial. ¿Pero qué sabemos de nuestro cuerpo, nuestra intrahistoria? Observar y descubrir el cuerpo desde las reacciones del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) permite encarnar el conocimiento (Embodied cognition. Shapiro, 2021), revela dimensiones desconocidas en sus relaciones, aspecto decisivo para las Artes Escénicas. Estos procesos suponen un cambio de visión: al foco de la vivencia -subjetividad-, añadimos la desestructuración de los hábitos, la permeabilidad, y el conocimiento científico -objetividad- esencial en la Enseñanza Superior.

Neuromodulación plantea un aprendizaje basado en problemas (hábitos, resistencias, tensiones, creencias) que no son útiles para el aprendizaje en general ni para adquirir las competencias en concreto.

La puesta en común de factores que afectan al rendimiento académico nos mostró que había experiencias compartidas, y abrió la posibilidad a la perspectiva del aprendizaje colaborativo.

Los avances en neurociencia están mostrando las implicaciones del sistema nervioso en la actuación (Sofia, 2010, Fons, 2015 y 2019), pero ha habido menos reflexión sobre el papel del SNA, y apenas sobre el sistema vagal en concreto. El estado del SNA es un indicador fiable de la receptividad, de la capacidad de interacción social, el desempeño en actividades deportivas, artísticas (López de la Llave, 2006), didácticas, y en la actuación. Un buen mapa del territorio es una ayuda inestimable. En última instancia el SNA regula el funcionamiento en la comunicación: si se comprenden los principios se pueden aplicar las técnicas adecuadas, e incluso crearlas. En otras palabras: el estado del SNA determina el éxito en los esfuerzos, porque es la otra cara de la moneda de los estados emocionales.

Neuromodulación aprovecha la capacidad de autorregulación del SNA para el cambio y el crecimiento; además de técnicas, utilizamos recursos biológicos para regular el estado emocional y la conducta. Recursos siempre disponibles y sin costo.

Según la Teoría polivagal (Porges, 2023) la activación del nervio vago ventral favorece un estado de seguridad que dispone a la participación social: aumento de las vocalizaciones prosódicas, expresiones faciales, apertura al contacto físico y al juego. En esta situación la interacción resulta eficiente: la persona responde con flexibilidad a los cambios en el entorno, en el propio organismo, y en un estado saludable. Es precisamente lo que necesitamos en el aprendizaje y la actuación, pero no siempre ocurre.

1. Cuando algo falla

1.1. Las huellas del pasado

Las personas con experiencias previas difíciles suelen tener una alta sensibilidad en la activación del centro del miedo, que es el que desencadena la cascada de hormonas del estrés (fundamentalmente adrenalina y cortisol): los impulsos nerviosos que hacen subir el pulso cardíaco, la presión sanguínea, y la agitación de la respiración. Suelen sufrir síntomas corporales sin ninguna base física clara: hiperhidrosis en las manos, crisis de ansiedad, síndrome vasovagal, dolor crónico de cabeza, espalda o de cuello, fibromialgia, bruxismo, problemas digestivos, asma, alergias, fatiga.

Tal como nos explicó la psicóloga Ana Peinado (ESAD de Murcia, 3 de junio de 2020) hay experiencias que no somos capaces de integrar, y por tanto de superar. Los mapas interiores que configuramos durante el desarrollo son muy estables. Las huellas y las cicatrices de la vida dejan marca en nuestra biología, en nuestro sistema inmunológico, pero también en nuestra mente y emociones, en el aprendizaje, las relaciones, la creación: "El pasado está impreso no solo en nuestra mente (...) sino también en el núcleo de nuestro ser: en la seguridad de nuestro cuerpo" (Van der Kolk, 2105, p. 143).

Han comenzado a aparecer talleres de actuación que incorporan "Las heridas del alma" de la infancia a partir de las que proporcionan herramientas para el trabajo actoral. Además, las consecuencias del trauma en el uso de la voz y el habla están siendo foco de interés emergente para la investigación.

Sin una relación cordial con nuestro propio cuerpo no podemos autorregularnos y mantener relaciones equilibradas, de ahí que en ocasiones se busque la regulación exterior: reafirmación constante, medicación, llamar la atención, satisfacer los deseos de los demás.

En algunos casos extremos aparece disociación que se manifiesta como dispersión mental, sensaciones físicas de separación del cuerpo, no sentirse en el presente, por lo que practican actividades que les hagan sentirse vivos. Siguen adelante, pero las huellas del pasado se perpetúan mucho tiempo después, y tienen como consecuencia la falta de imaginación y una pérdida de flexibilidad mental, condicionan la percepción del entorno y el pensamiento (Van der Kolk, 2015). Lo oculto, lo temido o lo que nos prohibimos, toma forma visible y concreta en el cuerpo. Si se produce desconexión -casi siempre parcial-, suele implicar la pérdida de la noción de propósito y dirección. En definitiva: se puede dañar la autorregulación.

