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06/10/2006
molina estrena hoy el nuevo y duro montaje de guillermo heras
Poesía y violencia. Teatro y denuncia, teatro y emoción. Emoción y crítica, emoción y una ventana abierta al horror, a la realidad más espinosa, al abismo que habita junto a nuestros ojos: que miran para otro lado, hacia horizontes más tranquilos... Mi vida gira alrededor de 500 metros es el título de la obra de Inmaculada Alvear -«no pude leerla de un tirón, porque te sobrecoge y te impacta demasiado», cuenta la productora teatral Vicenta Hellín»-, que hoy, bajo la dirección de Guillermo Heras, se estrena en el 37 Festival de Teatro de Molina de Segura
Mi vida gira alrededor de 500 metros es, según Guillermo Heras, ex director del Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas y director de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos, que anualmente se celebra en Alicante, «un poema dramático que narra la vida de una familia con un problema de violencia de género, a través de la mirada de la hija y del significado tan especial que le da a esa distancia de seguridad que marcan los jueces para el maltratador: quinientos metros».
«A partir de esta distancia -explica Heras- se van construyendo los deseos y esperanzas de los personajes y cómo estos deseos, diferentes para cada uno, influyen en la forma de asumir el conflicto y de enfrentarse día a día». Estamos ante «un poema dramático construido con sangre, tierra, un genario rojo y muchas palabras dentro, como nos intenta explicar al final la niña».
«Con el texto de Imaculada Alvear queremos mostrar una situación, pero sobre todo queremos hacer teatro de hoy», señala el director, para quien «hoy, más que nunca, son necesarios textos valientes que se enfrenten a la realidad cotidiana de una manera cercana al concepto griego de la catarsis». La obra es una incursión descarnada y poética «en una de las lacras más lacerantes de nuestra sociedad contemporánea: la violencia de género o, dicho de otra manera, el maltratro físico y psicológico a las mujeres, a manos de un sector canalla de hombres sin escrúpulos».
Un paisaje habitual
Heras cree «absolutamente necesario seguir desarrollando un teatro directo y, que sin perder las características de arte complejo, muestre partes incómodas de la realidad cotidiana». Eso sí, «siempre intentando no caer en retóricas maniqueas o actitudes de puro púlpito, pero sin renunciar a la denuncia de esas situaciones que parecen remitir al melodrama cuando son parte del paisaje habitual en el que se desarrolla nuestra vida».
«Las citaciones de violencia doméstica, las guerras, el hambre, la exclusión, el racismo, la xenofobia, la pobreza... parecen temas de otras épocas. Es como si diera pereza abordarlos cuando ya los tenemos que ver en los telediarios. Y, sin embargo, una parte del teatro, para que siga siendo un arte vivo, necesita abordar esos temas espinosos. Desde lenguajes abstractos o formas realistas, desde decodificaciones postmodernas o sistemas de narración tradicionales, pero mostrando a nuestros ciudadanos que es un teatro necesario».
Mi vida gira alrededor de 500 metros está interpretada por Sol Montoya, Eugenio Gómez, María Castillo y Marcela Yurfa. La escenografía es de Metamorfosis, el vestuario es original de Ana Rodrigo, y la iluminación de Miguel Ángel Camacho.