La llave de acceso al desván se
					desliza en la cerradura sin esfuerzo. La puerta es de metal,
					distinta, sin la nobleza de otras de la casa.
 Myriam y
					Gonzalo entran en el espacio a oscuras con cierta solemnidad,
					indecisos.
				
La mujer es la primera en avanzar y decidirse a abrir las dos ventanas que dan al patio interior. El día es plomizo y gris pero la luz de la tarde ilumina la estancia. Es la guardilla que reconoce amplia y de techos altos, el refugio de enseres velados por plásticos bajo los que se adivinan muebles apilados, algunos cuadros, objetos y lámparas entelados junto a todo tipo de embalajes y bártulos, algunos sobresaliendo de sus contenedores y cajas de cartón.
					¿Dónde estará lo suyo? Gonzalo echa una ojeada en torno y se
					aproxima a desvelar un primer envoltorio. 
 -Eh, Myriam,
					mira este espejo. Es de "Ocho Casas", la finca de Singla en
					Caravaca. Está fatal, el vidrio tiene un revestimiento que. Pero
					siempre me gustó este modelo tan rococó, ¿sabes qué?, tal vez me lo
					lleve a casa e intente.
				
				
					-Déjate la decoración, Gonza, eso lo vemos luego. Ahora mira estas
					cajas, son las suyas. Lo pone aquí: Mary. A ver si encontramos lo
					que.
				
					El hermano se aleja del deslucido cristal y, vuelto a lo que les ha
					traído, se dirige a uno de los cartones e intenta eliminar el
					precinto que lo sella. 
 El adhesivo gime al ser retirado.
					-Es como si se quejara -dice la hermana-. ¿Te puedes creer que
					tengo la sensación de que ella anda por aquí y no quiere vernos
					metiendo las narices en sus cosas?
 -No te extrañe. Por
					aquí debe andar en espíritu. Conque hermanica, -Gonzalo dirige su
					voz y su mirada al vacío, a lo alto-: respetamos tu intimidad, pero
					ahora necesitamos tus cosas. Murcia y su gente nos las han pedido,
					ellos no te olvidan. ¡Eres todo un referente como mujer y como
					cantante!
				
			
					-Pero Gonzalo -advierte la mujer-, ¿estás hablándole a Mary? Por
					favor, no desvaríes. 
 -Estoy explicándole qué hacemos
					aquí, revolviendo en lo suyo. Para que no se moleste, ¿te parece?
					-sonríe el hermano con cierto pudor-. Tiene que saber que además de
					haber sido distinguida con la Medalla de Oro de la Región de Murcia
					en 2015, ser nombrada Hija Predilecta de la Ciudad de Murcia en
					2018, y que, en el Día Europeo de la Música de 2010, el Museo Ramón
					Gaya hizo sonar su voz todo el día, sus paisanos se niegan a
					olvidarla. ¡Eso es genial y le encantaría!
 -Ya lo creo. La
					intromisión es por buena causa -Myriam imita a Gonzalo y se dirige
					también al aire-. Al fin y al cabo, Mary, se trata de mantener viva
					tu memoria. 
-¡Pues claro! Por siempre Mari Trini. ¿Verdad,
					Myriam? ¿A que no podemos olvidarla?
 Los hermanos charlan
					mientras se afanan en desembalar el interior de un arcón oculto
					tras una gruesa cubierta huertana.
 -Olvidarla., qué cosas
					dices. -la hermana parece ahora prendida de los objetos que va
					descubriendo. 
 -Eh, Gonza, miraaa. ¡Son cosas de la casa
					de Singla! ¡Ay, Singla¡, ¡qué estupendos veranos! Esa libertad del
					campo, los paseos en burro, y el canto de las chicharras., cúantos
					recuerdos de infancia. ¿Ves, Gonza? Tampoco allí la olvidan, ahí
					tiene ella calle con su nombre: "A la cantante Mari Trini".
					Ambos, al rescate, van abriendo cartones rotulados con el nombre
					artístico de la hermana mayor: Mari Trini.
				
			Ha sido Gonzalo el que recobra una caja repleta de carpetas y de lo que, a bote pronto, se les antoja a ambos papeleo formal: escrituras, cuadernos, documentos, algunos elepés, letras de canciones manuscritas, cartas de remitentes desconocidos o familiares.
					La curiosidad de los hermanos no se detiene ante la enorme cantidad
					de pliegos depositados. Es Myriam la que, advertida, trapo del
					polvo en mano, va repasando superficies con el paño, al tiempo que
					intenta reconocer lo que Gonzalo le muestra mientras desembala.
					-Andaaaa -tantea él-, es el juego de té de porcelana que Mary trajo
					de sus primeros años en París para la tata Teodora. Qué buena era,
					la queríamos todos.
				