1.2. Estrés y actuación

La exposición pública provoca la respuesta de activación del sistema simpático, que tiene la particularidad de ser inmediata y total, puesto que está preparado para responder a situaciones de amenaza o de peligro; la imaginación o el recuerdo de un hecho pasado bastan. Es un estado fisiológico que incrementa la fuerza para realizar las acciones, da el mando a las emociones, y reduce la percepción del propio cuerpo, imprescindible para el control en la interpretación artística. El cuerpo organiza sus recursos de una manera excepcional, limitando unas funciones en beneficio de otras: el cerebro busca una salida, y si no la encuentra se siente amenazado y continúa segregando las sustancias químicas del estrés. La respuesta de lucha o huida desdibuja el límite entre el impulso emocional y el comportamiento adecuado o aceptable, y esto se multiplica en escena. Implica que el cerebro antiguo toma el mando, apagando parcialmente el cerebro superior, la mente consciente y el lenguaje: si este no funciona la memoria autobiográfica y las experiencias no se organizan coherentemente en el tiempo.

La falta de escucha y la desconcentración suele ser una estrategia de autoprotección generada por el cerebro, que crea distracciones: pensamientos, imágenes, emociones, incluso picores o dolores si lo considera necesario.

Generalmente se entiende que las palabras deben ser el resultado de la acción y de la vivencia en el proceso creador, es decir, que deben surgir del inconsciente (Eines, 2005, p. 27). Pero tendemos a ignorar que no está exento de peligros: es ahí donde están escritos los hábitos más arraigados de la persona (su historia, relaciones, familia, educación, geografía), que precisamente serán los que surjan, y con frecuencia no serán adecuados en la situación de comunicación escénica. Al menos en las primeras etapas de la formación, precisamente por surgir del inconsciente y estar mediada por el SNA, el habla espontánea de la persona no basta para construir la palabra escénica en la actuación: si bastase, no habría escuelas de Arte Dramático.

Actrices y actores encarnan física y emocionalmente personajes en situaciones difíciles y complejas, que movilizan las emociones del intérprete, y que pueden convertirse en sentimientos -positivos o negativos- en función de las experiencias personales previas: "En definitiva, los actores, aunque son psicológicamente más conscientes, pueden ser más vulnerables, ya que miran o reflejan su pasado (traumas) en su propio espejo" (Galindo, 2015, p.133).

¿Qué ocurre cuando entra en situación escénica una persona que tiene un nivel de reactividad muy alto a estímulos ligeramente estresantes, y además encarnando un personaje en una situación difícil o de supervivencia -que es lo habitual-? Estas reacciones físicas intensas producen consecuencias en las sensaciones-emociones, en la atención, el aprendizaje y el desempeño artístico, que puede alejar a las personas del control de las acciones: "How could she expect to be fully present to transform into another character if she was dealing with such an extreme sensory experience?" (Polatin, 2013, pág. XIV).

Por otra parte, dado que el cerebro segrega endorfinas en respuesta al estrés, se ha sugerido que para ciertas personas la exposición proporciona un alivio a la ansiedad. Por ello, pueden sentir una sensación de vacío y aburrimiento cuando no están haciendo alguna actividad excitante o peligrosa, como actuar.

Igualmente se puede producir la desactivación de partes del cerebro que son las encargadas del funcionamiento ejecutivo, por lo que a algunas personas les cuesta hacer planes y organizarse. La persona que responde una y otra vez a estímulos menores de una manera descontrolada, en algunos casos literalmente como si estuviera a punto de morir, suele sentirse cansada (es una constante en las descripciones de los alumnos de Neuromodulación), y a veces deprimida.

Una de las cuestiones más claras que se expusieron en el Congreso Internacional de Psicología y Artes Escénicas CIPAE 2021 ha sido la presencia del trauma en la sociedad y en concreto en los artistas, más común de lo que suponemos. Se habló del "estrés postdramático": cuando el actor o estudiante implica sus emociones y el entorno no es seguro, en esa mezcla entre la realidad emocional de la persona y la ficción artística, si los procesos no se cierran adecuadamente, aparecen problemas de estrés y neurosis. Igualmente se planteó que la confusión entre realidad del actor y ficción del personaje convocada por algunos estilos de actuación, así como la permisividad con los elementos reales de violencia o erotismo, han causado daños a las personas.

La evaluación constante y los términos éxito/fracaso forman parte de la experiencia del artista escénico, para el que lo social es decisivo puesto que con frecuencia entrar en proyectos depende de las relaciones sociales. ¿Qué ocurre cuando al artista le cuesta relacionarse socialmente?

