Mujeres de letras: pioneras en el arte, el ensayismo y la educación
BLOQUE 5. Profesoras y pedagogas

Apuntes para una lectura crítica del pensamiento educativo de Emma Perodi

María Dolores Valencia

Universidad de Granada

Resumen: Cuando en 1883 la escritora y periodista Emma Perodi consolida su vocación en el ámbito de la literatura infantil, el Reino de Italia era una realidad política, social y civil desde hacía veinte años; sin embargo, es notorio que la formación de una sociedad civil que se identificase unitariamente como “italiana” estaba aún lejos de ser una realidad. Uno de los desafíos a los que tuvo que enfrentarse la clase dirigente de la época fue la creación del futuro ciudadano italiano, por ello, se asignará un papel primordial a la educación, no sólo en las aulas sino también en el campo literario. En el presente estudio nos proponemos mostrar cómo esta intencionalidad pedagógica guiará la trayectoria humana y artística de esta escritora casi olvidada, cuya obra se puede colocar junto a Collodi y De Amicis. A este compromiso dedicó toda su vida produciendo cuentos, fábulas, libros de texto escolares y dirigiendo revistas como el Giornale per i bambini, fundado en 1881 e ideado como complemento del sistema educativo nacional.

Palabras clave: Educación; Literatura infantil; Periodismo; Unificación italiana.

El panorama socio-cultural de Italia en la segunda mitad del siglo XIX se caracteriza por el fuerte compromiso adquirido por las instituciones en pos de la alfabetización de las capas populares, hecho que se materializará sobre todo en una atención especial a la instrucción y a la educación de la infancia. Las ideas y las propuestas culturales y educativas de muchos autores de la época muestran de manera evidente las dificultades con las que Italia tuvo que enfrentarse en la época de la unificación para superar, entre otras cosas, regionalismos y localismos y para crear una nueva consciencia ciudadana. El proceso que se inició posteriormente para formar a las nuevas generaciones, comprometió no sólo a la clase política sino también a intelectuales y educadores. La conocida y rigurosa frase de Massimo D’Azeglio, uno de los padres del Risorgimento italiano, “Fatta l’Italia, occorre ora fare gli italiani” (D’Azeglio 1891: 5) reflejaba con crudeza la difícil situación italiana, formada por una población que, por su diversa proveniencia, tenía un carácter, unas tradiciones y una lengua diferentes. Por ello, en estos años se produce un desarrollo bastante considerable de textos para la infancia, en los que prima de modo especial la orientación pedagógica desde una perspectiva cívica y social. Como consecuencia de ello, se publican relatos, cuentos, fábulas y libros de texto junto a obras de la talla de Giannettino (1877) y de Pinocchio (1883), que se centran en aspectos de la infancia poco tratados hasta el momento.

Los textos escolares1, mediante preceptos y acciones ejemplares, ponen de manifiesto la importancia de un comportamiento respetuoso con los padres, con los maestros, con la familia, con el prójimo y con la religión; al tiempo que recomiendan respeto, solidaridad, amor al estudio y al trabajo, templanza y obediencia; aspectos que serían característicos también de un tipo de producción específica para la infancia, los famosos “giornalini”2. Así pues, la rica producción de periodismo y literatura juvenil, nacida tras la formación del estado italiano con una clara intencionalidad educativa, implicará no sólo a los escritores especialistas en el tema, sino también a los narradores de la literatura para adultos, como testimonia la producción artística de Emma Perodi.

En torno a la vida y a la obra de esta escritora, apreciada y conocida en su tiempo más de lo que lo es hoy día, sigue existiendo una cierta ambigüedad3. El lugar de su nacimiento, ocurrido en 1850 en Cerreto Guidi, provincia de Florencia, no se supo con seguridad (Micheli 2005:18) hasta hace unos años y siguen siendo escasos los datos referidos a la época de su infancia y sobre todo a la de su formación. Por otra parte, es difícil seguir el itinerario artístico de una intelectual que fue periodista y traductora, escritora de libros para adultos y para niños, colaboradora y directora de numerosos periódicos y cuyo talento ha sido calificado por la crítica como prolífico y poliédrico; basta echar un vistazo a su producción para comprender que no hay otro modo de calificar la mole de su obra, que por cantidad y calidad es ciertamente vasta y heterogénea.

