De Murcia a Mursiya: un viaje en el tiempo

6. Relación del proyecto con la historia de Murcia


Si volvemos la mirada hacia el pasado de nuestra tierra, nos encontramos con la fundación de la Medina Mursiya allá por el siglo IX (año 825) por el emir de Córdoba, llamado Abderramán II, a orillas del río Segura, generando un periodo de esplendor musulmán. Convirtiendo a Mursiya en la capital del reino en sustitución de Lorca.

Los musulmanes desarrollaron en la huerta murciana sus sistemas de cultivo de regadío. Construyeron aljibes y norias. Crearon una red hidrológica que aprovechaba el curso del río Segura. En el siglo X construyeron una presa para el almacenamiento del agua, el Azud o Contraparada, y canalizaciones para el riego de la huerta, las acequias de Alquibla y Aljufia.

La prosperidad agrícola propició el desarrollo del comercio y de una industria papelera y textil. También fue importante la producción alfarera y cerámica. Aunque la mayoría de la población vivía en el campo, el auge de la economía estimuló el crecimiento de la vida urbana. Las ciudades más importantes eran Mursiya, la capital económica y política, Lorca y Cartagena. Este periodo concluye en el siglo XIII con la Reconquista cristiana.

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Inmersos ya en el transcurso del siglo XIII, en el año 1243 los musulmanes del reino taifa de Murcia optaron por la capitulación ante el rey Fernando III de Castilla y firmaron el Tratado de Alcaraz. Este pacto suponía la entrega de todas las fortalezas musulmanas del reino y el pago de impuestos a la Corona de Castilla. A cambio, Murcia recibía protección militar contra el reino nazarí de Granada, que pretendía someterla, y se garantizaba el respeto a la religión, a las instituciones, las propiedades, la lengua y las costumbres de sus habitantes musulmanes. De este modo, el reino musulmán de Murcia fue ocupado de forma pacífica por las tropas del infante Alfonso, el futuro rey Alfonso X, llamado “el Sabio”. Nació en Toledo el 23 de noviembre de 1221 y murió en Sevilla en 1284. Su padre era Fernando III “El Santo”, rey de Castilla y León, y su madre Beatriz de Suabia, hija del emperador de Alemania, Federico II. En 1252 sucedió a su padre en el trono.

El tratado de Almizra (1244), firmado entre el mencionado infante Alfonso y Jaime I, rey de la Corona de Aragón, fijó la frontera entre el reino de Murcia, perteneciente a la Corona de Castilla, y el de Valencia, integrado en la Corona de Aragón.

En 1264 se produjo un levantamiento por parte de la población musulmana del reino de Murcia contra el rey de Castilla, Alfonso X el Sabio, porque estaban muy descontentos ante la persistente castellanización del reino y por el incumplimiento del compromiso de respetar la religión y las costumbres musulmanas. Los dirigentes musulmanes de Murcia pidieron ayuda al reino taifa de Granada. Las ciudades sublevadas contra la corona castellana fueron Córdoba, Sevilla, Granada, Jaén y Murcia. Ante la gran magnitud de la sublevación y la imposibilidad de poder controlarla, el rey Alfonso X instó a su esposa Doña Violante a que pidiese ayuda y colaboración a su padre, el rey de la Corona de Aragón Jaime I, para poder aplacar el alzamiento de estas ciudades. Doña Violante escribe una carta a su padre solicitando su ayuda.

Es probable que Jaime I temiese que, si las ciudades musulmanas triunfaban en su sublevación, siendo éstas limítrofes con los territorios de su propio reino de Aragón, las consecuencias podrían también afectar a su propio territorio, pues si lograran vencer frente el reino de Castilla, la siguiente rebelión musulmana podría producirse en la corona de Aragón. Así pues, Jaime I consigue el favor y el apoyo de los nobles aragoneses, que, en principio, no estaban muy dispuestos a continuar batallando ya que acababan de conquistar Baleares y Valencia, y con el permiso de las Cortes comienza a marchar con sus tropas hacia tierras murcianas.

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Entrada de Jaime I en Murcia.
Dibujo inspirado en el óleo de
F. Mauricio. Museo de la Ciudad.

Jaime I, a medida que se desplaza, villas y ciudades se iban rindiendo ante el gran ejército aragonés hasta llegar a Orihuela, donde es informado de que tropas procedentes de Granada avanzan hacia Murcia para defenderla y ofrecer resistencia. Jaime I se dirige rápidamente a Murcia para impedirlo y se sitúa en un paraje junto a Alcantarilla consiguiendo ahuyentar a las tropas granadinas que acaban refugiándose en Alhama. Instala su campamento a las afueras de la muralla y la asedia durante unos quince días. Los gobernantes de la ciudad comprendieron su debilidad frente a las tropas y aceptaron negociar su rendimiento con un pacto que respetase la convivencia de musulmanes y cristianos.