El actor tiende a idealizar sus proyectos como forma de resiliencia, de proteger su imagen frente a la evaluación social y profesional: no se habla de fracaso o de frustración, se sigue adelante. El miedo al fracaso es una constante en los estudiantes y profesionales: a no ser bastante bueno/a, a no tener bastante verdad, a que no le llamen. El miedo impide la consciencia clara del entorno y las situaciones, impide centrarse en el presente y las acciones, impide el estado de flujo que se necesita para actuar (Puerta, 2016).

1.3. Postura: la forma informa

Vemos a diario adoptar posturas de contracción en torno a los tres centros frágiles expuestos del cuerpo: cuello, vientre, genitales (ver figura 1). Los bloqueos se traducen en una falta de movilidad de las articulaciones de la locomoción: tobillos, rodillas y caderas. El apoyo de los pies principalmente en los talones y parte externa, las rodillas extendidas en retroversión, con frecuencia anteversión pélvica. Sentadas, las piernas se cruzan e incluso se enredan entre sí, con movimientos rítmicos de los pies (expresión de la oposición huída-inmovilización); pecho hundido, hombros y cabeza adelantados.

Son posiciones que generan: dificultad para la bipedestación dinámica y para la oscilación de la respiración en el abdomen, presión sobre el diafragma, escasa oscilación costal, presión sobre el pecho y como consecuencia escasa amplitud de la respiración (movimiento y volúmenes de aire), presión excesiva o deficiente del aire en los pliegues vocales (ataque vocal brusco, voz aireada, pérdida de sonidos), y finalmente tensión en mandíbula o lengua dificultando la resonancia/articulación del habla, entre otras consecuencias.

Figura 1. ESAD de Murcia, noviembre 2019. Posturas con la musculatura frontal contraída: con los pies sobre la silla, piernas cruzadas, manos sobre la cara, cabeza adelantada, torso hundido, morder las uñas, oscilaciones rítmicas de los pies. Fuente: Elaboración propia (2022)

Hundirse en la silla, hombros y cabeza hacia delante, movimientos repetitivos, rigidez en las piernas, tocarse el pelo, acariciarme los brazos, morderse las uñas, los dedos, chupar un bolígrafo, son ejemplos de posiciones o acciones que suelen quedar fuera de control y que manifiestan o permiten descargar el estrés o la ansiedad.

La tensión cervical y la dificultad para mantener el contacto visual directo pueden ser características: la mirada se aparta y en el escenario es errática. Si se practica un ejercicio que implica congelación del movimiento, los ojos se mueven buscando una salida, al cuerpo le cuesta mantener la inmovilidad y el equilibrio. La musculatura del rostro resulta rígida o inexpresiva.

1.4. Perfiles del alumno

Todas las producciones artísticas están hechas para superar la tragedia. (...) La negación es protectora porque nos permite evitar afrontar el problema. El desvío, el alejamiento de la emoción, el control de la emoción, la representación de la tragedia de manera soportable (...) Y me dirás: "Bueno, ya pasó", pero no, no ha pasado. Está grabado en mi memoria. (...) El arte juega un papel muy importante en el proceso de resiliencia. (...) Es la carencia lo que invita a la creatividad (...) Entre los artistas, la gente del cine, se da un número inusualmente alto de niños privados de afecto, que se refugian en el cine (...) han encontrado un medio para transformar esa herida y convertirla en producción artística. (Cyrulnik, 2018, 43:08)

El amor, el odio, el rencor, la violencia, el poder, son temas del teatro precisamente porque son parte de la experiencia vital de las personas. Aunque la mente consciente no siempre puede reconocer o comunicar lo que pasa en el cuerpo, los músculos, el sistema inmunológico, el sistema del miedo, llevan la cuenta: El cuerpo lleva la cuenta (Van der Kolk, 2015). Esto nos está llevando a plantear si los actores buscan historias que contar y personajes que habitar para que el cuerpo y el inconsciente puedan revelar su propia historia.

En la enseñanza de Arte Dramático los "mundos dramáticos" son habitados por personas, representadas por actores (Vieites y Caride, 2017, p.5). Las experiencias de los personajes pueden suponer, si se da la coincidencia, una identificación con las acciones de supervivencia que quedaron paralizadas, y en este sentido resultar terribles o sanadoras. Pero sin necesidad de haber vivido un trauma, liberamos emociones y recuerdos que en algún momento bloqueamos. Al actuar personajes o tomar roles teatrales pueden verse esas tensiones. La persona encuentra en el personaje sus propios mapas internos, lo que le permite reconocerlos, abrir la posibilidad de aceptarlos, e incluso cambiarlos. El distanciamiento y la observación de la experiencia permiten más control sobre las sensaciones físicas y las emociones.