El carácter poliédrico de Perodi se manifiesta ya en sus primeras publicaciones. Mientras que su primera novela Il Cavalier Puccini, publicada en 1877 en Florencia en la imprenta de la Gazzetta d’Italia, se dirige a un público adulto, la segunda obra impresa A veglia, publicada en 1883 en la colección “Biblioteca educativa ed istruttiva per le scuole”, está pensada y dirigida al público infantil. Y un poco antes, en 1880, la revista Cornelia: rivista letteraria, educatica, dedicata principalmente agli interessi morali, materiali delle donne italiane, publicaba por entregas el relato perodiano Le idee di Elena en el que, a través de la revalorización del mundo obrero que lleva a cabo la protagonista, se pone de manifiesto el interés de la autora por los problemas de la mujer y su cercanía al ambiente de los movimientos feministas del siglo XIX (Scapecchi 2005: 27).

Por tanto, desde sus comienzos, la escritura de Perodi se reparte entre literatura y periodismo, prodigándose en géneros, estilos y destinatarios diversos. Esta versatilidad, que es una peculiaridad constante en su obra, la acercará a otras grandes intelectuales de la segunda mitad del siglo XIX como Ida Baccini, Matilde Serao o Grazia Deledda, entre otras. Su actividad periodística es tanto o más significativa que la de escritora; de hecho, fueron muchas las revistas que dirigió o en las que colaboró. De este modo, seguía la corriente del siglo, porque hay que tener en cuenta que precisamente un aspecto típico del mundo literario de aquellos años consistía en utilizar este doble canal de difusión: monografía y artículo para atraer la atención de los lectores (Scapecchi 2005: 31).

La escritora participa del buen momento que atravesaba el mercado editorial y de la actividad cultural que tuvo lugar en los dos últimos decenios del siglo tanto en Roma como en Milán. En 1881, Emma Perodi se encuentra en Roma donde colabora con diversas revistas: La Stampa, Il Fanfulla della domenica, La Nuova antologia, Il Popolo romano, Il Corriere della sera o Il Giornale illustrato per ragazzi. El periodo romano fue de una gran actividad para nuestra escritora, que en una carta al director de la Nuova antologia escribe: “sono occupatissima e non posso mantenere gli impegni che ho con le riviste con le quali collaboro” (Scapecchi 2005: 30). Al año siguiente empieza su relación laboral con los hermanos Treves y con el editor Edoardo Perino, moviéndose, por tanto, entre las ciudades de Roma y Milán. Posteriormente, en 1898 inicia su colaboración con el editor siciliano Salvatore Biondo, por ello se traslada a Palermo, ciudad en la que residirá hasta su muerte en 19184.

La publicación de revistas para niños, que era una propuesta de la clase dirigente para despertar la consciencia civil de los jóvenes italianos, supuso para las mujeres escritoras un nuevo medio en el que publicar:

Le donne istituzionalmente legate al mondo dell’infanzia come riproduttrici ed educatrici nella famiglia, trovano nell’insegnamento, nell’assistenza, nell’editoria, un campo di intervento e di impegno quasi naturale, e trasformano il tradizionale ruolo privato di madri in un ruolo pubblico di insegnatrici, scrittrici, giornaliste, operatrici culturali e sociali (Marini-Raffaelli 2001: 8-9).

Cuando en 1881 se crea en Roma una nueva revista, Il Giornale per i bambini, expresamente dirigida a los jóvenes, ya existían en Italia otros periódicos de tal signo, no obstante, supo mantenerse en el mercado gracias a la sabia combinación de las firmas de escritores ilustres y de sus elegantes litografías que incluso se llegaron a comprar a pintores extranjeros. La dirección del periódico la inició Ferdinando Martini (de 1881 a 1883), para pasar después a Carlo Collodi (de 1883 a 1885) y, por último, a Emma Perodi (de 1887 a 1889)5. Entre sus colaboradores figuraban nombres ya conocidos del público infantil como Luigi Capuana, Giuseppe Giacosa, Sofia Albini, Ida Baccini, Emma Perodi y, sobre todo, Carlo Collodi que en él publicó por entregas su Pinocchio. Esta revista se siguió editando hasta 1889, año en que se unió al Giornale dei fanciulli dirigido por Virginia Tedeschi Treves y con sede en Milán.

Muchos de los escritos más hermosos e interesantes de Emma Perodi aparecieron en las páginas del Giornale per i bambini, un periódico que pretendía educar en los valores de la patria y del progreso desde una orientación laica y positivista y que se dirigía directamente a los lectores más jóvenes y, entre estos, sólo a “quelli per bene, che sapevano usare correttamente penna e calamaio” (Finocchi; Gigli 2004: 317). Fundado cuando la literatura infantil era casi inexistente, sirvió, no obstante, de estímulo a la difusión de este género hasta el punto de que la misma redacción reconoce que:

vede ogni giorno aumentare il numero dei libri per bambini, tratti nella massima parte dalle sue colonne, e vede accrescere continuamente il numero dei suoi abbonati e dei suoi lettori. Questi fatti provano quanto fosse necesario, e come risponda al gusto del pubblico a cui è destinato, ed alle idee dei genitori o di chi è preposto all’educazione dei bambini (Giornale per i bambini: 1884).