El dos de febrero de 1266 entra Jaime I pacíficamente en Murcia por la puerta norte llamada puerta de Orihuela y ocupa el Alcázar junto a la mezquita mayor, que transformaría en iglesia, restaurando así el cristianismo y el dominio, de nuevo, de la corona de Castilla. También repobló el reino de Murcia con colonos procedentes de la Corona de Aragón. Gran parte de la población mudéjar se marchó de Murcia.

En una segunda fase, la repoblación del reino de Murcia se completó, fue llevada a cabo por el rey Alfonso X el Sabio, intentando evitar el excesivo poder de la nobleza. Para ello, creó un gran concejo de realengo que representaba y defendía los intereses del rey en las nuevas tierras.

El rey Alfonso X el Sabio impulsó en Murcia la creación de varios concejos (asambleas de vecinos que organizaban la vida cotidiana de los municipios) como el de Mula, Cartagena, Aledo, Yecla, Murcia y Lorca, y les otorgó fueros (un código de leyes y privilegios para atraer población).

Alfonso X generó las bases de la sociedad murciana actual y fue el rey español con mayor vinculación a Murcia.

Su propósito fue engrandecer Murcia, dotando de oportunidades a esta tierra, la que fue su primera conquista siendo todavía Infante del reino de Castilla. Esta vinculación y afecto fueron una constante durante todo su reinado.

Y es que este rey se ha convertido en uno de los referentes más importantes de la cultura medieval y de todos los tiempos. Fue el gran motor de la cultura del siglo XIII. Su madre trae todo ese acerbo de cultura de la corte de Alemania y Alfonso hereda ese amor e interés por la cultura, se dice que es el rey de España más culto. Sus padres supieron inculcar en él el amor por las artes y todas las facetas del saber.

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Alfonso X en Murcia con la Virgen del Arrixaca. Carmen Artigas. R. Academia Bellas Artes se Sta. Mª de la Arrixaca

Instaló su corte en Toledo y se rodeó de sabios. Allí se crea la Escuela de Traductores de Toledo, lo que supuso una enorme aportación a la cultura universal. Grandes eruditos e intelectuales, además de asentarse en el epicentro cultural de Toledo, también lo hicieron en las otras dos ciudades (Sevilla y Murcia), que de igual forma constituyeron un importante eje cultural y en las que en torno a ellas giró todo el reinado de Alfonso X. Fue un gran mecenas de la lengua vernácula del castellano, cobró oficialidad. Se incrementaron las bibliotecas. Se otorgó un impulso a la Universidad de Salamanca y se produjo el asentamiento de universidades como la de Valladolid y Sevilla. Hermanó tres culturas: cristiana, árabe y judía.

Aspiró a ser Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico, soñó con ser emperador de Europa. Comenzó una larga trayectoria para intentar conseguir el título y las arcas del reino fueron esquilmadas, cobraba excesivos tributos. Esto menoscabó su imagen y en círculos elitistas de la corte castellana no era aceptado. Pero, las vicisitudes políticas no deben oscurecer su gran legado.

Nos quedan innumerables muestras de todo lo que hizo, tales como el libro de las Siete Partidas: Religión, realeza, justicia y administración, matrimonio y familia, relaciones comerciales, testamentos y herencias, leyes penales. Sus escritos jurídicos sentaron las bases para el futuro estado moderno español (Fuero Juzgo).

Tablas Alfonsíes: Sol, luna, planetas y eclipses, observatorio astronómico en Toledo, libros de astronomía, Libro de las Cruces (astrología), obras recreativas (ajedrez, dados). Obras históricas: La Grande y General Historia, Historia de España (intentó hacer una historia universal desde la Creación hasta su época).

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Códice Cantigas de Santa María. www.facsimilefinder.com

Obras poéticas: Cantigas de Santa María, muchas de estas cantigas fueron compuestas por Alfonso X de su propia mano. De tal manera que, cuando se recorre el camino de Santiago, hay referencias a las Cantigas de Santa María por diferentes lugares. Hay cuatro códices conservados, procedentes todos ellos de la corte del rey. Un códice toledano, dos códices de la biblioteca de El Escorial y otro códice de Florencia.

Le sucedió en el trono su hijo Sancho IV. Acabó sus días en Sevilla, murió en abril de 1284. Deseó que su corazón se quedase en Murcia y permanece en el altar mayor de la catedral de Santa María.

Se dice de Alfonso X el Sabio que pudo ser un “hombre renacentista” algún siglo antes.

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