Hacia 1981 Antonio Díaz Zamora, primer Catedrático de Interpretación del Conservatorio de València, hablaba de algunos rasgos en la personalidad del actor, entre los que incluía la tendencia a la "descolectivización", "excitabilidad", "estructura histérica", y tendencia a "espectacularizar sus sentimientos" (p. 9). Según él, las personas que entran en la industria del espectáculo tienen una prevalencia para el desequilibrio emocional y mental: "el dolor de la vida".

Dolores Galindo (2015) en su estudio sobre estudiantes de Arte Dramático refiere relación entre neuroticismo y funcionalidad del SNA:

El Neuroticismo según Eysenck se relaciona con el funcionalismo del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) y la propiedad de labilidad, es decir la facilidad y rapidez de activación del mismo. La intolerancia al estrés físico o psicológico (conflictos o frustraciones) es característica del neuroticismo así como un nivel alto de excitabilidad. La conducta presenta bloqueos, las emociones se sienten y expresan de forma intensa, surgen situaciones donde la tensión o la ansiedad caracterizan la conducta y a veces se presentan trastornos psicosomáticos. (Mori, 2002, en Galindo, 2015, p.53)

Los psicólogos especializados que trabajan con músicos y actores señalan el deterioro de la salud mental en la industria a nivel sistémico (estrés, depresión, drogas, aislamiento social, autoestima vinculada al éxito profesional), lo que se ha visto reforzado por la pandemia (Newman, 2021). Igualmente el movimiento Metoo ha puesto al descubierto que el abuso sexual ha sido común en la industria, con consecuencias devastadoras para las mujeres, que están por abordar y resolver.

Las I Jornadas Nacionales sobre Artes Escénicas, Inclusión social y Salud Mental desarrolladas en la ESAD de Murcia en 2016 nos dieron a conocer la presencia del estigma asociado a las personas con diversidad funcional, y el valor de la educación en las Artes Escénicas como vía de inclusión.

El último informe de UNICEF (2021) pone el énfasis en la salud mental de los adolescentes: en el mundo uno de cada siete de entre 10 y 19 años tiene un problema mental diagnosticado. El suicidio en edad escolar, hasta ahora un tema tabú, se ha convertido en 2022 en un grave problema en España y ha olbigado a establecer protocolos de actuación a las administraciones educativas.

Los centros de secundaria están desbordados por la situación de la salud mental del alumnado, que a día de hoy es un una emergencia. Relevante ha sido la revolución digital, la dependencia de los medios digitales, ya estudiada desde el punto de vista fisiológico y psicosocial. Los modelos estéticos ideales potenciados por las redes sociales y algunas culturas digitales son un factor a considerar. A nivel neuroquímico los smartphones pueden estar sustituyendo a la interacción física (Haynes, 2018).

La medicina generalista y los hábitos sociales han generado un alto consumo de sustancias: para calmarse, para el dolor de cabeza, para la menstruación, para dormir. y con frecuencia desvían la atención de los problemas subyacentes, que profesionales cualificados califican como "epidemia oculta" (Van der Kolk, 2015, p. 161), por la culpabilidad y los tabús sociales. Nuestro alumnado no es sino un reflejo de la sociedad.

Las instituciones son plenamente conscientes de la situación, pero no están dispuestas a responder al costo que implica, y prefieren dejar una responsabilidad inasumible a los docentes.

Una importante proporción de nuestros alumnos tiene bruxismo, y han de usar férula de descarga para no dañar los dientes. La mayoría lo percibe como una condena porque al ocurrir durante el sueño es incontrolable, de modo que al levantarse sienten tensión y dolor. Reconocer y aliviar esas tensiones es una de las primeras tareas con la voz y el habla.

Algunos se presentan hablando con un hilo de voz, la respiración agitada, la voz "tensa" o "rota", encogidos, con un habla atropellada, usando constantemente alternantes (muletillas). Hemos observado dificultades para procesar el lenguaje, y sobre todo para reconocer y manejar la coordinación motriz fina, imprescindible para la voz y la articulación.

Como además los estudios exigen concentración y esta les puede resultar complicada, pueden sentirse inútiles o frustradas, e incluso rechazar la teoría. He oído varias veces decir con pesadumbre: "siempre estoy con la cabeza en otra parte". Se pueden generar inhibiciones en las relaciones con los demás, aislamiento, o estrés grupal.

La sobrecarga emocional hace que en ocasiones se active la visión en forma de túnel, con un hiperfoco: el teatro puede proporcionarles esta visión. Cuando la persona no puede estar presente en el momento y el lugar porque sus sensaciones son desbordantes, se disocia hacia lugares en los que sentirse viva o segura: puede ser un personaje teatral, o el escenario mismo.

Las personas con alguna dificultad llegan también con gran impulso de autoafirmación como forma de resiliencia.