			
					-Ay, París, París, ¡si nuestra madre se entera de cómo disfrutaba
					Mary cantando en cafés y en boîtes, le da un síncope!
					-Pues ya lo creo que se enteró. ¡La descendiente por línea directa
					del imaginero Francisco Salzillo! ¡La biznieta del octavo marqués
					de Peñacerrada! ¡La hija de doña María Mille Campos, duquesa viuda
					de La Torre! ¡La ahijada y sobrina de doña Trinidad Pérez-Miravete
					Pascual del Riquelme, vizcondesa viuda de la Ribera de Adaja!
					Verdaderamente esa vida bohemia de Mary la inquietaba. ¿Te
					acuerdas? 
 -Cómo no. ¡Artista su hija María de la
					Trinidad...! Nombre de tradición, por cierto, para todas las
					primeras hijas de la familia -recuerda Myriam. 
 -Pero
					nuestra Mary, ay, siempre quiso ser cantautora -afirma Gonzalo-.
					¡Qué orgullo de hermana, Mari Trini! Primero por su elección de
					forma de vida, con ese carácter tan valiente y, luego, por su arte.
				
					-¿Puedes creerte que mis hijos escuchan todavía hoy sus canciones
					con total fervor? Y a mí, qué te voy a decir, me estremecen esas
					letras donde ella se retrata y retrata el mundo.
 -Yo la
					añoro cada día más. Tú lo sabes, Myriam, ella era mi ídolo, quería
					imitarla, vivir como ella y romper moldes -al menor de los hermanos
					le brillan los ojos--. Era tan resuelta... ¡Y alcanzó su sueño!
					-En realidad, de los cuatro hermanos, vosotros dos sois los más
					parecidos, además tú eras su favorito, se os veía muy cómplices.
					Fue por ti que regresó a vivir a Murcia.
 -¡La admiraba!
					Entendía su afán. Éramos buenos amigos.
				
					Myriam adopta un aire melancólico, parece perderse entre recuerdos:
					-Ya ves, tan sensible como era y, al tiempo, tan rebelde y
					guerrillera. En cambio, yo, qué débil, tal vez más acomodadiza y
					complaciente, como nuestro hermano Paco Luis. 
 -Nuestra
					Mary era mucha Mari Trini, solo tienes que ver las letras de sus
					canciones "Voy a luchar. Voy a volverme más pequeña hasta
						triunfar". 
 -Siempre en petición de derechos. A veces me
					lo pregunto, ¿de quién heredaría esa forma levantisca?
					-Fíjate que yo creo que esa fuerza, su revolución interior, el
					nervio y la marca de lo genial son manifestación del otro
					ascendiente, el famoso Salzillo.
 -¿Por qué no? Ese es un
					sello ilustre de nuestra familia.
				
				
					-O puede que el poderío arranque de la enfermedad que la recluyó en
					casa desde los 6 a los 14 años. Menudo tormento. Recuerdo una foto
					suya en cama, leyendo y con la guitarra a su lado. Ahí comenzó su
					vocación. A ver si encontramos esas fotografías entre los álbumes.,
					deben andar por aquí.
 Mientras dice, Gonzalo recupera un
					cartel de la cantante, un poliespan a tamaño natural con
					Mari Trini en todo su esplendor. 
 -Mira, Miriam, qué
					preciosa está aquí. Es la portada del disco Amores.
					-Brutal y cósmica, que diría mi hijo -Myriam se recrea en la imagen
					de la cantante-. ¿Sabes que este disco, Amores, está entre
					los diez mejores long plays de nuestra historia de la
					música? Guapísima, con sus ojos azules desafiando al infinito,
					guitarra al hombro. -su expresión ahora se vuelve taciturna-: A
					nuestra madre, en cambio, le atormentaba, como mujer de su época; a
					ella le hubiera gustado tener en casa dos princesas. Y mira por
					dónde una le salió combativa y con ganas de volar.
				