El papel innovador que Perodi desempeñó en las páginas de este nuevo medio de difusión ha sido destacado por la crítica:

Anzitutto Perodi è figura moderna, frutto dell’attenzione all’infanzia già rilevata nell’età umbertina ed estrinsecata in riviste per bambini, collane organicamente progettate, libri costruiti con occhio attento alla dimensione figurativa, vere e proprie corrispondenze giornalistiche, editori che investono in popolo e fanciulli; in secondo luogo la scrittrice ha coscienza del pedagogico cui obbliga il moralismo dell’epoca (Boero-De Luca 1995: 74).

La confianza que los lectores mostraron en el Giornale per i bambini, pone de manifiesto que tuvo éxito la operación emprendida por su dirección. El periódico, con escritores toscanos en su redacción, asumió la función de complemento del sistema escolar italiano y, desde su primer número (7 de julio 1881), llevó a cabo, entre otros objetivos, un programa de educación lingüística proponiendo las tesis de Manzoni sobre el uso del florentino culto y hablado como lengua nacional, al principio mediante la publicación de un relato y después incrementando sus páginas con biografías de personajes ilustres y concursos de cartas, con el fin de mostrar a la juventud el uso del italiano correcto. La necesidad de enseñar a los jóvenes lectores la lengua italiana, entraba dentro de la tan discutida “questione della lingua” sobre la que tanto se había debatido en el país mucho antes de la unificación, pero, lejos de ser ahora una disputa más, se consideró un deber patriótico, casi una emergencia nacional en un país unido geográfica y políticamente, pero con profundas diferencias lingüísticas y culturales.

En 1882, se concedió en el periódico más espacio al apartado dedicado a las biografías, muchas de las cuales se deben a la pluma de Emma Perodi que años más tarde, concretamente en 1888, recogería las crónicas que había publicado semanalmente en el volumen Le passeggiate al Pincio: (l’Era antica, il Medio evo e il Rinascimento). Conversazioni con i bambini6, en el que la autora se proponía explicar tanto “le parole il cui senso non fosse ben chiaro per i piccoli lettori, come tutte le idee oscure o troppo elevate per la loro intelligenza”, al tiempo que esperaba que estas Passeggiate sirvieran para despertar en el corazón de los niños “quell’amore per il nostro bel paese, che è ingenito in tutti gli italiani e che in epoche diverse ha contribuito a fare dell’Italia la custode delle discipline civili, la signora dell’umano pensiero”7.

Con la consolidación de la nacionalidad, la enseñanza de la historia adquirió una relevancia política insospechada, y como escribió Gaetano Salvemini “diventò un mezzo formidabile per l’educazione del sentimento nazionale” (Salvemini 1966: 740). De hecho, en el ámbito escolar de estos años el estudio de la historia gozará de una particular importancia, porque se le considera una materia especialmente adecuada para transmitir a los jóvenes mensajes que por su finalidad ético-civil e ideológico-política habrían de contribuir a la formación de la identidad nacional italiana.

Así pues, en sus paseos al Pincio, Perodi, tras analizar con sus jóvenes acompañantes los perfiles de figuras tan importantes como Escipión, César, Virgilio u Horacio, le dedica a la figura de Dante un amplio capítulo8, en el que describe los acontecimientos humanos y políticos en los que se vio envuelto el poeta y ofrece además una detallada exposición de sus obras más conocidas. Recurriendo a una actividad de carácter positivista, utiliza como recurso narrativo la creación de la figura de la “ziina” que lleva a un imaginario grupo de pequeños sobrinos a una especie de paseo didáctico para estimular sus conocimientos. De manera inductiva, la autora, ante el busto que lo representa, pregunta a los niños por sus conocimientos de Dante, que se reducen a unos fragmentos del Canto del conde Ugolino y al soneto “Tanto gentile e tanto onesta pare”, utilizado por la madre de uno de los ellos para explicarle que la honestidad es la virtud más hermosa en la mujer. Dante consideraba a Beatriz el ideal femenino, la summa de todas las virtudes que deben adornar a la mujer: “Beatrice è per lui talvolta la filosofía, la belleza, la fede, la teologia che lo guidano attraverso gli ostacoli della vita” (Perodi 1888: 81). Para que los niños entiendan mejor el significado de idea, recurre a la comparación: “Gli antichi chiamavano l’idea ispiratrice dei loro versi Musa, e la rappresentavano come donna, i poeti cristiani invece presero come ispiratrice una donna che riuniva agli occhi loro tutte le perfezioni, e ne fecero il loro ideale” (Perodi 1888: 81). Pero el afecto y la veneración con que oyen hablar del poeta, despierta la curiosidad de los pequeños oyentes y las ganas de conocer datos de su vida que les ayuden a entender la Divina Commedia. La profesora decide entonces reconducir el diálogo explicando el título de la obra, por qué se llama commedia y en qué se distingue ésta de la tragedia. La Divina Commedia, les explica, arranca del descenso a los infiernos y termina contemplando en el paraíso “la onnipotenza divina e la eterna beatitudine”, logrando así un final feliz.