Concretamos. Hace más de cinco años, en el curso 2015-2016, estimamos cercano al 25% el número de alumnos de primer curso con tics nerviosos, problemas vocales derivados de la ansiedad o el estrés, con diagnósticos relacionados, o que abandonaron los estudios por causas que sospechábamos relacionadas. Pudimos comprobar que llegaban desde gabinetes de psicología, y hubo varias crisis de ansiedad, algunas de las cuales acabaron en urgencias. Personalmente percibí la situación como alarmante, especialmente porque estamos preparados para la formación en las disciplinas, pero naturalmente no estamos preparados para trabajar con las situaciones citadas.

En la evaluación de un grupo de primer curso de 2019-20 el profesorado destacó el alto nivel de nerviosismo y agitación; tuvimos cuatro abandonos, y el mismo porcentaje de personas con algún diagnóstico relacionado (TDH, trastornos alimenticios, gastroenteritis no infecciosa, ansiedad, trastornos de adaptación, TOC, etc.). En cursos anteriores estudiantes con síndrome de Asperger, TDH, Trastorno Límite de la Personalidad, depresión, epilepsia, anorexia/bulimia, autolisis, dislexias... En 2020-21 se reconocía abiertamente que muchos alumnos tienen dificultades derivadas de enfermedades mentales o del sistema nervioso. En junio de 2021 al menos la mitad de los alumnos de uno de los grupos de primero estaba o había estado recientemente en tratamiento psicológico/psiquiátrico. Sin duda evitan hablar de ello, porque saben muy bien que un diagnóstico puede ser una etiqueta permanentemente pegada a la persona.

En Neuromodulación (2019-2020) al menos seis personas (más del 50%) han manifestado haber sufrido traumas en el pasado que les condicionan todavía, y han sabido analizar y abordar las consecuencias en diversos planos relacionados con el estudio, los hábitos, la postura y la voz.

¿Recibimos personas con determinados perfiles? Sería muy conveniente conocerlos.

1.5. Pandemia, aislamiento y alarma

Preocupan las consecuencias psicosociales del aislamiento y del prolongado estado de alarma por la pandemia del Covid 19 a nivel físico, emocional, psicológico, y también en la enseñanza-aprendizaje.

La situación de congelamiento colectivo generaba un estado de congelación interno. La peristalsis o flujos pulsatorios (circulación, respiración, digestión y metabolismo, linfa, etc.) han estado en resistencia y han sido afectados por el estado de alerta del sistema nervioso.

La sensación colectiva de angustia y peligro ha podido exacerbar los sistemas nerviosos más agitados, que de repente y por mucho tiempo tuvieron que lidiar con la soledad, con el trabajo personal, y con las familias. Aumentó la vulnerabilidad. La fisiología en aislamiento pudo potenciar la sensación de peligro e incomodidad (agitación, tensión, exceso de sueño, descenso de las defensas, desregulación de la alimentación, desarrollo de fobias). Hubo un aumento de la negatividad en el alumnado y por tanto, de la agresividad, que pudimos observar incluso en comunicados públicos. A la vez, se preveía un aumento significativo de la necesidad de atención psicológica, y "el principal factor de riesgo es la existencia de problemas previos" (Vegué, 2020, párrafo 3).

2. Neuromodulación y voz

No soy psicólogo. En la ESAD no hacemos terapia. Pero los docentes en Enseñanzas Artísticas sabemos que la psicología resulta importante en una tarea que requiere planificación, percepción fina, motivación, colaboración, proceso de información de todo tipo (abstracta, espacial, sensorial, social...), gestión de las emociones, empatía, imaginación, creatividad, autoestima, tolerancia al fracaso.

Hace tiempo que constatamos la necesidad de un servicio de psicología o al menos de orientación, del que todavía carecemos en la ESAD. Gabinetes de psiquiatría y psicología crean grupos de teatro o bien recomiendan a los pacientes practicar teatro: algunos llegan a la ESAD, pero naturalmente no explican sus antecedentes.

Neuromodulación se planteó como una respuesta -una de tantas posibles- al aumento del nerviosismo, dificultades para concentrarse, para organizar el trabajo personal y el aprendizaje, para redactar y hablar con corrección, escuchar en escena, regular el estrés, etc. A falta de apoyo psicológico u orientación, propuse una optativa para ayudar a estas alumnas a través del trabajo con el SNA y la voz.

2.1. Técnicas y referentes

Catherine Fitzmaurice basa su método en el funcionamiento orgánico del cuerpo, la respiración y la voz. La primera fase "consiste en una exploración profunda de las funciones del sistema nervioso autónomo: los impulsos, espontáneos y orgánicos que todo actor aspira incorporar en el proceso de actuación" (Fitzmaurice, 1996, p. 2). En esta fase el temblor neurogénico ha sido integrado como parte del proceso.