					-Pero estarás de acuerdo conmigo -se arrebata Gonzalo-, Mary
					resultó ser la más auténtica de las princesas. Una princesa moderna
					y actual, remangada para subirse a los árboles, una princesa que
					trabajaba para ganarse la vida, una princesa libre, diferente hasta
					por sus gustos, ¡conducir coches de carrera!
 -¡De fórmula
					1!
 -Era fantástica. No necesitó que nadie la mantuviera,
					se bastaba a sí misma. Ese título de señorita bien educada para
					casarse no le iba en absoluto. Libertad e independencia eran su
					máxima.
				
					La conversación es tan intensa que las cajas abiertas ante ellos
					han pasado a segundo plano en la tarea de búsqueda, aunque Myriam
					ha dispuesto ante ellos, en el suelo, tres cuadernos de distinto
					estado y tamaño recién aparecidos.
 Cuadernos. La intimidad
					de un cuaderno.
 Ambos se miran sin atreverse a romper el
					secreto que ocultan. 
 Saben que el primero de ellos es un
					diario. La letra de la cubierta pertenece a una Mary joven, tal vez
					adolescente. 
 Tácitamente, los hermanos dejan a un lado el
					contenido de las libretas.
				
					Es Gonzalo el que se dirige hacia lo que, próximo a la pared del
					fondo, ha llamado su atención, un enorme envoltorio de papel de
					estraza en posición vertical, también con el nombre marcado en rojo
					de la hermana cantante, Mari Trini.
 Miriam, a la espera,
					ha buscado apoyo en una suerte de cojín mientras repasa, con un
					trapo y mecánica insistencia, el exterior de los cuadernos. Lo
					mismo hace con algunos objetos, como la pequeña escultura liberada
					de una de las cajas que representa a una mujer. Lleva grabada la
					fecha del último acto público de la cantante. 
 -Eh, menudo
					encuentro -eleva en su mano la figura para mostrarla al hermano,
					que en el otro extremo del desván, asiente-. ¿Te acuerdas? Es obra
					del escultor Mariano González Beltrán.
				
			
					El 8 de marzo de 2008, Día de la Mujer Trabajadora, Mari Trini
					recibió el premio "Lucha por la Igualdad", concedido por la
					Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, "por retratar a
					través de sus melodías las carencias, problemas y desigualdades de
					la mujer".
 -Qué fecha tan emotiva -Gonzalo evoca
					plenamente a la cantante-. Ese día se la señaló como símbolo y
					ejemplo de mujer. Me atrevería a decir que para ella fue algo muy
					muy grande, ¡el reconocimiento de la gente de su tierra!
					-Llevas razón. Pasó su vida defendiendo una forma de vivir y luchó
					para no ser juzgada por los prejuicios de la sociedad de entonces.
					Para ella, ese 8 de marzo, resultó inolvidable. ¿Te acuerdas de
					aquella foto en la que besa la estatuilla? 
 -Desprende
					felicidad y emoción. Para Mary fue más importante y trascendente
					que otros reconocimientos, más incluso que el disco de Multidiamante.
					-Ah, eso fue unos años antes, en 2005 por esos más de diez millones
					de discos vendidos. Y aún hubo otro premio fundamental en su vida,
					el de sus compañeros de la Sociedad General de Autores Españoles
					poniendo en valor su carrera.
				
					-Era tan rompedora. Fíjate en la letra de YO NO SOY ESA. Ahora lo
					vemos de otro modo pero, entonces, esa canción era un desafío, un
					desacato a la autoridad del novio, del marido, del macho... Era un
					canto de rebeldía frente a la mujer modosa y obediente supeditada
					al hombre. Una forma de decirle al mundo que también sola se puede.
					-Para colmo, esa letra rebate coplas donde la mujer aparece como un
					objeto. La que fuera ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde,
					la puso de ejemplo en un artículo aparecido en 2015 en El Periódico
					de Catalunya.
 -¡Sííí! Por eso la entrega del 8 de marzo
					para ella fue su gran premio, la feliz justificación de la elección
					de una forma de vida.
 -¡Cuánto convencionalismo! -Myriam,
					todavía estatuilla en mano, vuelve su rostro hacia Gonzalo-. Es el
					mundo de lo aparente, hermano. 
 -Por eso la canción "Yo no
					soy esa" es la pretensión de un alma libre, de una poeta
					emancipada, dueña y señora de su vida. Su propia vida, su obra, son
					himno a la igualdad de género, como se llama ahora.
				
			
			
					-"Yo no soy esa", la canción, estaba dentro de su elepé Escúchame,
					¿verdad? 
 -Sí, fue el siguiente al de Amores. Dos
					bombazos de discos, ¡y de éxitos!
				