Entusiasmados con las aclaraciones de la profesora, los niños piden más respuestas y de acuerdo con el programa pedagógico del periódico, se introducen términos y expresiones lingüísticas poco conocidas para integrarlas en el léxico infantil, sobre todo en la parte más consistente de la lectura: cuando se traza el perfil político de Dante que fue condenado “a esser bruciato vivo in contumacia”:

- Che vuol dire signora?

-Vuol dire condannato allorchè era assente. Quando uno è condannato in contumacia, appena cade nella mani della giustizia, la sentenza si eseguisce. L’accusa che colpiva Dante era quella di malversazione e usura e si basava sulla fama pubblica, cioè su nessun fatto certo, ma sulle voci che correvano su di lui, sparse certo dai suoi nemici (Perodi 1888: 82).

La dificultad propia de los temas políticos tratados obliga a una simplificación de los hechos; Perodi tiende, por tanto, a separar claramente el bien del mal y la interpretación de la historia adquiere tintes morales:

E tutti i vizi che egli ha trovati in patria e altrove, tutte le bassezze che offendono il suo cuore generoso e amante del buono e del bello, sono flagellati da lui nella Divina Commedia. “Trovai- dice egli nell’Epistola a Can Grande della Scala, di cui vi ho già parlato – l’esempio del mio Inferno nella terra che abitiamo” (Perodi 1888: 83).

La autora caracteriza el pensamiento de Dante como gibelino, por tanto, totalmente anticlerical, y refuerza esta idea con las intrigas de los papas que no dudan en aliarse con los monarcas extranjeros para conservar su trono. De igual modo, les habla del tratado De Monarchia en el que se proclama el poder temporal del emperador, reconociéndoles a los papas sólo el poder espiritual. El libro, contrario a las doctrinas y principios que propugnaba la corte papal, fue quemado en Bolonia tras la muerte del poeta en un “auto da fè, che è espressione spagnola”, señala la maestra. A continuación, les describe el peregrinar de Dante por las distintas cortes italianas “afflitto dei mali della patria e senza speranza di vederli alleviati” (Perodi 1888: 82). Además del valor de su obra literaria, les explica que se le reconoce también como “padre” de la lengua italiana:

Altro pregio grandissimo di questo uomo straordinario è quello di aver raccolto la povera lingua volgare o italiana tanto dispregiata dai suoi contemporanei, che sdegnavano servirsene e scrivendo le preferivano la latina, e di averla unificata ed innalzata al grado di lingua colta, atta ad esprimere qualsiasi idea elevata e nobile. Egli l’ha piegata a tutto, quella povera lingua del volgo, e ora dopo sei secoli e mezzo la Divina Commedia, la Vita nuova, spirano un profumo di freschezza insolita” (Perodi 1888: 85).

Perodi concluye señalando que ahora que se ha logrado la unidad de Italia, todos los ciudadanos tienen una deuda con el poeta que supo mantener alto el ideal de la patria y que “in tempi di servaggio provava al mondo la potenza del genio italiano” (Perodi 1888: 86).

La labor cultural y pedagógica de la intelectual florentina está presente también en sus manuales de lectura, la mayoría de ellos se adoptaron en las escuelas del joven Reino de Italia, y en los que destaca ese rasgo de modernidad al que hicimos alusión anteriormente. Así, por ejemplo, en su libro I bambini delle diverse nazioni a casa loro, que recoge textos aparecidos en la sección “L’amico dei bambini” del Giornale per i bambini, dirigiéndose a sus jóvenes lectores afirma que les ha contado lo que sabe de la vida de los niños de otros países y que:

con queste narrazioni ho voluto far nascere nel vostro animo la simpatia e l’affetto per i bimbi, che sono sparsi sulla superficie della terra, ho voluto mostrarvi che certe virtù sono stimate ovunque, che certi difetti ovunque sono riprovati, e che al polo nord come nei paesi equatoriali il cuore delle mamme è ugualmente buono e affettuoso per le creature cui ese hanno dato la vita. Lo scopo che mi sono prefisso è molto modesto, e lascio a voi il giudicare se ho saputo raggiungerlo9.