With freedom to vibrate you get a fuller complement of fundamentals and harmonics in the tones. And tremoring gives people a sense of ease in general. (...) Tremoring brings one back to organic flow so that production of voice becomes easy. The brain is following reflexive impulses rather than trying to follow conscious instructions for vocal production. It's not trying to be right. It settles into an organic, easy way of production, which is everyone's natural birthright. (Fitzmaurice, 2010, párrafo 9)

Betsy Polatin (2013) centra sus procesos -desde el trabajo corporal hasta el escenario- en la liberación de los patrones del actor que bloquean la postura, la respiración y la voz. Parte de la Técnica Alexander, Breathing Coordination, Somatic Experiencing, y propone ejercicios para trabajar específicamente con el trauma y su potencial creativo: "The goal is being aware. Cultivating the practice of awareness is a powerful tool, because once you are aware of what you are doing, you have the power of consciousness to change it" (Polatin, 2013, p. XVIII).

TRE® (Tension and trauma release exercises) es una técnica corporal creada por David Berceli. Ha sido utilizada como técnica en la formación actoral desde 2010, e incluida en el plan de estudios de actuación en el Método desde 2016 en la Licenciatura en actuación en NSKI University College en Noruega. Las conclusiones de esta experiencia sugieren beneficios como mayor conciencia del cuerpo y la mente, mejor desempeño de habilidades bajo presión, mayor capacidad para crear un personaje (Scharff y Fougner, 2020).

Hemos tomado el nombre "Neuromodulación" de técnicas de regulación neuronal a través de diversos procesos médicos normalmente no invasivos, especialmente la aplicación de corriente eléctrica controlada. En nuestro caso estos procesos parten del propio sistema nervioso y su capacidad de autorregulación.

Biofeedback son técnicas que leen, amplifican, e informan a un organismo de su propia actividad fisiológica. Así, el organismo humano puede controlar voluntariamente su actividad, pues el hecho de que la persona reciba información sobre sus funciones incrementa la capacidad de control voluntario. Se utilizan aparatos electrónicos, sin embargo en Neuromodulación utilizamos el movimiento y las sensaciones para obtener esa información.

Coaching es un proceso orientado a fomentar el desarrollo personal, a planificar y realizar cambios en todas las dimensiones de la persona, para favorecer así la consecución de sus metas. No supone hacer tareas de psicólogo, ni terapia, ni de mentor o profesor; no se juzga, sino que se trata de abrir posibilidades de acción desde sí mismo.

No pretendemos hacer rehabilitación, sin embargo, la experiencia colectiva puede resultar muy gratificante, lo que además puede producir reajustes en un nivel neuronal más profundo. Los habituales ejercicios colectivos son de gran ayuda en los problemas de integración sensorial y en su caso en la recuperación de los sistemas del apego dañados en el pasado.

2.2. Didáctica

(...) los avances y descubrimientos neurocienti?ficos esta?n proporcionando nuevas maneras de entender el funcionamiento del ser humano como cuerpo-mente en accio?n y tambie?n como estos descubrimientos se pueden aplicar para comprender mejor los feno?menos arti?sticos. Las investigaciones sobre neurociencia son hoy en di?a un apasionante camino a recorrer, ramificado en diferentes direcciones cienti?ficas, que suponen para muchos autores una aute?ntica revolucio?n cienti?fica y un cambio de paradigma o episteme. (Fons, 2015, p.182)

Durante mucho tiempo la actuación ha seguido principios estéticos herederos de Platón: "Afirma que la belleza no está en los objetos sino en el sentimiento" (Vergara, 2022, p. 44). Buena parte de la formación en actuación se ha centrado en las emociones y el comportamiento siguiendo los principios de la vivencia y la "verdad" emergidos del romanticismo, con frecuencia desde un paradigma de subjetividad, providencialidad, individualismo y pragmatismo (por ejemplo, Romea, 1855), que mezcla la realidad del actor y la ficción de la escena, aprovechando que "el poder de la imaginacio?n humana puede activar o involucrar el Sistema Nervioso Auto?nomo (SNA)" (Fons, 2015, p.194).

Está aflorando un paradigma que pone el foco en la salud, la conciencia y las relaciones mente-cuerpo. No se trata ya de la vivencia, cuyo valor permanece intacto, sino de los obstáculos que la condicionan y de la expansión de la conciencia: "With awareness, over time, I changed how I thought, how I moved, and how I responded. I became freer" (Polatin, 2013, p. 144). Técnicas como Feldenkrais, Alexander, o TRE® se enfocan hacia la conciencia y la reducción de tensiones para superar los hábitos del actor-persona, y permitirle sin embargo estar presente en la acción y las propias emociones (Polatin, 2013; Allen, 2015; Scharff y Fougner, 2020).