					Al fondo del desván, Gonzalo sigue descubriendo paneles de Mari
					Trini a tamaño natural, y figuras ofrecidas a la cantante en metal
					o terracota, en un repaso por menciones, referencias y carteles de
					la artista. El hombre parece perdido en evocaciones:
 -Pena
					que no pudiera cumplir su sueño de cantar en concierto acústico
					como despedida de su carrera artística en el Teatro Romea.
					Myriam asiente pesarosa y oprime en sus manos una de las libretas
					que parece reutilizada. Asuntos del debe y el haber de
					características rayas sobre las que cimbrea la letra de una
					adolescente: Mi diario.
 -Es su letra, Gonzalo. La
					conozco muy bien de cuando estaba en Londres o en París y nos
					escribía, me leía sus cartas mil veces.
 Los hermanos
					acarician las tapas de los cuadernos, sin decidirse.
 -Qué
					curiosidad. ¿Les echamos un vistazo?
 -Ays, créete que
					estoy nerviosa. Empieza tú que yo ni me atrevo. 
				
					
Madrid, 6 de enero, Día de Reyes
					
 Querido diario:
 Aquí me ves a mí que nunca pensé
					que escribiría un diario. ¡Un diario! Menuda cursilería. Pero ese
					libro con la biografía de la pintora Frida Khalo me ha dejado tan
					turulata que necesitaba gritar: ¡Basta ya de quejarme de un riñón
					maltrecho que me ata a la cama!
 No, no quiero olvidar lo
					que siento y he aprendido leyendo la vida de esa pintora. Qué
					alegría en sus cuadros, qué colores, flores y regocijo hasta con la
					muerte. Sí, yo quiero dejar por escrito que hoy, aquí, este día, se
					acabó lo de compadecerme, se acabaron las quejas. Hoy comienzo este
					diario para prometerme ser fuerte y valiente. 
 Frida
					Khalo, su vida, este libro que acabo de leer, también es mi vida de
					dolor, de operaciones, de soledad, pero también me ayudará a ser
					como ella, maravillosa, el mundo por montera con su bigote y sus
					cejas enormes. Ella mi meta, mi heroína, mi talismán. 
 Soy
					Frida Kahlo, mejor dicho, soy Mary, pero seré Mari Trini, sin miedo
					al dolor. ¿Cómo no aprender de ella? Su enfermedad debió ser
					terrible y aunque le asoma tristeza en la mirada, es toda impulso y
					superación. Ella mi igual. El dolor de estar apartadas del mundo,
					atadas, sujetas, nos une en cuerpo y alma para siempre. Gracias
					Frida.
 A Frida le dieron pinceles. A mí, mi madrina me ha
					dado la vida trayéndome una guitarra, conque juro solemnemente que
					estudiaré música, ensayaré sin tregua porque ya sé qué quiero y
					quién soy: ¡Soy Mari Trini! Hoy, querido diario, una promesa:
					llegaré a ser una famosa cantante. Firmado, yo, Mari Trini.
				
					Lo leído turba profundamente a los hermanos. 
 Gonzalo
					ahora recuerda muy bien cuando el periodista Manuel Román dijo de
					ella que era "un ejemplo significativo de discreción y sencillez,
					pese a su árbol genealógico".
 -Menudo despliegue de
					principios para una chiquilla. No tenía ni idea de que esa pintora,
					Frida, hubiera sido tan decisiva para ella... 
 -Ni yo.
					Cierto que Frida Khalo estuvo atada a corsés metálicos gran parte
					de su vida y sufrió varias operaciones por sus problemas de
					espalda. Y nuestra Mary también pasó lo suyo. La lectura fue su
					gran vía de escape, leía muchísimo. La recuerdo también con otro
					libro que la atrapó, El diario de Anna Frank.
					-¡Fíjate! No es casualidad su elepé, Diario de una mujer.
					Esas lecturas formaron su carácter y la ayudaron a hacer frente, no
					solo a la enfermedad, sino también a la vida. 
 -Y, si lo
					piensas, me pregunto si México y Frida serían la causa, años
					después, de ese álbum homenaje a México: Mari Trini
						Interpreta Grandes Autores Mexicanos., eran boleros, ella de las
					rancheras hizo baladas, a su estilo.
 -¡Puede ser! Ahí
					están "Contigo aprendí", "Échame a mí la culpa", "Fallaste
					corazón", "Cuando vuelva a tu lado" o "La media vuelta"...
				