Su objetivo es dar a conocer a los niños aspectos presentes en sus vidas que son muy actuales y que se refieren tanto a la diversidad y al pluralismo como al sentido de la libertad y de la solidaridad; para ello, lleva a cabo un análisis detallado de los diversos modelos educativos, de las costumbres y de la cultura de los diferentes países. Así, la pertenencia a grupos sociales diferentes, hecho muy relevante para los fines educativos perseguidos, se hace muy evidente entre los niños de Rusia y de Polonia, sociedades esencialmente patriarcales, pero también entre los ingleses, escoceses y holandeses; de los niños de Egipto señala que reciben una escasa instrucción, pero que escuchan con interés los relatos de la fantasía; de los chinos destaca su carácter supersticioso y su rígida educación muy discriminante para las mujeres, y en las diferentes descripciones nuestra autora “lascia trasparire l’importanza del senso della libertà, del pluralismo, dell’identità, della solidarietà, e tutta l’amarezza per le situazioni di degrado e di violenza verso l’infanzia dovute alla povertà e alle condizioni di vita, a cui però i paesi più civili danno risposte positive proprio con i valori sopra richiamati” (Marciano 2005: 50). Es evidente la importancia de una obra en la que la autora entremezcla los conocimientos de antropología, el estudio de la infancia y el deseo de adquirir conocimientos, con el testimonio cívico de dignidad de la persona, con la intención de generar un sentimiento hacia la infancia que no se base sólo en la mera ayuda asistencial y que sea contrario al dañino clasismo. En el planteamiento de éste y estos muchos libros escolares de la escritora toscana habría que destacar también por su carácter innovador algunos aspectos metodológicos y didácticos; en concreto, normalmente al texto propuesto le siguen preguntas de comprensión o ejercicios de composición referidos a las poesías propuestas por una escritora “dotata di genialità” y con “alle spalle un mestiere collaudato”, capaz de llevarle a experimentar formas educativas originales (Boero; De Luca 1995: 75).

En 1893 en la “Biblioteca fantastica” del editor romano Edoardo Perino se publicaban por primera vez en cinco volúmenes Le novelle della nonna: fiabe fantastiche10 de Emma Perodi, texto por el que se le conoce en el mundo de la literatura infantil y en el que, fundamentalmente, destacan dos aspectos: su compromiso pedagógico y su carácter popular, puesto que sus relatos se dirigen no sólo a la burguesía, sino también al pueblo, que poco a poco se va alfabetizando. De hecho, aunque su autora pretendía realizar también una obra que respetara las normas pedagógicas de la época, sus cuentos fantásticos se basan en relatos y leyendas oídos en los pueblos de las colinas de Casentino y constituyen un documento de gran valor antropológico y literario sobre la cultura popular. Sin embargo, el hecho de utilizar el género fantástico en el campo educativo le lleva a crear un texto inusual en la literatura para la infancia de finales del siglo XIX, por lo que cabría preguntarse por el género literario al que pertenecen las “novelle” que cuenta la abuela. Ella misma nos dice en el texto que “son fiabe da ragazzi, quelle che io racconto” (Perodi 2013: 464). Y Perodi, en la introducción de la obra, ya había precisado: “fiabe meravigliose, che ella aveva udito a sua volta dalla propia nonna e dalle vecchie del vicinato” (Perodi 2013: 6).

De igual modo que el Decamerone de Boccaccio o que el Pentamerone de Basile, también las Fiabe fantastiche pueden considerarse una obra “a cornice”. Los cuarenta y cinco cuentos están engarzados en una especie de gran relato que narra los acontecimientos de la familia Marcucci:

In una casa di Farneta, piccolo borgo sulla via di Camaldoli, la familia del contadino Marcucci era tutta riunita sotto l’ampia cappa del camino basso […]. Il vecchio capoccia era morto, la moglie gli sopravviveva, e intorno a lei erano aggruppati i cinque figlioli maschi, i quali avevano tutti moglie, meno l’ultimo Cecco […]. Fra la vecchia Regina, le nuore, i figliuoli e quei quindici nipoti, facevano venticinque persone” (Perodi 2013:3)

Con estas palabras Perodi nos presenta a la familia protagonista de la historia que sirve de marco narrativo y recoge los cuarenta y cinco relatos que la vieja abuela Regina se dispone a contarles durante un año. Este mundo “real” no sólo cumple una función en la narración, sino que tiene su propia autonomía, su propia dinámica y se relaciona también con el mundo “legendario” de los cuentos, sobre todo en el plano de las enseñanzas morales11. Regina Marcucci es la protagonista de estos dos mundos por lo que cumple una doble función: por un lado, es el alma de la familia, la mujer experta a la que se recurre en busca de buenos consejos en los momentos difíciles de la vida, por otro, como experta narradora de leyendas populares, domina y orienta con sus sabias advertencias las opiniones de sus oyentes.