Regresamos a las relaciones de "abajo hacia arriba": prácticas que parten del cuerpo y que inciden profundamente en el pensamiento y los sentimientos. La conciencia está en el centro. Neuromodulación se encuadra en los "nuevos caminos para la comprensio?n del ser humano como cuerpo-mente en accio?n a partir de esquemas sensorio-motores" (Fons, 2019, p. 23). La escena se entiende como objeto artístico que requiere de la técnica, que objetivamente se basa en el control, pero antes hay que poder tener control. La autorregulación del SNA es un requisito fundamental pues la práctica confronta al estudiante con las relaciones entre espontaneidad y automanipulación, un filo en que se mueve constantemente el actor, y un tema recurrente en la estética de la actuación desde Diderot.

Sobre una actividad altamente estresante, los estudiantes afrontan cotidianamente sus propios hábitos, el miedo a no ser "verdaderos" que genera fuertes patrones de inhibición, o bien respuestas condicionadas (hacer lo que se espera que se debe hacer).

Conectar el inconsciente, las emociones y el uso del cuerpo se considera fundamental en el contexto de la escena. La tensión muscular tiene relación directa con la psicológica, por lo que "El punto central de la expresividad estari?a en relacio?n directa con la musculatura corporal y el Sistema Nervioso Perife?rico" (Fons, 2019, pp. 28), que interviene en todas las fases de la acción: percepción, atención e intención.

En Neuromodulación el alumno aprende a aceptar sus reacciones físicas y emocionales condicionadas por su experiencia vital, a aceptarse en el momento presente, lo que a menudo permite liberar las tensiones físicas y emocionales arraigadas en forma de hábitos inconscientes.

Transferir el control a la parte autónoma incide sobre las tensiones profundas -que suelen ser la base del miedo-, aquellas asociadas a la supervivencia y por tanto a emociones intensas. "As (...) nervous system settled, the autonomic branch of the system was able to self-regulate, normalizing (...) bodily functions of breathing and heart rate" (Polatin, 2013, p. 6). Abordamos el núcleo de la ansiedad y el miedo escénico: las reacciones del SNA, sus manifestaciones físicas, posturales y mentales (con frecuencia pensamiento hiperactivo y descontrolado). Se produce un efecto transformador sobre las inhibiciones que aporta confianza y permeabilidad para integrar la técnica.

Los movimientos y reacciones espontáneas que afloran se generan en el tallo cerebral, fuera del control consciente, por lo que conectan directa y profundamente con el cuerpo, nos demuestran cuánto nos desconocemos, y abren la mente a otras posibilidades. Son movimientos inquietantes, sensaciones nuevas y sorprendentes, que en el pasado se identificaban con el éxtasis religioso, la histeria, la brujería o la posesión.

Nos apoyamos básicamente en la sensación de verdad que tenemos al escuchar y habitar el cuerpo: es el cuerpo el que habla, nos sorprende, nos alerta sobre la auto-manipulación, y por ello lo percibimos como auténtico. Sencillamente, es un recurso biológico que nos permite recalibrar el SNA. A diferencia de otras técnicas partimos del propio organismo, y de su capacidad natural para la autorregulación, la seguridad y el equilibrio físico, lo que afecta finalmente a la percepción del yo.

Compartir experiencias emocionales y físicas estimula la empatía, cualidad necesaria para la actuación. En Neuromodulación aprovechamos el hecho contrastado de que la protección más eficaz contra la anulación provocada por el estrés y el trauma es el apoyo social. Los sistemas nerviosos autónomos de los mamíferos están preparados para sintonizarse de manera inconsciente con las personas alrededor (neuronas espejo, entre otros mecanismos), lo que aporta una sensación visceral de seguridad. Un entorno de confianza y empatía, diferente al de otras asignaturas al quedar liberado de la calidad o competencia en el desempeño. El cuidado de sí mismo aparece de manera espontánea y no como respuesta a una obligación o una técnica.

Hay personas con dificultades para la percepción del tiempo, y precisamente ocurre algo similar en la actuación: el tiempo es otro. A veces están atrapadas en un bucle temporal condicionado por la experiencia previa (especialmente si se repitió), y les ayuda mucho saber que la actividad que están haciendo tiene unas fases, un final, un tiempo preciso.

Los avances en neurociencia, psicología del desarrollo, neurobiología interpersonal, y sus relaciones con la actuación, nos están sugiriendo nuevas perspectivas, conexiones y lecturas de los perfiles del alumnado. La psicología clínica usa también el T.R.E®, Neuromodulación o biofeedback en su abanico de técnicas corporales. Hay una conexión estrecha entre la voz, el habla y el sistema nervioso, y no podemos ignorar que lo que pasa en ese territorio afecta de lleno al habla escénica. Se puede explicar desde varias perspectivas: la postura, la respiración, el uso de la laringe, el uso del lenguaje, las emociones, la comunicación, la colaboración, la organización del trabajo, la mirada, el movimiento, el ritmo. y desde cada una de ellas estaremos hablando de lo mismo: la persona, su historia.