				
					Gonzalo y Myriam sentados en el suelo, cara a cara, charlan. Están
					rodeados de papeles, libros, cuadernos y un sinfín de objetos,
					algunos todavía sin desembalar.
 La conversación les tiene
					absortos.
 -¡Solo tenía 16 años cuando ese célebre director
					de cine, Nicholas Ray, se fijó en ella! Recuerdo que vivíamos ya en
					Madrid. Era tan bonita, y con esa voz... Cuando la escuchó este
					señor tan importante, no dudó en representarla y llevarla a
					Londres, ¡incluso la preparó para hacer una película! Por cierto,
					que más tarde, en Francia, intervino en una y aparece en escena
					cantando con su guitarra.
 -¿Cómo podría? Por esos mundos,
					en plena adolescencia, ¡y actuando en la BBC!
				
				
					-Pero, sin embargo, Londres no la atrapó, demasiado pop, no era lo
					suyo., aunque menuda experiencia tratar a esos personajes del cine
					y la música. ¿Te acuerdas de lo que contaba de Peter Ustinov, Roman
					Polanski, Paul MacCartney o Marlene Dietrich?
 -Fascinada
					quedó por París. Ahí sí encontró hueco con la canción melódica.
					Grabó sus primeras canciones en francés, ¡admiraba tanto a Jacques
					Brel y Edith Piaf! El mismo Brel dijo que en la voz de Mari Trini Ne
						me quitte pas era la mejor versión que se había hecho nunca. ¡Qué
					preciosa interpretación del tema!
 -Ella contaba de sus
					encuentros con existencialistas y la bohemia parisina. Pero, me
					creo que también se debió sentir muy sola allí, yo me alegré
					muchísimo de que se instalara en España a la muerte de nuestro
					padre.
 Myriam busca en el bolsillo de su chaqueta y saca
					un paquetito de pañuelos de papel. 
 - Dame uno, anda, lo
					voy a necesitar si seguimos así. Por cierto, ¿te atreves con alguna
					página más de ese diario?
				
					
15 de marzo
 
					No puede ser esto que me quieren hacer ver. 
 El mundo no
					es solo este pequeño espacio que me rodea. El mundo es amplio y
					ajeno, eso dicen, y yo deseo conocer qué hay más allá.
					Hola, mundo, soy Mary y te imagino y te sé incomparable, lleno de
					razas, de gustos diversos, de creencias distintas, lleno de cosas
					por descubrir. Tú me inspiras, mundo. Tú y la gente. Me miro y te
					miro y me sé plena de emociones, estoy, soy de canciones por
					escribir y cantar. 
 Perdonadme, pero no. Yo soy de fuego,
					y vosotros no podréis apagar mis sueños. 
 Para mí no es
					esta vida plácida, cómoda y confortable que pretendéis, pero habéis
					de saber que, aunque no me entendáis, sois grandes e importantes en
					mi vida. 
 Tal vez, un día, yo podré ser una alegría y un
					orgullo para la familia.
				
				
					
27 de marzo
 
					¿Quién lo diría? Solo yo lo sospechaba: tengo colores. 
					Hermosos tonos y colores en la voz.
 Me lo ha dicho ese
					señor importante que me escuchaba cantar.
 ¿Se pueden tener
					colores en la voz?
 Y si él lo dice que es un hombre de
					mundo será cierto. Nicholas Ray se llama. A él le ha gustado mi
					color de voz, eso ha dicho.
 Por eso, amigo, querido
					diario, hoy por primera vez estoy alegre como unas castañuelas,
					alguien me ha visto y me ha reconocido. Confían en mí, en mi voz.
					Tenía que contártelo a ti, querido diario, mi fiel y silencioso
					amigo.
 Este señor importante ha dicho que yo valgo, que yo
					puedo, que si yo quiero, que si yo quisiera... Qué contenta estoy,
					no puedo estarlo más.
 Querido diario, él es un señor
					famosísimo, trabaja en el cine de Hollywood, Nicholas Ray. Estaba
					yo cantando en el bar de siempre y. 
 Ha sucedido.
					Vendrá mañana a hablar con mis padres. Dice que quiere ser mi
					representante artístico. Me ve futuro en la canción y como
					compositora. ¿Que soy joven? Tengo que convencerles, él tiene que
					convencerles, decirles que soy una mujer, que con 16 años ya no soy
					una niña.
 Mañana. Mañana todo, querido diario. A
					Inglaterra, a Londres, a la capital de la música. ¿Te imaginas?
					Donde los grandes músicos graban.
 Hoy no podré dormir, lo
					sé. Es todo tan bonito que nadie, NADIE, tiene derecho a cortar mis
					alas e impedirme que inicie el vuelo. Hoy ha nacido Mari Trini,
					autora e intérprete de canciones sinceras y audaces. 
					Adiós a María Trinidad Pérez-Miravete Mille y Pascual del Riquelme.
				