Casi todos los cuentos terminan con el asombro de los presentes por la habilidad y la memoria de la narradora y con los consejos y amonestaciones de la anciana que, como ella misma afirma, no sólo cuenta historias para divertir sino también para enseñar a grandes y pequeños:

Il solo divertimento non basta – replicò Regina. – Fin d’ora dovete assuefarvi a cercare nelle cose più il lato utile che quello divertente; dovete pensare che la missione dell’uomo è molto seria, e bisogna prepararvisi fino da piccoli con la riflessione. Chi cerca nella vita solo il divertimento, va avanti poco bene, ve lo assicuro io (Perodi 2013: 534-35).

De hecho, las advertencias y consejos de la abuela Regina no son más que el reflejo de las que se hacían en la época de la Italia umbertina de finales de siglo, a pobres, campesinos, analfabetos y a jóvenes honradas para que no cedieran a las vanas esperanzas de una vida mejor que la presente. En cuanto a la influencia que los “saggi avvertimenti” tienen en sus destinatarios, Perodi no parece albergar ninguna duda: “Quando Regina, parlando, toccava argomenti seri e dava ammonizioni, la sua voce prendeva un suono solenne ed affettuoso a un tempo, che commoveva la famiglia, come il suono di una voce che venisse dall’alto” (De Luca 1992: 94).

Queda fuera de toda duda que la finalidad que persigue el relato es, al mismo tiempo, lúdica y didáctica y se dirige tanto a mayores como a niños. Las vivencias de la familia Marcucci crean una historia paralela a la de los relatos fantásticos, pero mientras estos últimos son bastante heterogéneos, con tramas, tonos y personajes muy variados, el relato que funciona como marco es bastante lineal y verosímil puesto que solo representa a un grupo social de la Toscana de finales del siglo XIX. Sin pretensiones históricas, la escritora florentina sólo quiere ofrecer una imagen plausible de la Italia recién unificada. En consecuencia, sólo centra su atención en aquellos aspectos que le sirvan para reforzar su proyecto: describir una familia de “onesti e meritevoli contadini che continuano a vivere secondo natura”, y que funcione como “espressione ideologica dell’opinione liberale” (Colin 2000: 90).

Frente a la movilidad social o geográfica, en la obra se defiende el conservadurismo social, es decir, la necesidad de permanecer fiel a los usos y costumbres de cada clase y la de respetar los pocos preceptos en los que se basa la ética de los Marcucci: la unión entre los miembros de la familia, la dedicación al trabajo y la fe y la honestidad para superar las adversidades; por tanto, la historia de esta familia confiere a la obra una coherencia narrativa que va más allá del simple pretexto unificador. Por otra parte, la misma autora interviene en el texto para elogiar a esta familia modelo, rompiendo así la ficción literaria:

Ormai già conoscete quei buoni contadini e sapete che essi erano pronti a qualunque sacrificio, pur di risparmiare ai congiunti, e specialmente alla vecchia Regina, crucci e amarezze. In seguito vedremo con quale animo forte essi sopportano la sventura: e sempre più spinti saremo ad ammirarli. Ma per ora non mettiamo il carro avanti ai buoi, e lasciamo che la narrazione segua il suo corso (Perodi 2013: 390).

Mediante un hábil recurso literario, la abuela Regina representa y encarna a la misma Emma Perodi y sus relatos son una representación del quehacer de la autora, es decir, escribir historias para sus lectores. Unas historias de cuya riqueza y deseo de conservación es consciente también la narradora que en la ficción narrativa utiliza como pretexto la edad y la mala salud de la “vecchia nonna Regina” para justificar la necesidad de transmitir en el plazo de un año todos los relatos que guardaba en su memoria.