Se requiere paciencia y tiempo para que la realidad que está detrás de las experiencias se visualice en la conciencia de la persona y salga a la luz, si es que lo hace. Implica permanecer en el cuerpo en el momento presente, no en el pasado o en el futuro, e interactuar con las personas que nos rodean desde la curiosidad y el respeto. Cada persona es protagonista de su experiencia -cada cuerpo es único en su forma, historia y momento actual- y para poder integrarla con seguridad, mantenemos activa la atención y la conciencia.

Una vez que el sistema nervioso autónomo ha asimilado el proceso y las sensaciones, él mismo lo va desarrollando, va buscando sus propios caminos, y aumenta la curiosidad. Dar voz y palabras a las experiencias internas permite cambios, y el lenguaje es fundamental para registrar las experiencias internas en una historia coherente.

Una clave es la autorregulación, el liderazgo personal, ir con seguridad por la vida, mejorar el funcionamiento ejecutivo. De la reducción progresiva de la hipersensibilidad o el estado de hiperalerta va emergiendo la capacidad de resiliencia.

Una propuesta didáctica basada en problemas nos puede dejar una imagen de desastre, sin embargo abundan los testimonios optimistas
: liberación de tensiones, mejor aprendizaje y comunicación, mejor desempeño artístico, y sobre todo en la visión de la vida. La risa espontánea aparece regularmente como expresión de sorpresa.

2.3. Resultados y aplicaciones

Entre las múltiples experiencias y situaciones positivas que hemos vivido en la asignatura -no todas lo han sido, por supuesto-, destaca el caso de una alumna con síndrome de Crohn inhabilitante, causado por el SNA como reacción a la exigencias y expectativas familiares, sociales, y personales (autoexigencia).

Se pudo establecer la correlación porque los marcadores específicos de la enfermedad, que se analizaban con regularidad porque requería un estrecho seguimiento, comenzaron a bajar simultáneamente a la práctica del TRE®. La médico responsable no encontraba causa para los inesperados cambios, y las propias sensaciones de la alumna no dejaron lugar a dudas sobre la relación con la práctica en Neuromodulación. A los seis meses ya no había síntomas ni rastro de la enfermedad en los análisis.

Lo interesante para nosotros, no obstante, ha sido el cambio de actitud emocional y mental, la mejora sustancial en su aprendizaje, en su desempeño artístico en la actuación, en sus resultados académicos, y especialmente en su satisfacción personal.

Actualmente indagamos en las posibilidades de aplicación en el entrenamiento, y para la reducción de las tensiones tras la actuación.

3. Conclusiones

El contexto social y educativo está planteando retos a las enseñanzas de Arte Dramático. Las dificultades para la concentración, el estudio, la interacción, o la integración de la técnica, nos mostraron la importancia de los perfiles del alumnado, y la necesidad de conocerlos para dar respuestas.

Como propuesta innovadora, Neuromodulación plantea una didáctica en permanente evolución sobre los principios de respeto y colaboración de las personas en el trabajo con el SNA. Hemos aprendido que el cuerpo guarda las experiencias, y que pueden ser positivas o terribles, por lo que el cuidado y la conciencia son indispensables para una experiencia segura.

Ha ido creciendo y cambiando con el contexto: la pandemia limitó drásticamente las posibilidades de interacción, juego y contacto, pero a cambio nos descubrió que los SNA también podían conectarse a través de videoconferencia.

La demanda creciente de plazas en Neuromodulación nos revela la necesidad de trabajar desde el SNA, y los cambios como persona y artista en los alumnos participantes.

En cada nueva edición se ha centrado progresivamente en la vibración (T.R.E®), es decir, en las reacciones físicas del SNA, en los descubrimientos y sus aplicaciones.

La puesta en común a través de mapas conceptuales y debates se ha reforzado constantemente como herramienta didáctica eficaz.

Se ha puesto en marcha una nueva línea de investigación para el TFE: "Neuromodulación: SNA, voz y actuación, en Arte Dramático", que ya está dando resultados. Se ha abierto por tanto la curiosidad hacia el conocimiento del funcionamiento del SNA en la actuación y sus procesos, pero igualmente hacia el funcionamiento de la persona en todas sus facetas.

Toman protagonismo el cuerpo y la conciencia como espacio para el conocimiento, lo que estimula la curiosidad, facilita la liberación de patrones y hábitos, así como el aprendizaje de la técnica.

"Ha sido un descubrimiento comparable con encontrar parte de la llave que abre el cofre de todo lo que nos pasa por dentro". I. M. (2022)

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