Poco después quedó deslumbrado cuando, por primera vez, vio a una compañía ambulante, de las que iban de pueblo en pueblo, interpretando una zarzuela, una forma de teatro musical que surgió en España. Pero fue más su asombro y sorpresa al contemplar cómo habían levantado y desmontado el decorado y la ambientación de un mundo que a él se le figuró maravilloso, de ilusiones.
A Paco empezó a gustarle hablar solo, jugaba a ser otro, interpretando a personajes imaginarios. Se inventaba historias, con sus protagonistas, y él les ponía voz a cada uno de ellos. O se subía a lo que él imaginaba un escenario, que no era otra cosa que el recorte de tierra en la falda de un cabezo, y se dirigía a un público que solamente existía en su mundo de ilusiones: “Pueblo de Águilas: un día me iré de aquí pero volveré. Saldré al mundo a luchar y traeré para vosotros todo lo que haya conseguido”…. Y lo consiguió…Paco Rabal fue el actor español más conocido y famoso en todo el mundo.
Después, en otro pueblo vio su primera representación teatral. Era “El mozo que casó con mujer brava”, una obra del escritor español Alejandro Casona, y de la que salió maravillado.
Su padre no tuvo suerte en Barcelona. Y como era experto en explosivos por su anterior trabajo en las minas, la empresa murciana Bernal, que iba a construir un tramo de la línea ferroviaria para el trayecto entre Madrid y Burgos, lo contrató para hacer túneles y trincheras.