Le novelle della nonna es una obra rica e interesante, además de por los aspectos comentados relacionados con el ámbito de las estructuras narrativas y semánticas, también por otros referidos al vasto campo de la historia de la literatura italiana. Es sabido que la narrativa fantástica apenas encontró eco en la Italia del Ottocento puesto que se redujo sólo a algunos relatos de los escritores de la Scapigliatura. La crítica ha apuntado como uno de los motivos de esta evidencia el abismo existente entre la cultura erudita y la popular; así, mientras el Romanticismo europeo tomaba de las tradiciones populares las leyendas y relatos en los que abundaban los elementos sobrenaturales como el diablo o los misterios del más allá, en Italia Manzoni sugería que la literatura debía proponerse “l’utile per iscopo, il vero per soggetto, l’interessante per mezzo”, y en su Lettera sul romanticismo (1823) consideraba al margen de la buena literatura el “guazzabuglio di streghe e di spettri” de los románticos del norte de Europa, en nombre de la razón y de la religión. Perodi recuperará el repertorio fantástico de la literatura popular y acogerá los contenidos y las formas de la cultura campesina, hecho que se explica tanto por el florecimiento de las colecciones de usos y tradiciones populares debido a los estudiosos positivistas como a la inserción del género narrativo fantástico en otro género también menor como es la literatura juvenil: “Le tematiche fantastiche irrazionali vi sono accolte perché piegate agli ideali pedagogici e moralistici della scrittrice, tipici degli educatori liberali del secolo scorso” (Colin 2005: 65).

Le novelle se escriben con una clara función educativa moral y cultural, fundamentalmente. Vemos así, cómo el interés por la educación lingüística se declara explícitamente en las líneas que preceden al comienzo del primer cuento narrado la noche de Navidad: “prese a dire con la voce dolce e il purissimo accento, proprio degli abitanti delle montagne toscane” (Perodi 2013: 5). Observación que pone también de manifiesto la atención prestada al espacio en el que están ambientados tanto la historia principal como los relatos, espacio que coincide casi siempre con la tierra natal de la abuela: el Casentino12, es decir, la región montañosa que ocupa el valle alto del Arno, una geografía real como escenario de historias fantásticas. El contraste entre la naturaleza salvaje de las montañas y la riqueza cultural del territorio, daba a estas tierras un carácter mítico y atractivo. La representación de este territorio está presente en la tradición literaria inaugurada por la Divina Commedia. Por ello, la estancia de Dante en Casentino, así como las evocaciones que hace de este valle en su obra nos permiten comprender su valor mítico en los relatos de Perodi. No olvidemos que Foscolo y Mazzini habían ideado el mito de un Dante precursor del Risorgimento y lo habían convertido en el prototipo del patriota italiano. Así pues, cuando se logra la unidad nacional, el culto a Dante proviene, por tanto, de los intelectuales del Risorgimento. La lengua de los campesinos de los cuentos de Perodi atesora un ilustre pasado literario. Además, siguiendo las teorías de Manzoni sobre el uso de la lengua hablada florentina, Perodi recurre a la figura de un profesor de Pisa que, tras oír los relatos de la abuela, afirma que quiere “raccogliere dalla bocca del popolo la lingua parlata” y considera que los relatos de los montañeses toscanos tienen un gran interés cultural, porque la tradición y la lengua han mantenido en esos lugares sus características originarias: “La Toscana, terra privilegiata nella storia della lingua e della letteratura italiana, costituisce con i suoi contadini, analfabeti ma italofoni, un modello e una speranza per tutti gli ‘ignoranti e zoticoni’ della penisola”(Agostini-Ouafi 2005: 74).

Por tanto, podríamos concluir señalando que Perodi se sirve en esta obra de la sabiduría popular tradicional para atraer a un público que está en pleno proceso de alfabetización. Por ello, queda fuera de toda duda que la intelectual florentina con el conjunto de su obra, de la que sólo hemos abordado una muestra pequeña, pero representativa, se sitúa en el centro de un movimiento cultural y pedagógico que sienta las bases para superar los rígidos preceptos y la disciplina que caracterizaron el siglo XIX, al proponer un modelo educativo en el que están presentes todas las figuras del imaginario infantil y en el que, aunque la narradora aconseja y predica buenos comportamientos, abre también el camino a una revalorización de la infancia.

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SALVEMINI, Gaetano (1966): Opere. Milano: Feltrinelli, vol. V.

SCAPECCHI, Piero (2005): “Una donna tra le fate: ricerche sulla vita e sulle opere di Emma Perodi”, a cura di Federica Depaolis; Walter Scancarello. Emma Perodi: saggi critici e bibliografia cit., 25-45.


1 Uno de los primeros y más exitosos manuales escolares de este tipo es Giannetto (1837) de Luigi Alessandro Parravicini. Reflejo del fervor patriótico de la época en que se compuso, es un texto que alterna el código narrativo con el código de los diversos conocimientos que se deben adquirir, dividido en seis categorías (el individuo, los oficios, la geografía, las ciencias naturales, las costumbres de la infancia y la historia de Italia), que se corresponden con las de la vida del protagonista Giannetto y con la de sus jóvenes lectores en fase de escolarización. Vid. Piero Boero; Carmine De Luca (1995). La letteratura per l’infanzia. Roma-Bari: Laterza, 13.