				
					Gonzalo detiene su lectura para posar su mirada en el rostro de
					Myriam. 
 El de la hermana es pura confusión, mientras el
					hombre alarga su ojeo por el cuaderno. Sus páginas están llenas de
					tachaduras, de dibujos a bolígrafo, de corazones, de estrellitas,
					de cromos de hadas y animalillos.
 Myriam sostiene en sus
					manos otro cuaderno, ya no reza el aviso de Mi Diario.
 En
					su interior, apenas ráfagas de pensamientos rotulados sin fecha
					precisa, solo mes y lugar.
				
					
Febrero y París
 
					Llueve otra vez.
 Vuelvo mojada del parque a casa, es solo
					un chisporroteo leve pero, si te descuidas, te cala. Justo a tiempo
					de no quedarme encerrada.
 Es curiosa costumbre la del
					parque. Me divierte el ritual de cada día cuando al atardecer, poco
					más de las cinco, adelantándose a la cerrazón de la tarde, los
					guardias del parque aparecen con sendos pitos y, apostados en las
					puertas principales, avisan a los paseantes del vergel que cierran
					sus puertas. Madres con niños, abuelos, yoguis, gente que camina,
					juega o danza, todo el mundo fuera, se acabó el día y la vida al
					aire libre. 
 De todos modos, esta vez se agradece el
					aviso, pues como si se hubieran puesto de acuerdo, de repente, la
					lluvia y la oscuridad han caído sobre nosotros.
 Llueve
					sobre los tejados de París y puede que también sobre mi alma.
					En cualquier caso, empiezo a amar esta ciudad de cielos saturados y
					días plúmbeos y grises. Qué lejos la luz de mi tierra, su
					agitación, su vida de calle, su tibieza. Cuántas veces me pregunto
					si todo ha sido un error.
 Apenas las seis de la tarde y
					hora de la cena, al final te acostumbras a todo. 
 Llueve.
					Voy a gastar unos francos en la floristería de la esquina, compraré
					unos tulipanes amarillos. Adoro esta costumbre francesa de comprar
					flores como se compra la baguette del día.
 Y el sol dentro
					de la tarde como el hueso en una fruta, dijo el poeta.
 El
					sol de los tulipanes amarillos.
				
					
Abril y París
 
					Empiezo a sentirme bien en esta ciudad.
 París en casi
					primavera.
 Nadie me mira. 
 Ni que me ponga un
					pato en la cabeza. Es agradable no ser juzgada siempre, encontrarte
					con iguales, con diferentes, sentirte bien si eres negro, amarillo
					o estrafalario.
 ¿Rara? ¿Qué significa ser rara?
					Nada.
 Nadie es igual a nadie. ¡Dejadme vivir mi vida!
				
				
					Myriam y Gonzalo han bebido una a una las palabras de la hermana. 
					Una lágrima se desliza por el rostro de la mujer, mientras él,
					esquivando la turbación, se alza y va y viene por el desván como si
					la excusa fuera el desembalaje.
 -Vamos, Mary, deja
					eso...Duele mucho -recomienda emocionado -: Ven aquí. Mira, es la
					carátula de ese primer gran éxito, AMORES, ya en España. Si hubiera
					grabado solo este disco, estaría igualmente entre los grandes. Son
					temas inolvidables, "Un hombre marchó", "Mañana", "Cuando me
					acaricias" o "Vals de otoño" son clásicos.
 -Ay, sí
					-suspira Myriam orillando la tristeza-. Incluso los 80 fueron para
					ella años de enorme éxito. La arropaban discográficas importantes,
					Waldo de los Ríos o Trabucchelli, y tuvo colaboraciones con grandes
					como Luis Eduardo Aute o Patxi Andión. ¿Te acuerdas de Cecilia?
					Mary sufrió muchísimo su pérdida.
 -¡Claro! Si tenemos
					suerte, encontraremos alguna foto de las dos juntas.
 -Me
					encantaría encontrar esos álbumes de fotos., si es que no los tiene
					Claudette Lanza, su inseparable compañera y agente artística. Por
					ella, el influjo francés en el cambio de imagen años 70, incluso
					hubo un acercamiento al pop.
				
