Educación y Formación Profesional
Dirección General de Trabajo
II Plan Estratégico contra la Economía Sumergida 2026-2028
La economía sumergida constituye uno de los desafíos más serios para el crecimiento y la cohesión social en la Región de Murcia. Su presencia, estimada en un 17,4 por ciento del PIB regional -cerca de 6.900 millones de euros- afecta directamente a la capacidad de financiar servicios públicos esenciales, distorsiona la competencia empresarial y debilita los derechos laborales.
La actividad no declarada impacta con mayor intensidad en los colectivos más vulnerables: jóvenes, personas inmigrantes, mujeres y trabajadores con baja cualificación. La ausencia de contrato, cotización o cobertura social genera empleos precarios que impiden construir trayectorias laborales estables y dificultan la salida de situaciones de pobreza o exclusión.
Este fenómeno contribuye a mantener desigualdades que la Región necesita superar para avanzar hacia un modelo económico sostenible.
Con el fin de afrontar esta problemática, el Gobierno regional, en colaboración los agentes sociales y la patronal, ultima el II Plan Estratégico contra la Economía Sumergida. Esta hoja de ruta se asienta en tres ejes fundamentales:
Sensibilización y concienciación.
Medidas específicas adaptadas a sectores clave.
Coordinación interadministrativa y control de recursos públicos.
El Plan se integra con otras políticas regionales que ya trabajan por el empleo de calidad, la igualdad laboral y la seguridad y salud en el trabajo. En conjunto, estas actuaciones forman un marco coherente orientado a fortalecer las condiciones laborales y garantizar un entorno productivo competitivo y justo.
La lucha contra la economía sumergida es un reto compartido. Requiere la implicación de administraciones públicas, organizaciones empresariales, agentes sociales y ciudadanía. La colaboración, la digitalización, el intercambio de información y el compromiso colectivo permitirán avanzar hacia un mercado laboral más transparente, donde las reglas sean iguales para todos y la actividad económica contribuya plenamente al bienestar común.
El Gobierno regional da así un paso decisivo hacia una economía más sólida, moderna y equitativa, en la que el trabajo digno y el cumplimiento de la ley se consolidan como pilares esenciales del progreso regional.