2 En el último tercio del siglo XX, tras años de silencio, el tema de las revistas para la infancia ha atraído la atención de los estudiosos, véanse a propósito los estudios de Giovanni Genovesi (1972). Stampa periodica per ragazzi. Da “Cuore” a Charlie Brown. Parma: Guanda y de Silvana Marini; Alberto Raffaelli (2001). Riviste per l’infanzia fra ‘800 e ‘900 dai fondi della Biblioteca Alessandrina. Firenze: Franco Cesati ed.

3 El ensayo de Piero Scapecchi “Una donna tra le fate: ricerche sulla vita e sulle opere di Emma Perodi”, en Emma Perodi. Saggi critici e bibliografia (1850-2005), a cura di Federica Depaolis y Walter Scancarello (2005). Pontedera: Bibliografia e Informazione, 25-45, constituye todavía uno de los instrumentos más completos para el estudio preliminar de esta escritora.

4 La estancia en Palermo y su amistad con el máximo estudioso de las tradiciones populares, Giuseppe Pitrè, influyeron de manera decisiva en su actividad literaria puesto que a su conocimiento de la tradición toscana unirá la experiencia siciliana mostrándose sensible a las temáticas de la narración verista de autores como Capuana o Nuccio, que compartían también con ella el gusto tanto por la literatura para adultos como por la de la infancia.

5 La gestión del periódico no la asumieron los directores que figuraban oficialmente en la portada, sino personajes como Guido Biagi o Emma Perodi que actuaron como “directores en la sombra”. En concreto, el papel desempeñado por Perodi no fue reconocido oficialmente hasta 1887, año en que aparece su nombre oficialmente en calidad de directora del periódico. Vid. Fabiana Loparco. Educare alla lingua italiana nell’Italia post-unitaria: Dante e il Giornale per i bambini (1881-1883), https://www.academia.edu/11721498/Educare_alla_lingua_italiana_nell_Italia_post-unitaria._Dante_e_il_Giornale_per_i_Bambini_1881-1883_ (18.11.2015).

6 “Le passeggiate al Pincio”, en Giornale per i bambini, a. 2, desde el n. 22 (1 de junio) al n. 48 (30 de noviembre),1882. Le passeggiate al Pincio: (l’Era antica, il Medio evo e il Rinascimento). Conversazioni con i bambini (1888). Torino: Paravia. A partir de ahora, nos limitaremos a indicar en el texto el número de página de esta edición.

7 Cfr. Perodi, “Ai lettori” en Le passeggiate al Pincio.

8 Emma Perodi dedicó también en esta obra amplias biografías a Petrarca, Boccaccio, Ariosto, Lorenzo de’ Medici y Leonardo da Vinci, entre otros, en las que se señalaba el importante papel que habían desempeñado en la consolidación de la lengua y la cultura italianas.

9 Emma Perodi (1890): “Premessa” en I bambini delle diverse nazioni a casa loro. Firenze: Bemporad & Figlio.

10 Tras la muerte de Perino (1895), Le novelle tendrán a lo largo del siglo XX una recepción particularmente significativa. Editada durante más de sesenta años por el florentino Salani en una colección de narrativa para jóvenes, fue reeditada en 1974 por Einaudi en I Millenni, una colección dedicada al género fantástico. Por ello, en esta edición, el título y el subtítulo se invierten: Fiabe fantastiche: le novelle della nonna. Nuestras citas al texto se harán de la edición Emma Perodi (2013). Le novelle della nonna. Fiabe fantastiche, introducción de A. Andreoli. Roma: Newton Compton.

11 Vid. Carmine De Luca, “Nota critica”, en Emma Perodi (1992). Fiabe fantastiche. Torino: Einaudi, 93. Se trata de una edición con una selección de fábulas y un breve estudio de este crítico, que contiene: “Il diavolo che si fece frate”, “La fidanzata dello scheletro”, “L’incantatrice” e “Il diavolo e il romito”.

12 Para un estudio profundo del significado de esta región en el texto, Vid. Viviana AGOSTINI OUAFI (2000): “Percorsi narrativi e itinerari turistici nelle Novelle della nonna”, en Casentino in fabula: Cent’anni di fiabe fantastiche (1883-1993). Le novelle della nonna di Emma Perodi. Firenze: Polistampa, 195-223.