			
					Canturrea Myriam: -Por qué a mí, se me ha caído una estrella
						en el jardín... "Una estrella en mi jardín" es su disco que más
					me.
 -Hmmm. ¿y qué me dices de "Un hombre marchó"? 
					-Un hombre marchó, dejó la casa, dejó la ciudad. Se fue
						dulcemente, ningún reproche, nada que ocultar. -Myriam ha
					prolongado su canto-. Ese tema está dedicado a nuestro padre, era
					una poeta. Por eso lo que no entendí es que aceptara desvestirse
					para una revista. ¿Sería por dinero?
 -¡Qué dices! Ya sabes
					que lo material y ella., era desprendida de más. Lo hizo como hizo
					todo en su vida, porque veía el cuerpo como obra de arte, sin
					malicia, y, cómo no, también para darles a más de uno en la nariz.
					¡Y causó sensación!
 -La verdad es que había que tener
					mucho aguante., ¡llegó a decirse de ella que cantaba con vestidos
					largos o pantalones porque tenía una "pata" de palo!
 -La
					maledicencia., ¡líbranos!
 -Eh, atención, ¿no es esta la
					maqueta del recopilatorio de "Mari Trini- Sus grandes
						éxitos"? A partir de aquí, en los años 90, investigó y probó todo:
					blues, rock, salsa.
				
				
					La tarde ha caído de forma repentina. La luz interior comienza a
					desdoblarse en sombras mientras algo parecido a un frío inesperado
					les recorre y altera el estar.
 Gonzalo atranca las
					ventanas mientras Myriam acciona la luz tenue de una bombilla.
					-Me extraña no haber encontrado nada de su querida Maryni Callejo,
					de la etapa en que la acompañaba como pianista en sus conciertos.
					No era solo productora, era una autoridad, la única a la que le
					permitía ciertos arreglos en sus canciones.
 -Tampoco he
					visto nada de Danilo Vaona, o de Juan Carlos Calderón.
 La
					recogida de documentos desplegados por el suelo ha dejado al
					descubierto el remite de una carta.
 -Gonzalo, ¿ves? Es de
					su amigo Pedro. 
 -¿Una carta de Pedro López Morales?
					-Sí, es de. -Myriam en ojeada previa-. Ah, de cuando le invitó a
					pasar unos días en Ibiza. Escribe dándole las gracias..., y más.
				
			
					
20 de agosto
 
					Mi queridísima Mari Trini:
 Vuelvo a la realidad y al calor
					asfixiante de Murcia después de estos días maravillosos en tu casa
					de Ibiza.
 ¡Querida amiga! 
 No puedo borrar de mi
					memoria ese espacio de luz, de charlas extensas, de risas, de
					paseos, de comidas interminables, de música, de silencios.
					Sabes bien lo mucho que significa para mí tu amistad. Tantas
					confidencias, tanto en común, que me vuelve el nudo que ahoga mi
					voz y, a poco, se me escapan las lágrimas al recordar la fuerza de
					nuestras revelaciones, el alma abierta y rasgada, sin secretos.
					¡Sienta tan bien encontrar un semejante! 
 Solo alguien que
					ha sufrido como tú, sabe entender lo que ocurre en mi interior, a
					veces, en profunda oscuridad, y, a veces, en lo radiante y
					luminoso.
 Te veo ahora, te estoy viendo, blanca como una
					niña de comunión, resplandeciente como una novia, con los ojos de
					la verdad, de la inocencia y de la pureza, ¡sí, Mary, de la pureza!
					Con la mirada más serena que nunca, próxima a lo infinito del mar,
					mojando tu risa, jugueteando, traveseando al sol, espléndida.
					Te veo y te escucho, Mary en ese porche blanco, tan lúcida, y aún
					siento la caricia de tus palabras, de nuestro diálogo
					necesariamente interrumpido por lo cotidiano. 
 ¿Que tienes
					dudas de lo que has hecho con tu vida? Yo mismo, tu amigo Pedro,
					soy la incertidumbre andante, pero mira que cada vez me creo más
					que solo los que dudamos llegamos a alguna parte. ¡y qué miedo, las
					profundas convicciones!
 Por tanto, ¿cómo integrarme en
					este día a día?
 Claro que sigo ahí, contigo. No puede ser
					de otro modo. Ahora, a solas, me pregunto ¿por qué escondes a los
					otros, a veces, tanta hermosura, tal resplandor? No dejas ver,
					amiga, al completo ese ser maravilloso que eres, llena de pasión y
					de grandeza.
 ¡Lo sé, parezco un enamorado! Y es que lo
					soy, prendado de la amiga.
 Amiga, ¿habrá en el mundo
					palabra más hermosa?
 No sé si me siento más mustio de lo
					normal, la sensibilidad a flor de piel, pero la vida y tu luz como
					un faro en el paisaje en el que me has resguardado estos días,
					tenéis toda la culpa. 
 Aviso. No sé si me verás aparecer
					de nuevo, en breve, a tus brazos de madre cobijadora, pero, como
					siga así de añorante, le van a dar aire al trabajo que me trajo de
					vuelta a Murcia, porque me pillo el primer barco., y me acoplo,
					como dicen mis amigos los modernos. 
 Mary, Mari Trini de
					mis amores, gracias infinitas por estos días divertidos, puros e
					impuros, maravillosos., y por todos aquellos de los que el azar nos
					provea en el futuro. 
 Gracias por tanto
 Te adoro,
					lo sabes.
 Un abrazo inmenso,
 Tu Pedro
					PD: Ya imaginas que voy a preferir siempre Ibiza a San Pol.
				
				
					-Cuánta complicidad tenían ella y Pedro. ¡Y cuánto cariño!-el
					semblante de Miriam se ilumina solo un instante. En cambio, ya ves,
					hablando de amigos.Vaya chasco con.
 -No me lo digas. Te ha
					venido a la cabeza su disgusto con Los Panchos y aquel cedé, disco
					de oro del que Mary versionó boleros en distintas canciones. ¡Dijo
					que había sido estafada!
				
				
					En escena y sin avisar entra Paco Luis. El hermano que faltaba. 
					Su rostro es festivo, saluda con zumba. Parece satisfecho. 
					-¿A que no habéis encontrado los álbumes de fotos? -cuestiona a los
					hermanos menores reservándose la sorpresa.
 -No, nada
					-niega Myriam-. Al menos por ahora. Y es rarísimo, ¡porque hay de
					cosas! Te asombrará saber lo que hemos.
 -Ja, ja, ja. No
					busquéis más -ríe de buena gana el recién llegado-. Los tengo yo,
					los encontré casi camuflados en la biblioteca, hay un par de
					álbumes la mar de interesantes. Todas las fotografías que nos han
					pedido para ilustrar el libro que van a escribir sobre su vida
					están ahí. Hay fotos preciosas.
 -¡Qué dices!
 -Qué
					bueno, porque a mí me gustaría entregarle a Álvaro Peña, el
					ilustrador de la historia de su vida, la foto en la que estamos con
					Teodora.
 -Mejor será esa otra nuestra con los padres.
					-¿Y la que está Mary subida en su cochazo? Esa es chulísima. O la
					de pequeña con padre montada en el burrico, aunque las que tiene
					con sus queridos Alberto Cortés, José Luis Perales Juan Pardo.
				
				
					-Lo importante es que tenemos las fotografías. Álvaro verá qué
					elegir y qué dibujar. Dejad todo esto ya, es casi de noche.
					-Eh, eh -protesta Myriam ante la huida de los dos hombres-. Alto
					ahí. Ayudadme a dejarlo todo recogido.
 Gonzalo, el
					semblante formal, mira de nuevo arriba, al aire, desea explicarse
					ante el espíritu de la hermana mayor:
 -¿Ves, Mary? Ya
					está. No vamos a meter más las narices en tus cosas. Pero merecía
					la pena., nos parecía tan bonito que sigan recordándote y queriendo
					escribir sobre tu vida. Será un libro para todos los públicos,
					mayores, niños y jóvenes.
 -Ah, sí, Mary, solo es que
					necesitábamos fotos para las ilustraciones., en un mohín de
					autoindulgencia, Myriam apoya las palabras de Gonzalo: Va a ser
					genial, ¡Mari Trini, la estrella, en un libro para la Región de
					Murcia!
 -¿A quién le habláis? -Paco Luis no espera
					respuesta-: ¡Estáis como cencerros!! Anda y vámonos. No puedo con
					todo lo que hay aquí., flaquea, y al hablar el temblor de su mentón
					le delata aquí hay demasiados recuerdos.